Capítulo 95 ✔

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Pov Ana.

Me levanto ya que estoy siendo aplastada, intento moverme, pero me acorrala más a él.

Voy abriendo los ojos y ahí estoy en su pecho recostado como si no me molestara, aunque no me molesta, pero... Ya no sé qué creer.

Trato de separarme, pero no quiere, lo miro, intento moverme, pero frunce el ceño sedo a abrazarlo y se relaja.

No, es un instinto, no olvides lo que tienes pensado, Ana.

Me levanto un poco, beso sus mejillas hasta que me suelte, intento pararme lográndolo bien.

Tengo que irme antes que despierte.

—Ana -susurra, me quedo quieta esperando que diga algo, pero no dice nada volteo y sigue durmiendo, es preferible.

—Ana, no te vayas -me quedo como piedra, pero está dormido.

Salgo de ahí dejándolo con el ceño fruncido, no sé cómo lo tomé, pero estoy confundida conmigo misma, no sé qué está bien ahora.

Agarró una mochila poniendo lo necesario busco la llave de la camioneta, tengo que salir de aquí.

Estoy sin rumbo, estaría bien irme sin despedirme de Noelia, Joshua y Michel, no mejor voy y listo.

Voy primero a Michael manejo hasta su casa, la cual sigue igual de impecable.

Toco esperando que salga él, pero no sale su mamá.

—Oh Ana, ¿Qué te trae por aquí?

—Disculpe, pensé que estaba Michael, lo busco otro día.

—No, tranquila, él está limpiando sube, ya conoces su cuarto.

—Disculpe la molestia.

Al entrar a la segunda planta lo encuentro bailando lady gaga me rio por sus pasó lo que lo asustan haciéndole caer.

—Tienes que buscar un caza talento, estás perdiendo dinero -me río, él solo niega.

—Oh vamos Ana, pareces peor que fantasma no te escuche entrar.

—Si ya lo veo -sonrío- dejastes de entrenar.

—No me vengas a decir que solo has venido a eso.

—La verdad no, solo vine a molestarte, pero si quieres me puedo ir.

—Nunca cambies, vale quédate te traeré un vaso de agua.

—No me niego.

Solo sonríe, sale por el agua, dejar todo me ayudaría a mí o quizás.

—Sí que has venido distraída, toma -me da el vaso- ¿Qué te tiene distraída?

—¿Por qué distraída estoy aquí?

—Era porque no me vistes ni los tacones y que casi me muero cuando baje para el agua.

—¿En serio? - Miro, pero no tiene unas chanclas.

—Ahora si me vas a decir por qué razón o quien te tiene distraída.

—Oh, vamos, solo estoy un poco abrumada -me tiro en su cama rebotando.

—¿Todo sucedió tan rápido, verdad?

—Ni te lo imaginas descubrir cosas que ni quería y pedía, ahora sabiendo todo no sé ni cómo actuar.

Veo que camina a la puerta cerrándola, no le tomo importancia en lo más mínimo.

—¿En qué estás metida Ana? -su pregunta me sorprende, su actitud cambió completamente, está más serio.

En lo que me convertistes【En edición】Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt