CAPÍTULO CINCO

108K 8.9K 4.7K
                                    

CONDIMENTOS PICANTES



Prácticamente no he dormido, luego de aquel baño que se suponía debía relajarme, la ansiedad se apoderó de todo mi cuerpo, siquiera permitiéndome estar un par de horas seguidas acostada, por lo que bien entrada la madrugada termine rindiéndome y dando por terminada mi noche, haciendo lo único que en momentos así podía relajarme:

«Cocinar»

Así que he estado cocinando prácticamente desde la madrugada, ni bien el sol comenzó a salir, fui directo a Hell's Kitchen para abastecerme de alimentos, aunque contaba con la mayoría para lo que tenia en mente.

Así fue como pasaron varias horas de las cuales no me di cuenta mientras tarareaba y medio bailaba al ritmo de la música, distrayéndome de todos los pensamientos que invadían mi mente, por lo que no tengo idea de que hora exacta es cuando el timbre de mi casa suena, sé que es casi mediodía por el sol en lo alto de la ciudad, sin embargo siquiera me molesto en ver la hora.

Mi cara debe ser un poema cuando abro la puerta sin siquiera observar por la mirilla —algo que jamás debe hacerse—, encontrándome de lleno con mi jefe, que parece demasiado grande para la pequeña puerta de entrada de mi departamento.

Pierce luce con una camiseta negra ajustada a su cuerpo y unos pantalones de algodón también negros y unas zapatillas deportivas blancas, su cabello un tanto despeinado como si hubiese pasado muchas veces las manos por él mientras su mirada azulada barre por completo mi cuerpo y es en ese momento que decido hacer lo mismo, mirando hacia abajo y viendo que llevo unos shorts diminutos de algodón con estampados de narices de chanchitos, una camiseta de tirantes blanca marcando absolutamente todo ya que decidí no llevar sujetador, junto con mis infaltables pantuflas de unicornio peludas.

—Buenos días, Minerva —dice a modo de saludo, levantando la mirada hasta encontrarse con la mía.

Mis mejillas se encienden por completo, sacándole una sonrisa divertida.

—¿Qué está haciendo aquí? —Pregunto, un tanto confundida por su presencia.

—Quería saber como estabas, después de lo que sucedió ayer —responde, con un encogimiento de hombros, sus ojos dirigiéndose a mi mejilla amoratada.

—Bien, ¿cómo conseguiste mi dirección? —Pregunto nuevamente con desconfianza.

—Estaba escrita en tu currículum —responde con una calma que me sorprende, como si le importara un comino mi desconfianza.

De todas maneras interrumpo aquel extraño encuentro cuando un «mierda» sale de mi boca, dándome la vuelta y prácticamente corriendo a la cocina nuevamente, cuando comienzo a sentir un leve olor a quemado, sin siquiera preocuparme por mi jefe parado fuera de mi departamento.

Llego justo a tiempo para sacar la masa de tarta del pequeño horno antes de que se queme.

—¿Qué demonios paso aquí? —Pregunta Pierce, mirando todo a su alrededor.

Decido hacer lo mismo y la verdad es que su pregunta no debería sorprenderme, hay por lo menos cincuenta bandejas repartidas por toda la mesada con una lasaña de verdura dentro, mientras que la salsa aún todavía se cocina en una olla gigante que ocupa prácticamente todas las hornallas.

—Pues... —comienzo diciendo, mirando todo a mi alrededor—, cocine —digo con simpleza con un encogimiento de hombros.

—¿Vas a comer todo esto? —Pregunta él en su lugar.

Pecado con sabor a chocolate [+21] ©️ LIBRO 1Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang