CAPÍTULO VEINTIUNO (PARTE UNO)

97.9K 8K 2.8K
                                    

ANNALISE BONHEUR





Estoy sentada en la oficina de mi jefe, de brazos cruzados mientras él no quita los ojos de encima mío, haciéndome sentir incómoda y no de esa manera que suele hacerme sentir incómoda.

Genevieve por su parte parlotea sin parar, comentando la cantidad de tiempo que hace que no ve a la mamá de Pierce, preguntando cómo está ella y su padre, y contando anécdotas que a nadie le interesan.

—Genevieve, creo que deberías callarte —la corto, porque sé que Pierce no va a hacerlo.

—¿Por qué? —Pregunta ella, haciéndose la desentendida. —Ustedes desde que entraron a la oficina solo se han mirado fijamente, alguien tenía que romper el tenso silencio.

Por Dios.

—Tal vez deberías quedarte callada —digo, enojada—, de no ser por tí, no estaríamos metidas en este lio.

—¿Qué lío?

—Encima tienes el descaro de desentenderte —la acuso, ofuscada.

—En algún momento tenía que saberlo, esto es una enorme farsa, Annalise —responde ella.

—No me llames por ese nombre —respondo.

—Pues, ese es tu nombre —rebate ella.

—Ya no lo es —respondo, comenzando a respirar con pesadez—, no más —agrego y se hace un tenso silencio cuando la voz se me rompe al final.

Genevieve —mi abuela, por si aún no te diste cuenta de quien es— me mira por unos cuantos segundos, como si se hubiera dado cuenta de que si seguía tirando de la cuerda, esta iba a romperse.

—Necesito saber que demonios es lo que está pasando aquí —dice Pierce, luego de un suspiro cansado.

—¿Que de todo? —Respondo, solo para hacer tiempo.

—La verdad, Minerva —dice él, mi nombre saliendo lentamente de sus labios. —Quiero la verdad.

—Es una larga historia —respondo.

—Tengo todo el tiempo del mundo.

—Pues a Genevieve se le pasa su hora de dormir —rebato yo, porque a decir verdad tuve suficiente por una puta noche, solo quiero que este dia termine—, de hecho, ya se tomo su pastilla.

—¿Qué pastilla? —Pregunta ella. —Yo no tomo pastillas para dormir —agrega.

—Si lo haces, no mientas —la contradigo, porque es la verdad.

—Está bien —murmura Pierce, poniéndose de pie.

¿Tan rápido se dió por vencido? A decir verdad creí que insistiría un poco más.

—Andando —le digo a mi abuela, antes de que Voldemort se arrepienta.

—No, Minerva —dice él, deteniendo mi huida—. Tu te quedas aquí.

—Pero...

—Señora Bonheur —dice, poniéndose de pie y acercándose hacia donde mi abuela se encuentra—, es un gran placer conocerla finalmente, mi madre estará encantada de saber de usted nuevamente —agrega, mientras la toma de la mano y le sonríe con dulzura—, quiero pedirle disculpas que mis platos no hayan sido de su agrado, me gustaría poder recompensarla de alguna manera.

Pecado con sabor a chocolate [+21] ©️ LIBRO 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora