Mi Novio el Narco

Capitulo 32.

Alianza inesperada.

Verónica

Todo iba de mal en peor, con Samuel en coma, Alejandro tuvo que encargarse de la empresa y negocios aparte y aunque Daniel le ayudaba, no era suficiente.

Alejandro me contó que la nota que les mostré, no era la única; que del collar solo quedaba la cadenita y que no había sido mi culpa que se llevaran el dije, pero, yo sentía que si, era algo valioso.

Por otro lado, el sepelio de Caleb iba a ser hoy; se abrió una investigación, lastimosamente, no se había encontrado nada, el hombre que lo había asesinado no tenía papeles, al parecer no estaba registrado en este país.

Los titulares del periódico hablaban de teorías, de la supuesta guerra entre los carteles, de una operación policial; de un atentado en contra de uno de los más grandes empresarios del país, Samuel Taylor; ¿recuerdan cuando empuje a un reportero? Bueno, eso también salió en la sección de entretenimiento.

Alejandro y Camille decidieron no levantar cargos en contra de Alexander, con la condición de que se unieran para saber quien estaba detrás de todo esto. Aunque en un principio dudaron de la alianza, no tenían de otra, alguien con mucho poder iba por ambas familias.

Ademas, con la caída de Caleb, muchos narcos quisieron ocupar su lugar, posicionarse como los "más grandes", cosa que ninguno iba a permitir.

-¿Ya estas lista, preciosa? .-dijo Alejandro, entrando a la habitación; íbamos para el sepelio, me había puesto un vestido negro, pegado al cuerpo. El llevaba un traje negro, diferente al de la fiesta.

Tengo que confesar, que, cuando Alejandro me llamaba "preciosa", no evitaba pensar en la ballena que era mascota de la abuela de Sid, en la era de hielo, Dios.

-Si .-dije y fui tras él. En la puerta nos esperaban Dominic y Camille.

-¿Dónde están James, Angelica y Daniel? .-se me hacía extraño no verlos juntos.

-Angelica y James en el bar .-respondió Camille -Daniel esta en una reunión con proveedores.

-Ya vamos tarde .-dijo Alejandro, agarrando mi mano para salir y como de costumbre, abriendo la puerta para que yo pudiera subir a la camioneta. Me sorprendía como podía cambiar de auto tan fácil.

-¿Cómo van las cosas con Camille? .-pregunte, últimamente pareciera que se estuvieran evitando.

-Siente que ya no confió en ella, a veces puede ser algo exagerada .-respondió Alejandro y como de costumbre, restándole importancia a lo que estaba pasando.

-¿Por qué exagerada? .-dije. Ya me sentía algo molesta.

-Porque dice que otra vez estoy reprimiendo lo que siento, pero yo estoy bien .-no, mor. Las ojeras y el olor a cigarrillo dicen lo contrario.

-¿Y no es lo que haces? .-dije, alzando una ceja.

-¿También tu con eso?

-Mírate, llevas días con esas ojeras, fumas con la excusa de que "te ayuda", siempre intentas tener la cabeza ocupada para no pensar demás .-Alejandro era complicado de leer, pero una vez que lo entendías, era un libro abierto.

Alejandro no dijo nada mas, él sabia que yo tenía razón, era cuestión de tiempo para que lo aceptará.

Al llegar a la iglesia, vimos que estaba casi vacía. Solo había una señora de tercera edad llorando, una mujer de unos 30 años al lado del ataúd, Alexander estaba sentado en las primeras bancas. Dominic y Camille nos esperaban sentados en las bancas de la mitad.

-¿Qué paso con los demás? .-pregunto Alejandro en voz baja.

-Nadie mas quiso venir por miedo .-respondió Dominic.

-Desde siempre las mejores propiedades, los mejores carros, las mejores fiestas, amigos y mujeres por montones; debe ser frustrante terminar con un sepelio así de deprimente .-dijo Camille, aun mirando hacia el ataúd. Alejandro fue donde Alexander y se sentó junto a él.

-Quién diría que hace unos días se querían matar .-dijo Dominic, viéndolos.

Todo transcurrió normal, a la hora de enterrar a Caleb, Alexander se desmoronó y cayó de rodillas, pidiéndole perdón por todo lo que había pasado entre ellos.

-Vamos por agua, cariño .-dijo la mujer de 30 años. Viéndola un poco mejor, era rubia igual que Alexander, tenía la nariz respingada y un cuerpo de envidiar. Llevándose a Alexander, la única que quedaba era la señora; me acerque a ella.

-Mis mas sinceras condolencias .-dije y le di una sonrisa de boca cerrada, ella solo me abrazo y lloro en mi pecho.

-Era mi hijo, muchas veces le dije que todo acabaría así, le pedía constantemente que se saliera de todo eso, ¿lo eduque mal? .-y como si tuviera el corazón pequeñito, se me aguaron los ojos.

-No, Doña. Usted no tiene la culpa de los errores que pudo llegar a cometer, usted cumplió con darle lo mejor, fue decisión de él hacer las cosas mal .-¿qué más le podía decir? No era buena con esto.

-Muchas veces le dije que esa mujer iba a ser su perdición, ella fue quien lo mando matar, estoy segura .-bueno, acá podía conseguir el nombre de alguien.

-Disculpe, ¿qué mujer? .-y antes de que la señora pudiera responder, sonó un disparo y ella cayó en mis brazos.

-Ju... .-fue todo lo que pudo decir; Alejandro vino corriendo, Camille y Dominic fueron a revisar el lugar. Yo no lo podía creer, ¿qué tanto odio podía tener alguien por dentro para hacer todo esto?

Alexander quedo helado cuando vio la escena en la que nos encontrábamos, pero la rubia ya no venía con él.

-Estarás con papá de nuevo, pero, estarás feliz allí .-dijo Alexander, acariciando la mejilla de su abuela; ya no habían mas lagrimas para derramar al parecer. 

Oí el celular de Alejandro sonar y se retiro para contestar.

-Encontramos esto .-dijo Dominic, con una maleta en la mano y un fusil en la otra.

-¿Qué hay en la maleta? .-pregunto Alexander.

-Munición y otro sobre .-respondió Camille, mientras la revisaba. Vi como Alejandro se dirigía hacia nosotros de nuevo.

-Gregorio va a volver .-dijo él, serio. ¿Estaba preparada? No.