Capítulo 96 ✔

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Pov Luis

Todo el día Ana, ha estado intranquila, cada momento ha estado pendiente al móvil, he tratado de distraerla y me alegro cuando lo logro, pero por cada sonido del móvil se levanta desesperada para buscarlo.

—¿Ana qué pasa?

—Nada de importancia, solo estoy esperando un mensaje.

—Tan importante es

—Algo diría yo.

—Vamos, has estado con el móvil todo el día, supongo que te lo va a enviar mañana tranquila -solo suspira tirándose al sofá.

—Bueno, quizás tengas razón, ni más le vuelvo hacer caso a sus ideas de Michael.

Al escuchar su nombre me incomoda y saber que Ana estaba desesperada por un mensaje de él me molesta.

—Ah, entonces el mensaje es de tu amiguito.

—¿Sí?

—Me has estado ignorando todo el día solo por tu amiguito -se voltea a mirarme, no me importa que su mirada eres un energúmeno por estar celoso, pero pensé que era más importante- ¿Qué acaso pasó un accidente o algo?

—Oh Luis, te conozco y no, no le sucedió nada, solo es una bobada de él.

—Ah.

Estaba por pararme a irme al cuarto para no actuar como un cavernícola enfrente de ella, pero me detiene.

—¿Luis qué pasa?

—No pasa nada, son cosas mías vale.

—Mira, no estoy para dramas, está bien -es como si algo explotara en mí.

La atraigo a mí sujetando su cintura acorralándole con la pared más cercana.

—¿Dramas?

—Sí, dramas de celoso repulsivo.

—Si está bien, estoy que arde de celos porque «mi novia» está pendiente 24/7 con el móvil para solo un mensaje de su amigo.

—¿Qué tiene de malo?

—No tiene nada de malo -no se puede mover, me acercó a su cuello susurrando- qué pasaría si la cosa es al revés, que yo esté pegado al móvil todo el día esperando un mensaje de alguna mujer.

La conozco también que sé que hasta ella se molestó por la pregunta, su mirada me lo confirma, me encanta ver esta expresión en ella que la consuma los celos y no ser el único, pero se apodera de la ocasión, se acerca a mí chocando sus labios con los míos.

—¿En serio quieres saber mi respuesta?

—La anhelo

—En primer lugar, lo conoces, entonces no es un desconocido, en segundo no creo que una mujer se te acerque.

Eso me deja confuso lo primero no, ya que es cierto si lo conozco, pero no confió en él, lo segundo sí.

—¿Por qué crees que no se me van a acercar?

—Fácil primero la mato -me, causa gracia lo celosa que puede llegar a ser.

—Si es así, no crees que matarías a todas las mujeres del mundo.

—Todos saben que eres mío y nadie puede quitar lo que es mío -me muerde los labios, diablos me está provocando- no sabes lo celosa que puedo llegar a ser -susurra por mi cuello hasta llegar a mi oreja- no es por inseguridad y lo sabes muy bien.

Los papeles se invirtieron, él está acorralado, soy yo.

—Entonces deja el papel del dañado que no te da.

—¿Sabes lo injusto que es?

—La vida no es justa -me suelta para irse, pero la atraigo para besarla.

Su cuerpo es libre de emociones, lo acepta, nos guiamos por donde tocar cada momento, me rodea el cuello, la acercó a mí para besarla a mi gusto, pero algo me interrumpe.

Que se escucha el sonido de la puerta volteo para ver qué pasa, cuando pierdo la noción solo veo a Ana, logrando que me apoye a ella.

Perdón, no había opción -susurra dándome un corto beso haciendo que pierda el sentido de todo.

En lo que me convertistes【En edición】Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon