12

176 31 10
                                    

Sintiendo mucha presión por llegar a tiempo, BeomGyu corría desde su hogar hasta aquel trabajo suyo.
No confiaba del todo en TaeHyun, así que su mente estaba llena de pensamientos acerca de una librería quemada, robada, patas para arriba. Pensaba totalmente  que se encontraría con un desastre.

En el momento que colocó un pie dentro, pudo detenerse a agarrar aire para sus pulmones y así mismo, relajarse en ver que todo estaba en orden. Pero no encontraba a aquel que debía estar atendiendo.

-¡TaeHyun! ¿Estás aquí?.

Comenzaba a gritar caminando por los pasillos en busca de aquel sujeto extraviado.

Aquel lugar era uno que no contaba con baño público. El único que estaba era para aquel trabajador. Por lo cual sólo había uno.
BeomGyu creyó que la razón por la cual TaeHyun no le contestaba a sus llamados, se debía a que este se encontraría ahí mismo.
Por lo cual decidió tocar la puerta de aquel sitio. Esperando una respuesta.
Colocó su oído en la puerta de madera logrando escuchar un quejido.

Aquello lo había hecho enfurecer, comenzaba a imaginarse millones de cosas, por lo cual abrió la puerta en un instante quedando paralizado al encontrar a aquel chico que tanto buscaba con sus ropas manchadas de algo rojo. Parecía ser sangre. Por lo que BeomGyu no tardó en asustarse y entrar en pánico.

-No tengo un botiquín, debería llamar al 911. ¡Ay dios mio! ¿Qué hago?.

TaeHyun al verlo, sonrió para sí mismo e hizo un gesto de dolor. Tocando aquella área llena de sangre.

-Duele. Necesito una tela para detener el sangrado. Tendré que quitarme mi camisa.

-No, no, no. Yo... Yo lo hago.-Tartamudeo para comenzar a retirar su polera. En el momento que mostró su ombligo, TaeHyun lo detuvo tomando su mano.

-Ven.-Mencionó jalando de este para que BeomGyu se sentara en sus piernas.

Ambos sobre el retrete.

El pelinegro se colocó de mejillas rosadas debido a aquel acto. Estaba sumamente nervioso.

-¿De qué sirve esto?.

-De qué te tengo aquí.

-No puedo estarlo, tengo que cerrar la tienda para atenderte. Un ladrón podría venir a hacernos más daño.

-¿Más daño?, mi daño se curó en el momento que tú veniste a mí.-Sabía que aquel chico sobre él se iría por haber escuchado aquello, así que rápido lo abrazó de sus caderas para que no huyera.

BeomGyu no sabía que hacer o decir, por lo cual bajó su mirada a sus pies y comenzó a jugar con sus dedos. Se sentía nervioso, pero no era incómodo.
Sin pensarlo dejó caer su cabeza al pecho de aquel hombre y soltó un suspiro cerrando sus ojos. Mientras escuchaba el sonido de su corazón.

-¿Disfrutaste el viaje?.

-No.-Soltó en voz baja, estando muy atento ante aquel sonido cardíaco, que comenzaba a ser su favorito.

-De seguro tu y tu novia se dieron muchos besos ¿no?.-BeomGyu simplemente no contestó, provocando que aquel soltara un suspiro.-Que suerte tiene.

El pelinegro cada vez se ponía más nervioso, su cuerpo quería comenzar a temblar, pero él trataba de evitar aquella acción.

-Comencé a escribir el borrador de aquella nueva historia que escribiré. Pero no sé cómo describir una escena de un beso. Tal vez no me sale la inspiración porque no te he besado. ¿Qué se sentirá hacerlo?. ¿Tengo que preguntarle a tu novia?.

-¿No lo entiendes?.

-¿Entender qué?.

-¡Cállate!.-Gritó dando uno que otro golpe en el pecho de este.

Mi Pequeño Fraude (TaeGyu) Where stories live. Discover now