CAPÍTULO VEINIUNO (PARTE DOS)

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ANNALISE BONHEUR



—¿Vas a venir esta noche? —Preguntó Harold por décima vez.

—Que no —respondió ella, exasperada, mientras ordenaba sus libros.

—¿Por qué? —Preguntó, también por décima vez.

—Por que no se me da la gana, Harold —respondió, intentando pasar por su lado, sin embargo el cerro su enorme mano en su antebrazo, deteniendo su andar.

—¿Por qué me llamas así?

—¿Así, como? —Preguntó Annalise, haciéndose la desentendida.

—Por mi nombre.

—Por que es tu nombre, duh —respondió ella, intentando volver a caminar, sin embargo él seguía sin soltarla.

—¿Por qué estas enojada ahora? —Preguntó él.

—No estoy enojada —dijo ella, exasperada y perdiendo la poca paciencia que tenía. —Ahora, déjame ir.

—No, no hasta que me digas que está pasando.

Annalise lo observó por un largo rato, a decir verdad si estaba enojada, pero no con él, nunca con él. Habían sido amigos por más de un año, esa clase de amigos inseparables que hacían todo juntos. Hardy había estado con ella cuando más lo había necesitado, se había convertido en su amigo incondicional y siempre contaban el uno con el otro, sin embargo en este último tiempo, Annalise se había sentido rara...

Rara en el sentido de que cada vez que él la abrazaba, o cada vez que él le decía que se veía linda, se le coloreaban las mejillas, y las mariposas —esos malditos insectos—, comenzaban a hacer cosas extrañas en su vientre.

De todas maneras la mayoría de las veces podía controlarlo, pero lo que no podía controlar era a la bicha que tenía Harold por novia, aquella que esa misma mañana la había amenazado con que si iba a aquel partido tan importante para su mejor amigo, se encargaría de hacer de su vida un infierno.

Annalise sabía que lo mejor era no meterse con Lisa, más de una vez había peleado con Harold por ello y no por que a ella le molestara la novia de su amiga —que si lo hacia—, sino por que él no soportaba que Annalise sufriera, ni que nadie la molestara, ni mucho menos que la hicieran sentir mal y Lisa se encargaba de ello casi a diario.

Es por eso que siempre discutían, porque a Harold no le gustaba que Lisa maltrate a Annalise y a Annalise, no le gustaba cuando su amigo discutía con su novia, por que a pesar de que desde hacía un tiempo que creía sentir cosas por él, lo único que quería era que fuera feliz, así no fuera con ella.

—Nada está pasando —dijo ella, soltándose con fuerza de su agarre.

—Mientes —dijo él y ella supo, por el brillo en sus ojos, que se había enojado. —Nunca vienes a mis juegos, ¿por qué? —Insistió—. Si no vienes a mi juego esta noche, olvídate de seguir siendo amigos —amenazó al final.

—¿Qué? —Jadeó ella, sorprendida.

—Lo que escuchaste, sabes lo importante que es para mi que estés allí.

—¿Por qué? No es como si fuera tu novia —soltó ella sin pensar.

Harold se hizo un paso hacia atrás, como si ella lo hubiera golpeado, antes de negar con la cabeza, darse media vuelta y salir de la biblioteca.

Pecado con sabor a chocolate [+21] ©️ LIBRO 1Where stories live. Discover now