Capítulo 30

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Al sonar la campana de salida al receso, Alex y yo fuimos a nuestro lugar favorito del instituto al mini parque que queda hasta el final. Nos sentamos en una de las bancas para disfrutar de nuestro lunch.

—Ahora sí. Mar dime como es que al fin, alguien te convenció de salir un fin de semana —Alexa siempre ha sido una chica muy directa y esta vez no es la excepción.

—Fue ese día en que faltaste por que estabas enferma, Liam me acompaño todo el día y pues ya sabes se le ocurrió que salgamos para que pueda conocerme. Así que el sábado vino a mi casa y me convenció. —Confieso tímidamente, ocultando que le conté a Liam mi secreto y por lo único que me invitó a salir es para ayudarme a sanar.

—Okey... —evalúa mis palabras, para poder continuar con sus preguntas—, pero ¿qué fue lo que te dijo?, porque yo te he dicho de todo y jamás he logrado que vayamos de compras. —Menciona con algo de tristeza en su semblante. Y me duele que me tenga como amiga.

—No lo recuerdo —. Miento, ya que aún no estoy lista para contarle a Alex sobre mi secreto.

—Esta bien, pero espero que no tenga malas intenciones, porque no me voy a quedar viendo cómo te lastima. —Veo algo de enojo y confusión en su rostro, pero logro tranquilizarla.

—No, Alex solo es un amigo, no pasa nada más y no lo permitiría. —Mis palabras tienen algo de sinceridad. —Además, ya te he dicho que debes conocerlo, aún no entiendo porque no hablas con él.

—No soy yo Mar, es él que siempre que llego cuando esta contigo se va y no me agrada su actitud. Pero dejémoslo, igual no me importa, solo me importas tu Mar, sabes que eres muy ingenua y te puedes dejar convencer de cualquier cosa.

—Alex... pero también soy muy inteligente para encontrar una salida. —Digo con un tono convincente y seguro.

—Tienes razón, creo que tu serias la primera en darte cuenta y dejarlo ¿de qué me preocupo? —dice con certeza y sonríe.

—Mar, voy a comprar un café. Ya regreso. —dice y simplemente asiento con la cabeza.

Al fin me sentía libre de haberle contado, resulta que soy alguien demasiado tímida debido a mi condición y jamás he tenido ilusiones con alguien, es cierto que cuando algunas personas logran conocer mi verdadero yo se encariñan, pero al momento que me doy cuenta de eso los alejo porque sé que puedo hacerles mucho daño.

—¡Aquí estas!, mi lugar favorito. —Escucho la voz de Liam dirigiéndose a mí, al regresar a ver lo compruebo. Por supuesto que es el. Sonrío.

—Soy Mar —reclamo, ante su comentario.

—Lo sé, pero mi Mar —contesta mientras se sienta a mi lado.

—¡Deja de decir eso! —exclamo exasperada.

—¿Por qué?, te he dicho que me gusta mucho la sinceridad.

Porque puedo llegar a creerlo.

—Solo deja de decirlo —, oculto la verdad. —¿Qué haces aquí?

—Te estaba buscando y resulta que ahora más sencillo encontrarte, —muestra su sonrisa coqueta y me hace sonreír. —¿Dónde está Alexa? —su pregunta me sorprende, pero a la vez me alegra.

—Fue a la cafetería, ya debe estar por llegar. —Contesto sin nada más que decir. Por supuesto que tengo curiosidad, pero mi prudencia puede más.

—Está bien, por cierto, encontré el lugar perfecto para visitar este fin de semana.

—Okey, no me dirás cual es el lugar —quise convencerlo, para ver si encuentro una escapatoria en el caso de que no me guste el lugar.

—Debes venir conmigo y verlo tu misma, —buena jugada. Ante mi fracaso solo sonrió y por fin llega Alex, quien al ver a Liam su sonrisa desaparece.

—¡Hey !, Alexa. Ven toma asiento —Liam se pone de pie y Alexa toma su lugar a mi lado con una expresión fría.

—Liam quiere decirte algo, —menciono para evitar un silencio incómodo.

—Ah, sí dime ¿qué pasa? —Alex se dirige a Liam con un tono de voz sereno.

—Mira, este fin de semana vamos a ir con Mar a un lugar divertido y quería saber si puedes acompañarnos. —Sus palabras me tomaron por sorpresa y también me llenaron de alegría por que si va Alexa seguro me sentiré más cómoda. Aunque me hizo tener mas curiosidad por el lugar al que iríamos.

Alexa mira el piso por unos momentos, pensando su respuesta, hasta que me regresa a mirar y con mi expresión le ruego que diga que sí.

—Está bien, los acompaño. —No puedo parar de sonreír.

—Entonces las veo el sábado en la mañana. Nos vemos

—Claro —respondo y Liam se marcha.

Mi felicidad es enorme, al saber que vamos con Alex siempre he querido salir algún lado con ella, es solo que el miedo era más grande pero ahora tengo más razones para ser fuerte y superar esta condición; tengo personas valiosas a mi lado que no quiero perder.

Tú, mi ansiedad©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora