Capítulo 19

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— ¿Te parece si continuamos con el juego de preguntas? —inquiere Liam mientras me lleva cargada en su espalda.

—Está bien, empieza —musito apenas.

—Dime Mar, ¿cuál es tu lugar favorito en el mundo?

Sin titubeo respondo segura. —Un lugar frio como este con rayos de sol leves, lleno de montañas, árboles, pasto y flores; un lugar donde puedas disfrutar recorrer la brisa por tu rostro y sobre todo donde no haya tantas personas y puedas sentirte libre —, antes de que Liam dijera algo hago la misma pregunta —. ¿Y cuál sería tu lugar favorito?

—Tú —, mis latidos se aceleran pero trato de encontrar la lógica a su respuesta.

— ¡Ah!, —rio graciosamente—, seguramente te gusta mucho el mar, ¿cierto?

Liam, tarda en responder pero yo ya doy por hecho su respuesta.

—Sí... tienes razón —lanza una risa algo fingida pero prefiero no continuar con el juego.

A unos cuantos pasos más visualizamos el refugio, al entrar mis compañeros nos quedan observando sorprendidos al igual que la profesora, afortunadamente dentro del lugar habia primeros auxilios y curaron mi herida, además me dieron algunas píldoras para calmar el dolor poco tiempo después ya me sentí mejor y preferí estar al lado de Alexa mientras que Liam fue con sus amigos.

—Mar,  ¿seguro ya no te duele? —Alexa me observa con gran preocupación.

—No, estoy bien créeme —, muestro una sonrisa para que se tranquilice.

—Sabes, creo que Liam me empieza a caer bien aunque te pudo cuidar mejor —reclama y yo lo defiendo.

—El me cuido cuando no debía hacerlo, es un buen chico —confieso mientras lo observo reírse con sus amigos.

Tal vez alguien más no hubiese sido tan insistente en ayudarme como él.

Tardamos exactamente una hora en almorzar y alistarnos para el retorno, afortunadamente existía un camino más directo a la entrada principal del Jardín Botánico, solo tendríamos que caminar dos horas, cada quien fue con su pareja excepto yo, ya que la profesora me dejo ir con Alexa. Mis pasos son lentos pero mi ritmo es suficiente para no quedar tan alejada del grupo.

Una vez al frente del autobús, la maestra nuevamente toma lista para sentarnos en orden, cuando llega el turno de Liam y yo, él me ayuda a subir al autobús y tomamos asiento.

— ¿Te encuentras bien? —Liam no tarda en preguntar.

—Sí, ya no duele —digo con una leve sonrisa.

Asiente.

Finalmente el bus arranca, a través de las ventanas se observa como el día va oscureciendo poco a poco así que mis compañeros no dudan en ver una película de terror, escogen El Conjuro 2 una de mis películas favoritas, no dudo en sonreír al momento que se reproduce por la televisión.

—Debe gustarte mucho las películas de terror —, menciona Liam con sorpresa.

—Si... aunque en las partes feas suelo tapar mis ojos —él se ha ganado mi confianza.

— ¡Pero son las mejores partes! —refuta.

— ¡Lo sé! —, exclamo con la misma emoción en el tono de voz—. Pero siento que cualquier cosa que se aparezca va a salir de la película y va a venir por mí —, Liam no tarda en burlarse y yo lo acompaño.

—Entonces, ¿por qué te gustan tanto?

—Es por las historias que cuentan y como al final terminan con el mal o viceversa el mal termina matando a todos —, ¡vamos! las historias que cuentan estas películas son sorprendentes.

Asiente sin disimular su risa burlona y continúa mirando la película.

En el momento en el que empieza a aparecer un sonido terrorífico, se perfectamente que algo feo va a aparecer; es el momento en el que disimuladamente volteo mi rostro hacia la ventana y cierro mis ojos a la vez que los tapo con una de mis manos.

—Mar, tienes que verlo —Liam insiste pero yo continúo negando con mi cabeza y mis ojos cerrados —, cuando sepas como es ya no te va a dar miedo, generalmente las personas le tienen miedo a algo del que desconocen su aspecto.

—Solo dime cuando ya no esté —insisto en no ver.

—Ya no está —asegura seriamente.

—Seguro—, continúo dudando.

—Sí, confía en mí —abro lentamente mis parpados para asegurarme que no haya nada y tenía razón pero segundos después apareció en el sótano una monja con los dientes filudos y ensangrentados y por inercia volví a cerrar los ojos algo asustada, lo sabía las peores cosas siempre suceden en los sótanos.

Liam continua riéndose de mi reacción y mientras tanto me siento algo avergonzada pero también feliz porque estaba disfrutando de la película y de la compañia.

Tú, mi ansiedad©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora