Noche

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Rose estuvo deambulando por los terrenos de Hogwarts, su mente no descansaba y aunque su cuerpo le pedía a gritos dormir, la ansiedad en su pecho demostraba tener el terreno ganado.

Sus pasos la dirigieron al lago negro, Ivy y Breit aquellas dos criaturas con apariencia de niñas pequeñas la seguían a una distancia respetuosa. Se miraron una a la otra un instante, aunque sus expresiones cambiaran, luego asintieron ligeramente. Breit se deshizo en una nube de humo de la que emergió un cuervo y en un instante estaba rumbo al castillo.

La mirada de la pelirroja estaba fija en las aguas del lago, recordaba su transformación, la libertad de la mente de una sirena, sintió la tentación de sumergirse en el agua y desaparecer.

El dolor de Vinn se sentía como propio, su hermano, un orgulloso y digno heredero Silver, despojado de sus poderes, maldito y además marcado con un contrato de servidumbre. Casi no pudo creerlo cuando Vorack le contó todo lo sucedido. Karina era absolutamente incapaz de dañarlos de alguna forma y había sido el único recurso disponible para salvar a Vinish; estaba segura de eso, aún sin haberlo presenciado.

-Al menos tiene a Herms- murmuró.

Podía sentir el veneno aún rondando su cuerpo, como descubriera quién demonios estaba ayudando al sin nariz, oh se iba a tomar su dulce tiempo para hacerlo retorcerse en la miseria.

-Rose- reconoció la voz de inmediato pero no se volteó.

Sintió los pasos acercarse y una manta cálida cubrió sus hombros, la noche era tan clara que pudo distinguir el color verde oscuro de la suave tela. Una vez estuvo abrigada unos brazos envolvieron sus hombros y la atrajeron contra un pecho firme, sintió la presión se unos labios en su cabeza y se recostó sintiéndose más relajada se lo que esperaba.

-Draco- el nombre era casi un suspiro.

-¿No tienes frío?- la respiración de Draco cerca de su oído era reconfortante y a la vez enviaba un agradable cosquilleo a su columna.

-No puedo volver al árbol, es demasiado doloroso- ella puso sus manos sobre los brazos del chico.

-Quédate conmigo.

-Blaise y Theo...

-Si les molesta pueden dormir en otra parte. Necesitas descansar. Por Salazar, maldita sea, Rose- los brazos del Draco se aferraron con más fuerza aún en un evidente intento por no hacerle daño, su voz ahogada y rasposa- casi te pierdo.

-Toma más que un veneno ancestral y la resurrección de un mago tenebroso para eliminarme.

Lo sintió tensarse, debido a su familia ellos estaban en lados opuestos, los Malfoy seguirían a Voldemort.

Ella no quería perder su relación con Draco, eso lo tenía claro y por supuesto no se cambiaría de bando. Tendrían que hilar muy fino si querían salir con la mano ganadora.

-Breit- llamó Draco, Rose estaba un poco sorprendida por la ligera autoridad en su voz, pero sonrió concediendo permiso.

La bruma oscura los envolvió, transportándolos a la habitación del Slytherin.

Un grito agudo los sorprendió, Blaise Zabini hacía una mueca de sorpresa y se cubría el pecho y la ingle con las manos, doblando su cuerpo, a pesar de estar perfectamente vestido con una playera y pantalones oscuros.

Rose se sonrió, Draco simplemente se golpeó la frente.

-Joder, Blaise. ¿No puedes ser normal por cinco puñeteros minutos?

-Ya lo intenté una vez, Draquito- canturreó el Sly y luego le guiñó un ojo a la chica- fueron los peores cinco minutos de mi vida.

-Rose ¿Estás bien?- Theodore Nott se levantó de su cama de inmediato y se acercó a Rose, sus ojos estudiándola rápidamente.

Black's RoseWhere stories live. Discover now