Capítulo 40

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—Es mejor que regresemos, Alex y Austin deben estar esperando, —menciona Liam con una voz cálida.

—Si, por supuesto vamos.

Empezamos a caminar por el sendero, disfrutábamos de la naturaleza, pero sobre todo de la compañía.

—¡Al fin!, Mar ¿Dónde estabas? —dice Alex un tanto preocupada.

—Solo fui a caminar, lo siento si los preocupe —me siento apenada.

—Es mejor que empecemos antes de que se enfríe la comida —sugiere Austin.

Sin duda alguna, todo estuvo delicioso. Al terminar, decidimos pasear por el lugar hasta que llegara el primo de Liam por nosotros.

Liam fue junto con Austin hacia la cancha de voleibol después de todo estos chicos son aficionados del deporte; sin embargo, Alex y yo fuimos a caminar.

—Mar...

—Si que sucede Alex

—Dime la verdad, ¿qué fue lo que pasó con Liam? —dice en un tono serio.

—¿Qué?,¿a qué te refieres? —respondo sin entender y evitando mirarla a los ojos.

—Sabes, te vi cuando te fuiste un tanto triste después de que nos dividimos en equipos.

—¡Hey! no pasó nada solo lo malinterpretaste —, digo convincente para que no haya más preguntas.

—Claro... entonces, si lo malinterpreté por que no le dijiste a Liam a donde ibas realmente, después de que paso un tiempo fui donde él a preguntar por ti y dijo que era mejor que te busquemos que también estaba preocupado por que no regresabas— suspira y continúa —, es solo que una persona cuando algo le molesta prefiere estar sola ¿cierto?

—Tal vez así sea, pero no fue mi intención preocuparlos es solo que... —pienso alguna salida a esta trampa —, cuando estaba caminando de regreso me encontré con un sendero muy bonito y quise estar ahí por un momento, pero no me di cuenta del tiempo y eso fue lo que pasó, en realidad Liam no es una mala persona creo que deberías intentar conocerlo mejor.

—Mar, no te estás ilusionando o sí —inquiere preocupada.

—Por supuesto que no, pero que hizo preocuparte tanto —digo con una sonrisa leve, tratando de maquillar mis verdaderos sentimientos.

—Él te podría romper el corazón más rápido de lo que te imaginas.

—¿Por qué dices eso? —pregunto con un tono de voz débil, consciente de lo que significa.

—Es solo que tu misma lo has visto, siempre esta coqueteando con muchas chicas incluso con nuestras compañeras y créeme que desde que llego es como que si le molestara mi presencia, tal vez él se da cuenta que soy la única que puede acabar con sus planes oscuros contigo, la verdad no se por que esta vez me invitó a salir con ustedes. —Confiesa con tanta seguridad que hace caer mi estado de ánimo, por unos segundos prefiero guardar silencio para no confundir más la situación.

Aunque en el fondo sé que tiene razón, en realidad ese chico cada vez más me confunde con su amabilidad, pero así es como interpreto su cercanía a mí, no como algo más. Supongo que aún hay una salida a todo esto.

—Pienso que ambos deberían hablar, yo no puedo saber que es lo que sucede en sus mentes... —sugiero —sé que todo esto lo dices porque no quieres que nadie me haga daño, pero no debes preocuparte se perfectamente que tipo de persona es, —o eso creo— además sabes que jamás dejaría que alguien rompa mi corazón, porque se lo que valgo.

Además, por la simple razón de que es muy difícil obtenerlo, como siempre estaré lista para escapar si esto llega a convertirse en algo más que amistad.

—Tal vez tengas razón, pero habla con él. Pregúntale sobre mí. Y pues depende de lo que te diga, lo pensaré.

—Esta bien. A mi también me gustaría que ustedes lleguen a ser buenos amigos.

Tengo que reconocer que también se me hizo muy extraño el que Liam desde el momento que llegó no quiso siquiera conversar por un momento con Alex, cuando le encanta llevarse con el resto de compañeros, incluso conmigo que soy alguien muy introvertida.

Estaba por oscurecer hasta que finalmente llego el primo de Liam a recogernos. Austin fue de copiloto, mientras que Alex iba en medio de Liam y mío.

La noche es mágica y más cuando la vez lejos de la ciudad. Puedes observar las millones de estrellas en el firmamento. Ha transcurrido media hora de viaje y continúo observando árboles alrededor, no tengo sueño así que volteo a ver a Alex y veo que esta profundamente dormida pero cuando dirijo mi vista hacia Liam noto que me ha estado observando todo este tiempo, me intimida, pero le sonrío y enseguida desvío mi vista para continuar observando a través de la ventana. Otra dificultad causada por la ansiedad social es que te resulta sumamente difícil mirar por cierto tiempo directamente a los ojos de las personas, eso te hace avergonzarte y por ende todos los demás síntomas empezaran a tomar fuerza y de esta manera hacerte tener un mal día. En la que lo único que recuerdas al final es las miles de posibilidades que planeaste para escapar de esa situación incómoda.

Después de un tiempo llegamos a mi casa, el carro de la mamá de Alex ya se encontraba estacionado enfrente.

—Espero que te haya gustado esta salida, —dice Liam al momento de bajar del auto y dejarme junto a Alex en el portón de mi casa.

Sonrío. —Por supuesto, fue muy divertido.

—Pues sí, supongo que fue genial —comenta Alex—, en un tono no tan convincente.

—Fue un gusto conocerlas, espero que podamos salir después —Austin dice mirando fijamente a Alex, haciendo que sonría y entre a la casa. Seguidamente él entra en el auto.

—Entonces nos vemos en el Instituto. —Me despido de Liam.

—Claro, gracias por aceptar salir.

Por inercia empieza a acercarse, hasta depositar un ligero beso en mi frente, a lo que quedo prácticamente estática sin poder entenderlo.

Siempre he pensado que uno de los besos más sinceros es el que te lo depositan en la frente, es inocente y te muestra cuanto esa persona te valora y te quiere proteger. Aun no entiendo, en realidad este chico puede leer mis pensamientos, aunque resulte infantil siempre he soñado con esto.

—Sabes que me gustas, no puedo evitarlo. —Después de decir eso, se va con una gran sonrisa en el rostro.

Por supuesto... que se supone que debo sentir si sigues diciendo eso. Por favor, no me confundas más. Espero que algún día todos estos pensamientos se conviertan en palabras y sobre todo que me llegue el valor de decírselo directamente.

Tú, mi ansiedad©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora