Capitulo 44.

1.1K 69 3
                                    

Confusión.

¿Era difícil estar con papá? No. Pero llegaba a ser incomodo, ya no estaba la confianza presente, no me sentía bien, ni tranquila. 

-¿Cómo van las cosas con Alejandro? .-pregunto Gregorio. Haciendo como si nada hubiera pasado, como si no estuviera entre nosotros ese muro invisible de "tenemos que hablar, tienes mucho que explicar". 

-No quiero hablar de eso .-y era verdad. 

Estábamos en un restaurante, desayunando; nada costoso, ni escandaloso. Como a los que solíamos ir antes. 

-¿Vas a estar con esa actitud siempre? .-dijo él, frunciendo el ceño. 

-¿Qué esperabas? .-le respondí -¿qué clase de padre le dice a su hija que no esta listo para dejarla sola, pero a la primera oportunidad la abandona? 

-No tuve opción, Verónica. 

-Siempre hay una segunda opción .-dije, viéndolo a los ojos. 

-¿Querías que Samuel nos matará?, ¡¿eso querías?! 

-¡Alejandro y Daniel no lo hubieran permitido, y tu lo sabías! .-a este punto, la gente en el restaurante nos empezaba a ver raro.

-¡¿Crees que a ese hombre le importan sus hijos?!

-¡¿Y a ti si te importo tu hija?! .-lo que menos quería era llorar, ya había pasado por mucho. 

-Samuel me envió a buscar a una mujer llamada Julieth, por unos papeles, grabaciones, fotos, todo lo que pudiera servir de prueba para el juicio contra él. Al llegar encontré una casa abandonada y a ella muerta según los registros que habían en ese país .-aun mas serio, siguió -¿sabes que dijo cuando volví? Que las sospechas apuntaban a ella, que le había parecido haberla visto en alguna parte, que no había muerto y que lo mas probable era que estuviera planeando algo mejor.

-¿Por qué no dijiste nada?, lo hubiéramos resuelto .-sentí mis mejillas arder y la primera lagrima cayó. Todo lo que había reprimido estaba listo para salir en ese momento.

-Porque con gente como Samuel no se juega, Verónica. Él aun te necesitaba acá y yo no podía hacer nada por romper el trato que ya habíamos hecho. 

-¿Qué trato? 

-Tuve muchos problemas por casos del pasado, cosas que me salieron mal. Te tenían a ti entre ojos, porque sabían que eras mi hija. Vi la oportunidad con Samuel para que te dieran la seguridad que yo no podía, al ceder a su amenaza, prometió cuidarte como si fueras su hija.

-¿Él esta enterado de eso?

-¿De qué?, ¿de mis problemas? No .-rio, amargamente -él cree que soy un abugaducho que le confía su hija a cualquiera. Todo lo hice para protegerte. 

Dicho eso, se levantó de la mesa y salió del restaurante. Quede ahí, sola, intentado no llorar, intentando procesar todo lo que había dicho. Y es que se me hacía irreal, Dios, ¿en que momento paso todo esto?

Me levante y fui a pagar la cuenta.

-Esto lo dejo un chico acá hace un rato .-dijo la cajera, mientras me pasaba un sobre -te vi discutiendo con el hombre, ¿estas bien?

-Si, tranquila .-le intente dar una sonrisa a la chica y salí. Camille me había prestado una camioneta para poder salir sin Alejandro, me subí e intente respirar profundo, pero era como si me pesará el pecho. 

Conduje unos 15 minutos y no pude mas, necesitaba llorar. Me sentía débil, cansada, ¿cómo podía perder tanto en tan poco tiempo?

Mi celular sonó, no lo revisaba mucho. Siempre aparecía algo referente a Alejandro, algún escandalo o teoría de que era mi culpa lo que le estaba pasando. 

Mi Novio el NarcoOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz