Mi Novio el Narco

Capitulo 26.

Preparativos.

Verónica 

Luego de estar dos días con James y Alejandro, me di cuenta de que James tiene una memoria excelente, que es bastante relajado pero tiene sentido del humor, que Alejandro come el doble de lo que pesa, habla mucho cuando esta bajo estrés y tiende a rodar los ojos cuando algo le parece "patético", que ambos trabajan bastante bien a a pesar de que Samuel los presionaba muchísimo para poder terminar rápido. 

Los papeles que se llevaron tenían las firmas de Alejandro y Camille, facturas con precios algo elevados, una que otra cuenta inflada, pero, eran pruebas suficientes para otra demanda y un escandalo peor. 

Samuel no estaba preocupado, todo lo que apunto en algún momento a que él si lavaba dinero con los supermercados, había desaparecido o simplemente no servía, unos decían que era gracias al gran abogado que había conseguido, otros decían que todo el caso había sido una farsa y que había soborno de por medio, al final, ni yo sabia que había pasado. 

Alejandro me conto algo de unos "limites" y acuerdos que tenían Caleb y Samuel, ¿cómo era posible? Él hombre nos mandaba a seguir, robo cargamentos importantes y sin fin de cosas, ¿cómo era que Samuel permitía eso?

Camille y Dominic cerraron de la bodega. Encontraron otro lugar, pero en vez de volver a esconderlo, lo sacaron como "El bar del boxeo", bastante predecible el nombre, la verdad. Era aun mas grande que la bodega, con el ring en el sótano y el bar en el primer piso. Samuel llevaba ya un tiempo con el proyecto y esa semana terminaron de construir el lugar, todo como anillo al dedo. 

Samuel le entrego la administración de los supermercados a Daniel, quitándole una carga a Alejandro. El disparo que recibió Alexander no fue la gran cosa y sobre la fiesta, todos debíamos ir y estar atentos, la reunión seria entre Caleb y Samuel, la condición era ir sin escoltas, pero era obvio que Alejandro y Daniel no iban a estar de acuerdo. 

La fiesta era en la noche, Camille y yo salimos, ella quería ir a ver vestidos al centro comercial y yo solo quería tomar aire. 

-¿Cómo me queda? .-dijo ella, saliendo del vestidor. Tenía un vestido negro, largo, corte sirena; era el numero 15 que se probaba.

-Te queda precioso, amiga .-le dije y le dedique una sonrisa. 

-Me llevo este, ¿si? .-me miro en busca de aprobación, yo solo asentí. Era una desalmada, pero también era un terroncito de azúcar cuando se lo proponía. Entro al vestidor a cambiarse y salió para pagar.

En la boutique nos dieron champaña y yo ya iba como por la quinta copa, ¿sentía vergüenza? No. Pero, al levantarme sentí un ligero mareo, moraleja: nunca tomen alcohol sentadas, es una trampa.

-¡Faltan los tacones! .-dijo emocionada, vi que tenía dos bolsas.

-¿Qué traes en la otra bolsa? .-pregunte y alce una ceja. 

-No preguntes y vamos .-halo mi brazo y me llevo a una zapatería que quedaba en frente, saludo a la chica que atendía y dio una vuelta por toda la tienda.

-¿Qué te parecen? .-dijo, mientras sostenía unos tacones negros, bastante altos. Sonó su celular y sonrió.

-Están bonitos.

-Estos serán entonces .-dijo y fue a pagar. La sentí afanada, todo lo contrario con el vestido. 

-Están muy unidos con Dominic, ¿no? ¿A que se debe? .-pregunté. En esos dos días escuche hablando a James y Alejandro sobre la relación que habían tenido ambos, medio chismosos también. 

-Pues, supongo que sabes que todos nosotros nos conocemos desde pequeños, ¿si? 

-No, pero cuenta .-la curiosidad era enorme.

-Bueno, pues es básicamente eso. Dominic me a gustado desde hace ya tiempo, era mutuo pero por un mal entendido nos alejamos. Se acerco a mi hace unos días y conversamos, arreglamos el mal entendido y pues, estamos viendo como fluyen las cosas, ¿haríamos bonita pareja? .-vi una pequeña chispa en sus ojos.

-¿Qué mal entendido? Yo siento que si .-el chisme era completo, si no para que.

-Pensó que yo le gustaba a Daniel .-respondió, mientras bajábamos las escaleras eléctricas. Mire hacia la salida del centro comercial, estaba Alejandro con James, Dominic y Daniel. 

Alejandro sostenía un ramo de rosas enorme. Diosito, ¿será este mi ser amado?