Capítulo 78 ✔

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Pov Luis

Qué mierda es todo, esto me prometí salir y protegerla, pero no pude todo, fue muy rápido, todo me da vuelta, pude protegerla, pero cuando la vi, miré algo que nunca esperaba ver, la traición en sus ojos que tanto amo.

Cuando creyó que todo esto era un juego.

Flashback

Ya llegamos, el plan es único terminar con todos y escapar con Noelia y Ana, salir de ahí está encerrada con Ana en su cuarto, todo es perfecto, entramos y la veo con una ropa deportiva, pero sigue con el collar y la pequeña pulsera en la mano.

Veo que están atando a Noelia, pero Ana se resiste.

Quiero decirle que suelten sus asquerosas manos de mi mujer, pero Brandon está afuera sospechara de todo me he perdido en mi mundo, que Ana acabó con todos, solo estamos yo y ella parados.

—Sabes en primera hora pensé que eras una persona «X», pero después descubrí quien eras, lo lograstes, lograstes el cometido, me llegastes a enamorar -veo que resbala una lágrima por sus ojos y esa misma lágrima es un golpe para mí a lo que soy, quiero acercarme y abrazarla pero no puedo.

Aprovecha que me quede quieto y me deja caer al suelo, pierdo la noción, cuando me levanto jure soltar un suspiro pensando que era una pesadilla, pero cuando vi a Agustín con la mirada perdida en la ventana esa era mi respuesta que no era un simple sueño.

—Eres un cabrón, tú lo sabías, ¿verdad? -escupo me mira tranquilo como si no hubiera pasado nada.

—Tú lo decías, esto es solo un trabajo.

—Si un «trabajo» no te dolió ver su mirada en ti, el desprecio, la decepción que tiene hacia ti.

—Me dijo que era igual que su ex -susurra.

—Su esposo, quien sí tuvo huevos para decirle y gracias a eso murió -me mira confundido como si no supiera de lo que hablo.

—¿Su qué?

—Su Esposo

—No sé de qué me hablas

—Con quien te comparo era su comprometido, pero traicionó a Brandon, él lo mató de un disparo, pero ese disparo no iba a él sino a Noelia y lo recibió en él, en el pecho, pero las dejo en un avión para escapar -Me mira sorprendido- pero se equivocó tú no eres ni similar a él -me levanto de la cama, pero me detiene.

—Tú eres lo mismo que yo porque la que está en ese cuarto son las dos personas a las que jugamos.

—Ahí te equivocas, yo voy a salvar a Ana y a Noelia, pero yo no me acosté con nadie en ese plazo, no como tú, que creías que no me daba cuenta, porque piensas que nunca creía tu amor a Noelia -se enfureció sigo mi camino, pero me detiene, me empuja a la pared más cercana sujetándome el cuello.

—¡No juzgues mis sentimientos a Noelia, no tienes derecho!

—No me provoques Agustín y cuáles sentimientos si te revuelcas con cualquiera que se te acercaba.

—Tú no sabes nada y si mierda, Si -me suelta- no sabes cuanto me dolió ver a Noelia ahí con los ojos llenos de lágrimas por mi culpa, cuando le dije que era una más, cuando es lo contrario yo la amo y quise deshacer ese cariño.

Cuando discutí en el comedor de la universidad, ahí comencé, pero no hay nadie que la reemplace, lo intente, pero no puedo, siempre me seguía ese remordimiento -le lanzó un puñete acorralando y como espere se abre la puerta.

—Aguarden esos puños, para otra ocasión está todo listo -y se va dejando la puerta abierta.

—Si en verdad la quieres sácale, por qué no sabes lo que él va a ser.

—Tú sabes que no la busca a ella sino a Ana.

—A ella no le va a tocar ni un solo pelo, de eso me encargo yo -y salgo a la camioneta, veo el radar y está en una fábrica abandonada.

Veo las cámaras de los chicos y todos están escondidos, solo está Brandon con Ana y unos cuerpos en sus pies, pero que mierda Ana está encima de Brandon.

Ya estamos todos en la camioneta, salimos a toda velocidad, el chofer está nervioso y eso puede ser mala pasada.

Los celos están en mí, Brandon la está tocando lo que es mío, veo cada movimiento que dan hasta que Ana lo hace caer, casi saltó de la emoción «Bien Ana, tú sabes quién es el único que puede tocarte» de la nada, las cámaras se borran todas, ¿Qué está pasando?

—Corre más rápido.

Ya estamos llegando cuando vemos que todos están en el suelo y Noelia está con manchas de sangre, el chofer saca su pistola, tira disparos al aire, le tiró un puñete y frena, salgo a ver si hay algún herido, pero Ana está bien, Brandon desgraciadamente también, Noelia ella cae con una mano en el estómago.

Ana corre hacia ella y Brandon a nosotros, la veo y está llorando, marca un número y se voltea, cruzamos miradas, veo rencor, odio, no puede ser mira a mi lado y si ahí está parado Agustín parado sin saber qué hacer.

—¡¿Quién fue?!

No salen palabras de mi boca ni de Agustín, entonces saca de golpe al chofer y lo arrodilla disparando a cada extremidad de su cuerpo, Agustín reacciona y vacía un cartucho en el cuerpo del chico.

Solo la veo a ella, se despega de ella y voltea, brando, sigue gritando como loco camino a ella, pero me detienen, me suben al coche, veo a Ana pelear y disparar a cada uno con una sonrisa en los labios y sus ojos están oscuros muy oscuros.

Veo a una ambulancia y se llevan a Noelia, estamos lejos del sitio y sigo en blanco igual que Agustín.

—Mierda, esto no debe pasar así -lo escucho decir, el teléfono suena y Brandon contesta rápido poniéndolo en altavoz.

—¡La exterminaron! -menciona con sorpresa en lo único que pienso es que digan que no o si no yo mismo los exterminó a ustedes

—Querido, pensé que me extrañabas -se le cae el teléfono de las manos, su voz suena ronca con una pizca de maldad y lujuria.

no te recomiendo ir a las fronteras ni al aeropuerto porque te encontraré y te are pagar tú lo has dicho ya no tengo a quien me clave a la realidad y voy a buscar venganza -se escucha unos gritos- oh tu amigo se levantó.

—jefe sácame esta loca -se escucha.

—Ana -es lo único que dice.

—Suéltame maldita perra -grita, apretó los puños, se escuchan golpes y gritos del chico hasta que se escucha como poco va desapareciendo sus gritos.

—Ni te lo imaginas lo que te are a ti -y cuelga su voz me dio escalofríos.

De la nada suena el celular anunciando un mensaje, lo abre y como si fuera un error lo suelta haciéndolo caer, comienza a temblar, lo recojo y lo veo, es un chico apegado a una columna amarrado con una soga, sus ojos manchados de sangre.

—¡Mierda!

Agustín me lo quita de las manos, lo ve y se queda ahí sin decir nada.

No creo que eso haya hecho Ana o ¿Sí?

En lo que me convertistes【En edición】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora