Capítulo 54 ✔

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Pov. Ana

Ayer todo hubiera sido más fácil, que se cree mi dueño, pues no se equivocó de persona, no soy la típica estúpida chica que se derrite en los brazos de un hombre, el cual le acaba de decir que «es suya».

Joder, no estamos en una historia barata, aunque algunas me fascinan, pero no lleva al caso, no supe como responder «te lo estoy ordenando» que soy una mascota ni a un animal se le dice eso.

Voy a la ducha, no me demoro mucho porque me había bañado ayer en la noche «pues si me dio flojera» salgo en busca de un vestido más mis vans.

Termino saliendo de mi cuarto a la sala, me detengo al ver a la feliz pareja, estornudos y los dos se dan cuenta de que existo.

—No se preocupen yo, ya salgo, te veo en la uni.

Salgo de ahí, hoy no quiero a ni una pareja junta a mí, juro si veo, le lanzo mi zapato y no les conviene, hoy traigo plataforma, agarro mi moto en dirección a la universidad, no tardó mucho, aún es muy temprano, no hay mucha gente, a lo lejos veo a Michel y camino a él.

—Hola eh ... . -me corta.

—Hola hermosa, ¿Qué necesitas de mí estoy a tus pies? -de acuerdo hermano equivocado, sí que eran gemelos.

—Piérdete o vete con Rosmeri.

—Ya la probé, me gustaría algo nuevo como tú -susurra cerca a mí.

—Si quieres seguir teniendo lo que te cuelga entre las piernas, te recomiendo que te largues -se aterra por mi lenguaje.

—Tranquila nena igual vas a caer. -se va, Agg sí que es odioso.

—Sí, lo sé -sobresalto cuando escucho la voz de Michel por mi espalda.

—Hey me asustaste.

—Soy yo, ¿me parece o me buscabas?

—Si tu casaca lo tengo yo.

—A verdad no me di cuenta imagínate -lo dice con sarcasmo.

—Si aja, y esos lentes, por ello no te reconocí, estás muy cambiado.

—La vez pasada me viste usando ropa que escogió mi hermano, no yo.

—Si lo dejas ver.

Es un cambio radical, está con unos jeans holgados, camisa suelta encima una casaca, todo acompañado con unos lentes redondos.

—Pareces un abuelito vestido así.

—Calla, te dejo voy a clases.

—Si aún falta.

—Pero tengo que ir al salón a dejar mis cosas.

—Mejor dime que me vaya.

—Qué dramática eres -susurra para el mismo.

—Oh, un día conociéndonos y ya me dices dramática que falta de respeto, está bien me voy.

Volteo para irme, pero me detiene arrastrándome al salón, le sigo contenta por lograr mi cometido

Todo el día me pasé con él, no he visto a Luis, pero me da igual, voy en busca de Michel, cuando escuchó gritos a alguien pero que.

—Me vas a hacer mi tarea, me oyes estúpido nerd.

Se escucha un quejido por curiosa salgo a ver cuando es un grupo de chicos golpeando al que está en el suelo.

—¿Se puede saber qué mierda hacen?

Todos voltean a verme, me quedo en shock al ver que es Michel rodeado.

—Nada linda, es que este nerd no quiso hacer nuestra tarea y le damos su merecido.

Que más falta en serio hay gente que a pesar de estar en una universidad existen estos tipos de persona.

—¿Tú no la puedes hacerla? -pregunto sarcástica, de coquetos me miran con el ceño fruncido, mirándome enojados por lo que acabo de decir.

—Linda es mejor que te largues si no quieres ser lastimada -ahora se pone lo bueno.

—¿Qué piensas golpearme?

—Si no te largas, no quiero malograr esa hermosa cara.

—Okey aquí estoy -no se mueven ni uno- yo pensé que iba a ser más emocionante ¿Qué me tienen miedo?

Uno se molesta y viene a mí, le recibo con un golpe en el rostro haciéndole caer, los demás me miran furiosos hasta que viene el que me dijo que me largara.

Se tira a mí, lo esquivo que logra hacerme caer al piso, diablos, estoy con vestido, me paro, pero recibo un golpe en la pierna, miro al quién me golpeo lanzándome a él.

Caer al piso y le hago una llave haciendo el mínimo movimiento, si no se sube el vestido, se desmaya, algunos me miran sorprendidos y otros furiosos, eran seis y ahora son cuatro, uno iba a venir.

—Preciosa, te dije que te largaras, ahora tendrás una enorme marca parte mía.

Sacó una navaja de su bolsillo para venir a mí, parece un niño jugando con algo filoso que decepción, lo agarro logrando que suelte la navaja, apretó su cuello.

—¿Qué decís?

—Suéltame maldita zorra.

Lo sujeto fuerte paso mi mano por su camisa, primero me mira confundido hasta que sacó su otra navaja, al parecer si tenías razón mi hermoso querido.

—No debes jugar con algo que no sepas manejar.

Juego con la navaja cerca a su cara, los demás me miran aterrados, él me mira con miedo, «joder cuanto he extrañado esto»

—Vas a seguir jodiendo al chico aquí y otros más -digo apuntando con el arma en mis manos.

—Te vas a arrepentir de esto, le diré a mí -lo que me faltaba un hijo de papi.

—Con tu PAPI no crees que eres muy grandecito -presiono la navaja en su rostro- ¿vas a volver a molestarlo?

Se queja por la presión y asiente, hago presión más veo que sale un poco de sangre.

—¿¡Que!? No te escucho.

—Sí, está bien, no voy a volver a molestarlo contenta -sonrió satisfecha y le tiró un golpe en el estómago, veo que cae al suelo recuperando el aire.

—¿Si ustedes qué?

—¡Sí, señora! -e van todos corriendo, recogiendo al quién está en el suelo, suspiró y sonrió.

—¡Hasta luego chicos vayan con cuidado! -escucho una risa del herido, me había olvidado de él, camino a él, pero suelta una carcajada lo acompañó, no sé por qué me río, pero da igual su risa es contagiosa.

—Ya tienes personas que te tienen miedo.

—Eh, yo no soy así siempre -joder, tuve que controlarme un poco, ya deje traumado al chico.

—Tranquila se lo merecen pequeña niña karate kid.

—Qué gracioso tienes que saber defenderte, no voy a estar siempre pateando traseros sucios de «PAPI» -de la nada pasa un silencio profundo hasta que se ríe, parecemos unos locos.

—Enséñame -okey eso si no me lo esperaba.

—No soy maestra.

—O vamos, acabas de pelear con un grupo de seis personas, no me digas que no sabes enseñar.

—Está bien, pero con una condición vamos a ser un cambio radical contigo está bien.

—¿Tengo que tener miedo?

—Sip -contesto como una niña, así nos matamos en risas.

Ahora tengo un motivo para evitar a Luis que bien, caminamos a clase y si es verdad compartimos la mayoría quedó para vernos hoy en la tarde las prácticas.

Subo a mi moto a casa, subo corriendo a mi habitación, busco unos zapatos deportivos más un conjunto de gym y hago, hoy día sí que voy a estar ocupada.

En lo que me convertistes【En edición】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora