Capítulo 43

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Al fin llegó el viernes y como es lo usual la mañana esta fría, mis mejillas y mi nariz están heladas exactamente como las prefiero, llego al salón de clases y está completamente oscuro así que enciendo las luces y me dirijo a mi asiento, mientras coloco mi maleta en el suelo sorprendentemente escucho la voz de Alex, por un momento lo creí, pero por favor sería un milagro que ella llegara temprano, así que tomo asiento y recuesto mi cabeza sobre la pequeña mesa de madera enfrente de mí.

—¡Mar!, dime la verdad— Me levanto a prisa con el corazón latiendo frenéticamente, no lo podía creer en realidad Alex estaba parada frente a mí con una expresión temerosa y con ansias de descubrir un gran enigma. —Ayer llame a tu casa, y tu mamá me contó que Liam la había visitado y que por qué yo no había ido, ahora señorita Anderson dime la verdad, ¿qué está pasando con ese nada agradable compañero?

Vaya, había escuchado de las relaciones de pareja tóxicas, pero nunca pensé que también se presentaban en la amistad. De pronto me encontraba en una situación complicada de explicar.

—Hola, Mar ¿Cómo estás?, ¿Cómo amaneciste?, que gusto en verte... —digo con profundo sarcasmo tratando de persuadir lo que había dicho mi mejor amiga. — Así se saludan normalmente a las amigas no te parece—suelto una ligera risa nerviosa.

La expresión de Alex cambia a uno triste y lleno de decepción—Lo se Mar, pero no sé qué pasa, eres mi mejor amiga y no eres sincera.

Tenía razón, como puedes considerar a alguien tu mejor amiga si no le tienes la suficiente confianza para compartir tus alegrías, tus temores, tristezas y amores secretos.

—Es decir, está bien que te guste Liam y que estén saliendo a escondidas, pero porque me lo ocultas a mí, ya sé que te he dicho que no es bueno para ti, pero si a ti te gusta no me queda más que apoyarte para eso están las amigas, y si llega a lastimarte pues le va a ir peor, pero debes decírmelo.

Después de escucharla no pude soportar reírme a carcajadas. Por fortuna nadie más había llegado al salón de clases.

—Alex, por supuesto que no. Créeme con Liam no sucede nada de lo que piensas, él es... mi amigo, nada más. Y ya sabes lo extrovertido que es con todos.

—Está bien, pero sé que hay algo más... —guarda silencio.

—Si lo hay...—mis manos han comenzado a transpirar — pero quiero que me des tiempo, ten por seguro que te lo voy a decir es solo que aún no es el momento.

—Espera, tal vez es algo grave porque estás tan seria —menciona con el ceño fruncido y con una mirada que quiere descubrir mi secreto.

¿Es grave? Tal vez lo sea, si esta alteración psicológica te hace perder oportunidades y personas ciertamente te afecta.

—No lo sé, pero creo que una vez que lo sepas vas a entender varias situaciones que han pasado.

—Seré paciente, sabes que te quiero mucho Mar, eres una estupenda amiga.

—Yo también te quiero mi muy alocada amiga. —Terminamos la charla con un reconfortante abrazo.

Después de la no tan aburrida clase de Artística, nos dirigimos a la clase favorita de todos y la más complicada para mí; Educación física, claro sería divertida si todas las actividades no aumentaran la intensidad de mis síntomas ansiosos, pero que se le puede hacer es una calificación necesaria para aprobar el nivel. El profesor inicia tomando asistencia y luego da indicaciones.

—Bueno chicos y chicas, hoy va a ser una clase diferente, nos vamos a dividir en dos grupos y cada grupo va a realizar una coreografía, ustedes pueden escoger la música que quieran y van a tener estas dos horas para organizarse y la próxima semana será la presentación. ¿Preguntas?

Tú, mi ansiedad©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora