Capítulo 34. Lotos.

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Capítulo 34. Lotos.

Gui Li no podía contener su ira. Se sentía humillada, despreciada, su corazón estaba lleno de tanto odio y rabia en ese momento que no pudo resistir el constante coqueteo entre 'ese' omega y Jiang WanYin, y lo peor de todo era la sonrisa superiora de Wei WuXian cada vez que sus miradas chocaban. Lo odiaba tanto.

Tuvo que disculparse con su padre, excusarse de que estaba cansada, solo para escapar de la mirada de todos y mostrar su verdadero rostro ante la luna de esa noche. Pateó algunos arbustos y pequeñas macetas que estaban en su camino, y cuando sintió que estaba un poco más tranquila, deambuló un poco entre los muelles de Lotus Pier.

Era un lugar hermoso incluso de noche, y ella podría ser la matriarca de ese hermoso paraíso acuático si no fuera por...

-¿Jiang Cheng?

Pasos, voces y aromas empalagosos le hizo ocultarse, en uno de los pasillos flotantes vio las túnicas rojas y moradas paseando en medio de la noche. Mordiendo la manga de su hanfu, casi desgarrándolo con los dientes, vio como Jiang WanYin tomaba la mano de ese sucio sirviente, besaba sus nudillos y luego los entrelazaba, caminando hacia otra parte. Le encantaría seguirlos y arruinarles el momento, pero esa parte de la residencia solo podían pasar los miembros de la familia.

Enfurruñada, humillada y con ganas de destruir todo a su paso caminó de regreso a las habitaciones de los invitados, encontrándose en el camino con uno de los herederos de la familia Chen, no era un alfa feo, se veía fuerte y era un par de años mayor que ella. Tal vez él podría ayudarla a deshacerse de Wei WuXian o solo lo usaría para pasar el rato.

--֍--

En algún punto de la noche, muchos líderes ya estaba ebrios y haciendo el ridículo, incluyendo sus discípulos y herederos. A Jiang Cheng no le tomaba mucha importancia, pero le hacía feliz ver como Wei Ying disfrutaba del vergonzoso espectáculo, en algún momento Li Rong, Hua Qiang, Feng Mao y Li XiaoWu se unieron a ellos. Sus padres se retiraron con una esencia empalagosa, su padre cubría celosamente a su madre, no quería detalles, muchas gracias. Su hermana se disculpó diciendo que deseaba irse a dormir, el viaje a GuSu y los días que estuvo ayudando con el abismo de agua la dejaron agotadas. Con un beso en la frente a sus hermanitos, Jiang YanLi se fue a sus habitaciones.

Li Rong arrastró a XiaoWu hacia un área iluminada, uniéndose a los que 'bailaban' en el patio, ellos eran los únicos decentes. Y Wei Ying le susurró que Feng Mao se había llevado a un Hua Qiang sonrojado, a rastras, al ala este.

Viendo que al fin estaban solos, disfrutando de nuevo de un poco de vino, le indicó a Wei Ying que lo siguiera. Dentro de poco sería media noche, la noche para ellos aún era larga, especialmente para Wei Ying que acostumbraba dormir hasta muy tarde.

Caminaron por los pasillos, hasta los pequeños puentes que conducían a las habitaciones familiares. Wei Ying se dio cuenta a donde iba, pero no dijo nada, su aroma lo delataba, tan dulce, empalagoso. Las flores de melocotón floreciendo alrededor de Jiang Cheng, y el mismo alfa perfumando con un aroma suave y relajante sobre su omega.

No muy lejos de la entrada, Jiang Cheng se detuvo, viendo fijamente a Wei Ying bañado por la luz de la luna menguante, con el fondo de los lagos oscuros iluminados levemente con las linternas flotantes que llegaron hasta ese lugar por la corriente y el viento primaveral.

-¿Jiang Cheng?- Wei Ying se sintió observado tan intensamente por esos hermosos ojos amatistas, que se sintió avergonzado.

Las palabras no eran necesarias en ese momento. Jiang Cheng lo amaba tanto, y era correspondido con la misma intensidad. Tomó aquellas manos que tenían la fuerza para empuñar una espada y golpear sin piedad a otro alfa. No eran grandes, ni muy pequeñas en comparación de otros omegas, eran manos fuertes, la suavidad de la delicada piel se estaba perdiendo, los callos dejados por la espada y su abanico empezaban a formarse, pero eso no le impidió acariciar y sentir la cálida piel de Wei Ying. Besó esos blancos nudillos, sintiendo como Wei Ying daba un respingón y el aroma a melocotones maduros empezaba a rodearlo, entrelazó sus dedos y lo guio dentro de la residencia.

El omega de Yunmeng JiangWhere stories live. Discover now