Capítulo 25

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Al finalizar las clases me despido de Liam quien gentilmente me hizo compañía ante la ausencia de Alexa.

—Nos vemos Liam —menciono al ponerme de pie y tomar mi maleta pero él me detiene.

—Espera, no te gustaría ir por un helado sé que te gusta mucho —sugiere alzando una de sus cejas y con una mirada desafiante.

Me detengo a sonreír ante su expresión pero me niego —. Lo siento pero tengo que ir con Alex me está esperando —dudo en irme sin antes preguntarle algo que me inquieta.

—Pero... ¿cómo sabes que me gusta comer helado? —lo observo extrañada en espera de su respuesta.

—El primer día no pude evitar escuchar la conversación con tu amiga a la hora de salida —confiesa un tanto apenado.

—Eres muy extraño ¿sabes? Mejor me voy... okey —terminada las explicaciones salgo del salón de clases y me dirijo a la casa de Alexa para ver como esta y dejarle mis apuntes y la tarea.

Es la segunda dirección que he memorizado después de mi casa, puedo tomar el autobús a tres cuadras del instituto y me deja muy cerca.

Transcurrido exactamente cuarenta y cinco minutos logro llegar a la casa de tres pisos color beige con ventanas polarizadas y un enorme jardín. Toco el timbre y sale a recibirme la mamá de Alexa, quien al igual que mi amiga tiene el cabello ondulado y castaño es una señora muy joven y de gran personalidad.

— ¿Cómo estas Mar?, me alegra que hayas venido. —Me recibe con un fuerte abrazo.

—Muy bien señora Lucy, ¿cómo sigue Alex?

—Bien hija, ya está mejorando. Vamos para que al veas. —Asiento y pasamos a subir las escaleras, no sé si mi amiga es afortunada o no por la ubicación de su cuarto en el tercer piso tal vez la vista recompense la falta de aire al subir tantas escaleras. En la casa viven sus abuelos maternos y sus tres hermanos, aunque el espacio es perfecto para la cantidad de personas.

—Hija, Mar te vino a visitar —, abre la puerta de la habitación de Alex y le informa.

—Sí, gracias mamá —al entrar la observo aun recostada sobre su cama, con los ojos llorosos y su nariz enrojecida.

—Hola, Mar—avanza a decir con su tono de voz débil al igual que su sonrisa.

— ¡Hey!, no te ves tan mal —bromeo para sacarle una sonrisa.

—Por supuesto... incluso enferma soy hermosa —continua bromeando mientras retiene un estornudo. —Lo siento Mar, debiste pasar aburrida tu sola.

—Me hiciste mucha falta —, bajo la mirada y no sé si contarle que en realidad alguien me hizo compañía.

—Alex... en realidad

—No me digas que Liam estuvo contigo —corta mis palabras y atina.

La sorpresa llena mi rostro al ser descubierta, desgracia o fortuna el sexto sentido de las chicas es increíble.

— ¿Cómo lo sabes? —cuestiono con gran impresión.

—Estaba segura que él aprovecharía esta oportunidad para hablarte, porque si no seguro te perdía para siempre.

—Qué cosas dices Alex, el solo es un chico muy sociable que quiere hacer amigos.

—Si claro... pero de todas formas me alegra que no hayas estado sola metida en tus libros o en la tarea seguro él te entretuvo.

—No entiendo que tiene de malo —suelto una risa ingenua.

Pase unas horas más platicando con Alex y después fui a mi casa para terminar la tarea y descansar finalmente.

Me sentía tranquila, ahora al menos una persona conocía mi verdad y sé que puedo confiar en él y sentirme segura. Sé que el riesgo que estoy a punto de tomar puede sanarme o acabar conmigo pero eso ya depende de mi decisión.

Tú, mi ansiedad©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora