CAPÍTULO CUARENTA Y TRES

72.1K 6.1K 3.9K
                                    

SI ME AMABAS, ¿PORQUE ME DEJASTE?











—Mine, necesitamos hacer una retirada —murmuro Isa en mi oído a medida que yo tomaba de la pajita un gran sorbo de mi mojito.

Si, había caído rendida a los encantos del alcohol, pero es que Xander sabía lo que hacía y yo necesitaba distraerme.

—¿Por qué? —Pregunte, distraída.

—Porque si —respondió ella con el ceño fruncido en mi dirección. —Es el quinto mojito que te tomas, vas a terminar peda —me retó.

—Pues mejor —respondí y después me entró la risa boba.

—Minerva, dile a Dean que nos diga en qué habitación vamos a dormir.

—¿Por qué no le dices tu? —Pregunte en su lugar, removiendo con la pajita los hielos, intentando exprimir un poco más de alcohol.

—Por que está con Xander y Gina y no quiero acercarme a ellos.

—¿Dónde está la perra fuerte que me obligaste a ser antes? —Pregunto en su lugar.

—Está llorando en un rincón —responde ella, rodando los ojos. —Anda, dile, que me urge hacer algo...

—¿Algo como qué? —Y sepan disculpar, pero cuando voy bebida se me da por hacer muchas preguntas.

—Algo que se hace a puertas cerradas —es todo lo que responde.

Me quedo unos minutos pensando en que se puede hacer a puertas cerradas, hasta que mis ojos se abren como platos y digo en su dirección:

—¿Acaso vas a masturbarte?

Si, lo sé, no era eso a lo que Isa se refería, y si, también lo dije un poco más alto de lo que pretendía, pero es que así es el alcohol.

—Minerva, por todos los cielos, ¿qué mierda pasa contigo? —Se queja, mirando a nuestro alrededor.

—No lo se —respondo con sinceridad y dejando mi vista clavada en un punto fijo.

—Oye —dice ella. —¿Por qué miras de esa manera a Thomas? —inquiere. —Es un idiota, no te conviene.

—No estoy mirándolo —me escudo.

—¿A no? —Responde ella con ironía. —Te quedaste mirándolo como idiota un rato largo y ahora viene para acá.

—Ay no —digo en su dirección. —No me dejes sola con él —suplico.

—No lo haré, puede ser un grano en el culo cuando quiere —murmura ella, dando un gran trago a su bebida, saboreándola con los labios.

—Señoritas —dice el tal Thomas, llegando a nuestro lado.

Yo por mi parte hago eso que siempre me funciona en los clubes: miro fijamente al piso, fingiendo no escucharlo.

Si, se que es una idiotez, porque no somos más de diez personas aquí, pero, ¿no te dije que voy peda? Así que, bueno, te aguantas mis mamadas.

Se que Isa me está mirando fijamente, seguramente preguntándose qué diablos está mal conmigo, de todas maneras parece responderse sola cuando niega con la cabeza y..., hace lo mismo que yo.

Si, Isa tambien esta medio peda.

—¿Señoritas...? —Insiste el muchacho y sé que ya no podemos jugar a ignorarlo sin parecer dos desquiciadas.

—Lo siento —digo, levantando la vista para poder mirarlo. A decir verdad es un muchacho bastante guapo, de esos que tienen la cara linda, rasgos finos y que no necesitan mucho más para conquistar a una mujer. Es alto y su cabello es de color rubio con unos ojazos celestes impresionantes. Y hasta ahí es todo lo que mi cerebro borracho puede describir.

Pecado con sabor a chocolate [+21] ©️ LIBRO 1Where stories live. Discover now