Capítulo 48

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Mi corazón palpita fuerte y frenéticamente, mis mejillas arden, mis manos transpiran, evito mirar las gradas y me concentro en el piso. ¿Acaso me veo bien con este traje? ¿Y si me equivoco y todos empiezan a reírse? ¿Cuál es mi aspecto en este momento? ¿Soy un desastre? ¿Y si todos se dan cuenta de mis síntomas?...

Me siento incómoda, quiero salir corriendo o que alguien venga y me saque de aquí.

—Vamos Mar ya es nuestro turno de presentar la coreografía que preparamos —viene Alex, luce tan segura con su maquillaje, brillos, atuendo y su coleta sujetada por un lazo.

—Eh... si ya voy... —respondo con una sonrisa falsa.

—Llegó el momento amiga, vamos a bailar —, llega Liam y pasa su brazo sobre mis hombros —espera... ¿te sientes bien?

—En realidad... no —evito el contacto visual —, es solo que siento que no me veo bien y siento mucha vergüenza —susurro.

—De que hablas... yo te veo perfecta —, contesta colocándose enfrente y tomándome por los hombros.

Lo miro incrédula y opto por guardar silencio.

—Si en este momento te sientes incómoda piensa que solo estás conmigo, baila como si solo estuviésemos los dos, como si fuese un repaso más y como si en esas gradas no hubiese nadie.

—Debes saber que eso no es sencillo, simplemente los pensamientos negativos vienen uno tras otro —, confieso.

—Confía en ti, yo sé que has vivido con esto durante mucho tiempo, pero recuerda que tú decides si quieres que este sea un buen recuerdo o no, así que... ¿te arriesgas? —, camina unos pasos y me extiende su mano, retándome a luchar contra mí misma.

Respiro profundamente y tomo su mano. Tomamos nuestras posiciones en el centro de la cancha y empieza el rock and roll. Escucho el ritmo de la canción y recuerdo la coreografía. Primero inician los chicos con sus pasos llenos de coqueteo que nos invitarán a bailar con ellos. Sin embargo, no es sencillo así que bailamos opuesto a ellos también poniendo a prueba nuestros encantos, jugamos con nuestro cabello y falda. Hasta que los apuestos bailarines se atreven a acercarse más y tomarnos de la cintura para continuar con pasos coordinados y llenos de diversión, movemos nuestras cinturas, damos unos cuantos saltos y vueltas. Siempre que puedo establecer contacto visual con mi pareja no logro evitar sonreír, ahora solo estoy concentrada en este momento.

La coreografía fue exitosa, claro está que obtuvimos muchos aplausos, así como una buena calificación. Es satisfactorio sentir mis mejillas calientes y mi corazón acelerado tras un esfuerzo físico y no por una crisis de ansiedad.

—Bailaste increíble —, reconoce Liam con una enorme sonrisa.

—Todos lo hicimos bien.

Estábamos por salir al receso cuando Alex inicia una corta conversación.

—Mar... eh... ¿puedo preguntarte algo? —titubea.

—Sabes que si —menciono con seguridad y la observo —, ¿de qué se trata?

—Bien escucha... Zoe me preguntó durante la clase de educación física si puede acompañarnos en el recreo, entonces quería saber si estas de acuerdo con eso.

—Si no hay problema, pero ¿qué sucedió? —, en ocasiones soy curiosa también.

—No lo sé con seguridad, creo que discutió con sus amigas.

—Ya veo...

Zoe es una chica en ocasiones muy seria y en otras divertida, con una belleza natural, tez clara, cabello lacio corto castaño y ojos color miel. También es muy sociable con los demás, aunque en ocasiones también prefiere tomar tiempo a solas. Desde siempre sus amigas han sido Sara y Daysi, en realidad las últimas mencionadas eran enemigas debido a que siempre les ha gustado ser las favoritas de los profesores, sin embargo, fue hasta el anterior año que Zoe se encargó de unirlas y vieron que sus personalidades en realidad eran compatibles, por lo cual se volvieron las mejores amigas.

Tú, mi ansiedad©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora