Capítulo 36 ✔

1.8K 112 3
                                    

Pov. Luis

Esto es tan aburrido, esperar que termine una clase la cual no tomó importancia, es demasiado aburrido, a qué hora va a dejar de hablar.

Si no termina de hablar juro que me dormiré por toda su clase.

—Cuanto es joven Evans.

—25.-contestó.

—Ponga más atención, esta vez le dejaré pasar.

Bla, bla-bla-bla, eso es lo único que escucho ya quiero que termine las clases.

—Hey en qué mundo estas.

No le tomo atención, prefiero perderme en mi mente que estar aquí, he buscado a Ana por toda la universidad, pero no está ¿Dónde se encuentra esta niña?

Recuerdo ver mi espalda llena de arañazos de ella, mi cuello todo marcada por sus mordidas con algunos chupones, el recorrido de besos en mi abdomen, cuanto daría por recordar esa noche para saber qué es lo que pasó.

Fue unas de las peores y mejores noches para escoger embriagarme, no saben lo molesto que es no poder recordar una noche espectacular y ni hablar de las marcas que deje en ella ver su cintura marcada por mis manos fue jodidamente ardiente, ver marcas por todo su cuerpo las cuales yo cause.

Despertar y ver todas esas marcas es alucinante, pero horrendo cuando no sabes cómo paso ¡Ah!

Solo logré recordar fragmentos de lo ocurrido como cuando estaba encima de mí moviéndose, dejando las marcas que me encantan de ella, arañándome la espalda cuando está contra la pared, jalándome el cabello cuando me besa, mordiéndome los labios cuando una parte de su cuerpo pide por mí y nada más, eso es lo único que recuerdo, quisiera recortar todo.

Como pudo dejarme así, joder, esto no se quedará así, me costó demasiado.

Necesito tenerla en mis brazos, besándola, dejando marcas por todo su cuerpo, rogando que la complazca, gimiendo mi nombre, arañando mi espalda, soltando maldiciones cuando este punto de venirse por mí, hacerla mía solo mía, hacer todas las posiciones y mucho más cuando me dio es maldita nalgada.

Cuando una mujer nalguea a un hombre bueno, nadie con sus cinco sentidos, que lo hiciera, despertó todos mis deseos que tengo de ella con solo pensarlo.

—Joder amigo en que estás pensando, eso te va a doler, no sabía que te ponía la maestra -lo miro horrorizado.

— ¡Pero qué mierda hablas como me va a poner esa vieja! -gritó ofendido.

—¿Quiere compartir algo para la clase joven Evans?

—Que me siento humillado.

—Ey cálmate era broma, te quedaste mirando al frente más de 1 hora y estás con una erección -susurra.

¿Cómo que una erección?, miro y si, joder, esta niña me lo va a pagar por todo esto.

Agarro mi maleta para salir de ahí sin importar los gritos que da Maestra, como uno puede caminar con una puta erección, mierda.

—Wow amigo necesitas ayuda -dice coquetamente.

—Lárgate.

Voy al baño, necesito acabar con esto hora, joder.

Por fin pude entrar al baño, fue todo un cuento veo si hay alguien y gracias que no, me mojo la cara, siento que cierran la puerta con pestillo a mis espaldas.

—No entiendes que es un, lárgate.

La miro por el espejo.

—Solo quiero ayudarte un poco -se acerca a mí.

Comienza a desabrochar mi cinturón, siento como una parte de mí se libera, deja algunos besos húmedos por la zona, cuanto deseo que ella fuera Ana, hecho mi cabeza hacia atrás, me quita los bóxer, agarrándolo, moviendo de arriba abajo, aprieto mis manos a lado del lavado. Siento su boca, cubrirlo un poco, agarro su cabello, jalando logrando que lo cubra por completo, moviendo rápido, joder, me demoro si unos cuantos minutos y me corro en ella haciendo que se atore.

Busco un poco de papel para limpiarme, subo mis pantalones, término peinándome el cabello.

—Gracia Rosmeri, toma, esto nunca paso -digo dejando un billete en el lavamanos, no me importa los gritos que da cuando cierro la puerta.



Se va a armar la una guerra

Dejen sus votos y dudas

En lo que me convertistes【En edición】Where stories live. Discover now