CAPÍTULO TRECE

113K 8.6K 6.3K
                                    

SI FINJO QUE NO PASÓ, NO PASÓ




¿Quieren saber en que soy muy buena?

La respuesta a ello es: "hacer como si las cosas que sucedieron, en realidad no hayan pasado"

Soy genial en ello, por no decir la mejor, en verdad, lo he puesto en práctica y uff, me sale como si de una profesional se tratara.

Sé que empezar a contarles esto parece una completa locura, créanme, lo sé, pero..., recapitulemos con lo último que supieron de mi: Dean dejándome en el umbral del departamento de Isabella, diciéndome que Voldemort lo único que sabía hacer era lastimar. Si, lo sé, raro como la mierda. Luego de que saliera de mi estupor después de sus palabras, entre al departamento, donde mi amiga lloraba de manera desconsolada en su cama. Le quite sus enormes tacones y la ayude a cambiarse y ponerse su pijama. Tome algodón y desmaquillante de su baño y con cuidado lo pase por su rostro, mientras ella no dejaba de llorar, pero con la piel de porcelana que tenía, sino quitaba el exceso de maquillaje que tenía, al día siguiente se llenaría de granos, lo sabía porque ella me lo había contado.

Luego de terminar de limpiar su rostro, procedí a hacer lo mismo con el mío y una vez que termine, me acurruque a su lado y la abrace con fuerza, dejando que largara todo eso que tenía dentro y que supiera que yo estaba allí para ella, que no estaba sola y que si caía, yo seria quien la ayudara a levantarse, por que para eso estaban las amigas.

Al día siguiente cuando desperté, el olor a huevos revueltos y tocino hizo que mi estómago gruñera con hambre, y cuando me levanté, mi amiga se veía perfecta, con los ojos un poco hinchados, pero entera y eso hizo que la admirara un poco más.

Nos dirigimos juntas al trabajo y acordamos en seguir en el gimnasio ya que nos vendría bien, le ofrecí cambiarnos a otro diferente, pero ella denegó aquella propuesta y me dijo que se aseguraría de que vayamos los días que ellos no fueran.

Dije que sí, mientras para adentro rezaba no volver a pasar tantas penas como la última vez que había estado allí, pero como mi amiga tenía el corazón roto, yo estaba dispuesta a ayudarla y de ser necesario, distraerla hasta que sane.

Cuando llegamos ese día al trabajo, agradecí que mi jefe no se encontrara, mientras me decía a mi misma que lo de ayer no había pasado, simplemente obligaba a mi mente a apartar aquellos pensamientos, sin embargo mi pecaminoso cerebro tenia otra idea en mente, cuando reproducía una y otra vez las imágenes de lo que había pasado la noche anterior, las manos de él por todo mi cuerpo, cuando casi toca mi centro, cuando lo tocó, las palabras susurradas en mi oído, su maldita y caliente lengua..., joder, más de una vez había tenido que presionar las piernas entre sí.

De todas maneras todo se fue al carajo ni bien quien no debe ser nombrado apareció. Voldemort entró en su restaurante como lo que él era, el puto rey y yo no entendía si siempre lo había visto de aquella manera tan avasallante o solo era ahora, que había descubierto lo que era tenerlo cerca.

Como si supiera cuál sería mi actitud, mi jefe me miró por unos cuantos segundos fijamente, lo sé porque podía sentir su mirada clavada en mi, sin embargo me negué a observarlo, me negué a despegar mis ojos de la mesa a la cual estaba limpiando.

—Así que será de esta manera —murmuró cuando pasó por mi lado con la voz tan baja que solo yo pude oírlo.

¿Qué había querido decir? No tenía idea, o por lo menos no tenía idea en ese momento, porque Voldemort se encargó de mantenerme a su lado todo el tiempo.

Pecado con sabor a chocolate [+21] ©️ LIBRO 1Where stories live. Discover now