Tiempo fuera del tiempo

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Había llegado a una conclusión, Adam era un tirano absoluto, pero un maestro igual de impresionante. No estaba segura de cuánto tiempo había pasado, de cuánto tiempo llevaba viviendo en Ávalon pero no importaba mucho, a fin de cuentas el acuerdo se mantenía y ella regresaría, al menos eso esperaba. Se acercó al borde de un lago, la superficie clara y tranquila como cristal, el claro de aquel bosque despedía belleza y misticismo, había tantos seres mágicos que estaba segura de no haberlos visto todos aún. Volteó al lago para contemplar a la joven mujer en la que se había convertido, su cabello comenzaba a llegarle por debajo de las caderas, sus ojos, estaba bastante segura de que se habían oscurecido y sus rasgos se habían estilizado abandonando los rasgos infantiles que mantenía en su adolescencia. Una pregunta cruzó su mente sin permiso ¿qué pensaría Sirius si la viera? Se reprendió mentalmente, por una parte era imprescindible que recordara a aquellos que había dejado detrás si quería regresar, el único problema era que quien primero inundaba sus pensamientos no era Harry, ni Vinn, ni sus padres, oh no, al parecer eso era demasiado pedir, tenía que ser Sirius. Cuando se iba a dormir, cuando despertaba, cuando aprendía algo nuevo, cuando sentía la tentación de dejarse llevar por alguna de las eternas fiestas que celebraban los habitantes de la isla, maldición cuando el propio Adam la tentaba con lecciones más "personales" Sirius Black acaparaba sus pensamientos.

–Así perdimos al pobre Narciso, Rose– reconoció la voz, profunda y provocativa de Adam.

Volteó a verlo, incorporándose en sus nuevas ropas, un vestido hecho con una única pieza de la misma tela que el atuendo de Adam, incluyendo el color, se cruzaba varias veces cubriendo su cuerpo, dejando expuestos sólo parte del abdomen y la espalda, y sosteniéndose en la parte posterior de su cuello, al igual que él, iba descalza. El fae la observó con detenimiento, incluso la rodeó un par de veces, como admirando una obra, su obra, dejaba entrever con una sonrisa felina.

–Adam–  su voz había cambiado también, un tono mucho menos juvenil, contenido y provocativo, no tenía sentido negarlo, la sangre fae corría alegremente por su cuerpo, especialmente luego de haber aprendido a aceptarla– ¿alguna lección para hoy?

–Tantas que quisiera enseñarte...

Contuvo un estremecimiento, Adam estaba influenciando sus emociones otra vez, no importaba que ella también supiera el truco y fuese capaz de resistirlo, al menos en parte.

–Tan tentador como siempre, Puck– contestó con una media sonrisa mientras avanzaba hacia él, Adam extendió una mano y ella la tomó, él la atrajo a su lado y con una mano ahora rodeándole la cintura a avanzaron al interior del bosque, al menos eso creía ella porque en un segundo el panorama cambió y estaban en una de las playas, arena blanca extendiéndose a lo lejos mar azul y cielo azul, habían otros a lo lejos, Rose pudo notar sus siluetas no necesitaba estar cerca para saber que llevarían poca o ninguna ropa, suspiró resignada, por supuesto que seres capaces de controlar magia que más allá del tiempo y el espacio, de influenciar el destino mismo, de vencer al tiempo en su manía de intentar hacerlos envejecer, se la pasarían todo el tiempo de vacaciones dedicados al hedonismo y la autocomplacencia, dedicando algo de tiempo aquí y allá para ir al mundo humano, retozar con algún o alguna pobre alma y dejar descendencia, de la cual se olvidarían inmediatamente y regresarían a Ávalon para repetir el proceso.

Una risa profunda la sacó de sus cavilaciones, Adam la volteó hacia él para borrar con un dedo la fina línea que se dibujó en el seño femenino.

– Podrías dejar de reñirlos con la mirada, eres la más joven aquí, por amplio margen, sin embargo pareces la mayor, dispuesta a ponernos de penitencia incluso.

–Muy divertido, Adam, simplemente no lo entiendo, todo lo que me has enseñado, todo lo que los he visto hacer, me has llevado al mismísimo inframundo, me has llevado a conocer a la reina de las Banshees y sin embargo...

Black's RoseWhere stories live. Discover now