Capítulo 84 ✔

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Pov Luis

Veo a Agustín cayendo poco a poco por la anestesia, no quiero, pero primero es lo mío, voy a dejarte el camino limpio para que hagas lo que quieres hacer, eso te lo prometo.

—Muy bien, con esto me distes tu lealtad, sabía que esa perra iba a perseguir a uno de los dos -solo miro a Agustín diciendo perdón, si contestó puede que no lo tenga a mi lado, es mejor así- llévenlo -intenta darle una patada.

—Si tocas un solo pelo te cortó en pedazos, yo me encargo de él solo dime donde lo voy a llevar.

—Sigues protegiéndolo.

—Piensa lo que quieras, yo me encargo de él

—Espero confiar en ... -el celular de Agustín suena.

Busco el celular y está en su bolsillo, es de un número, no está agregado, pero manda una dirección, si no me equivoco este es el número de Ana, me memorizo el número.

—Número desconocido, manda una dirección -le doy el teléfono.

—Es la perra de Ana -no debo molestarme ni nada o se dará cuenta.

—Bueno, yo te necesito ahí, no sé qué haces con él, pero te quiero conmigo -solo asiento y saco mi celular para llamar, me contesta a la primera tonada.

—Te quiero aquí en 2, te llevas a Agustín -miro a Brando- donde siempre.

Cargo y lo meto en su cuarto, pero antes agarro su celular, borro lo visible, pero dejó un mensaje que él solo lo va a entender, espero que no me odie, salimos a la dirección, pero si antes resguardamos el lugar toda la manzana.

—Ya vamos a llegar, no quiero nada de improvisaciones.

Solo vamos en una camioneta, es un punto descampado, porque mandó aquí a Agustín, baja primero Brando, va caminando tranquilo, con cada movimiento se puede ver todo por las cámaras que tiene en su cuerpo como en el chaleco y sombrero. Sigue directo en la puerta, es un sitio muy despejado que puedes matar a alguien sin que se enteren el mundo, ya llegó en la puerta, pero aún no vemos nada, solo es un local sucio que muy pronto se va a derrumbar y en medio de todo hay una silla.

Pensamos que era mentira, pero de la nada se escucha golpes de tacón, se voltea y ahí está ella con una cola alta, jeans oscuros, una playera blanca como se puede ver tan hermosa con algo muy sencillo.

Solo le sonríe y se sienta con las piernas cruzadas.

—Pensé que no vendrías.

—Por qué no, yo anhelaba verte de nuevo.

—¿Qué pasó con Agustín?

—Sabes como seducir a mis perros, están pagando por traicionarme -su mirada se oscurece y aprieta las uñas, pero cuando algo se le pasa por la mente ahora solo sonríe.

Dios con esa sonrisa puede que mi cuerpo se tense.

—A si, bueno, por ello te tengo aquí, ¿Qué es lo que quieres?.

—Ana Querida en serio creíste que te ibas a liberar de mí.

—Querido -se echa a reír- me acabas de hacer reír, la pregunta no es esa -se para y camina a él- ¿de qué te quieres vengar? Me pasaron varias cosas por la mente como humillarte como hombre -recorre en círculos a su alrededor- o ser mejor que tú.

De la nada Ana agarra el sombrero y lo pone en un lugar cercano, aquí se puede ver lo que hacen los dos Brando, tiene los puños apretados como si fuese cierto.

—Querida se llama traición lo que me has hecho.

—¿Traición?

—Sí, pensaste liberarte de mí después de decirme que me engañaste con no sé a cuantos tíos, eso lo deje pasar, pero ganarme en la encuesta y hacer cero alrededor tuyo nunca ¡Soy mejor que tu perra!

—Con qué cara me dices que te engañe si ese mismo día te ibas a revolcar con una en nuestra casa.

Qué mierda ellos eran novios antes de todo, Ana fue suya en primer momento imaginarlos a los dos me molesta.

—Eras solo una cría, yo fui quien te hizo mujer o te olvidaste.

Qué mierda, pensarlo me molesta, pero saberlo me da ganas de matarlo.

—Como olvidar el día que te aprovechastes de mí.

¡¿Qué?!

En lo que me convertistes【En edición】Where stories live. Discover now