Una cita para el baile

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Había muchos calificativos que podrían aplicarse a Draco Malfoy, sin lugar a dudas, no todos positivos (o en realidad unos pocos) y otros bueno, es del heredero Malfoy de quién estamos hablando. En la Casa Slytherin había, sin embargo, al menos una cosa que todos sabían respecto al platino, cuando estaba de ese humor, era mejor no molestarlo; eso a menos que fueras Teodoro Nott o Blaise Zabbini. Los dos que justamente se sentaron frente a él en la Sala Común, inclinados hacia adelante, inmutables por el semblante hostil del muchacho que tenía una pierna cruzada sobre la otra, dos dedos apoyados contra la sien mientras el codo reposaba en el brazo del sillón de cuero negro, una arruga marcaba su seño y sus ojos habían adquirido un brillo helado.

–Oye, Draco, los de primero tendrán pesadillas si sigues así– protestó Zabbini.

No obtuvieron respuesta, ni siquiera un signo de reconocimiento.

–Estás molesto desde hace unos días, desde que escuchaste lo de la chica de Moonacre– la mano sobre el reposabrazos se tensó ante la correcta suposición del castaño.

–¿Así que es por una chica? ¿Quién?

–La campeona de Moonacre, Rose Silver– aventuró Theo, volviéndose el blanco de la mirada del platino.

Zabbini dejó escapar un silbido y se acomodó hacia atrás en su propio sillón.

–Pues sí, está buena la pelirroja– concedió Zabbini– ¿pero no estaba con el jugador de Quiditch? Escuché que el gorila zurró a uno de los suyos por ella.

–Podría estar con Potter, se los ha visto bastante juntos– añadió Theo.

Ahora Draco los miraba directamente, lívido y furioso.

–¿Quieren callarse de una puñetera vez?– soltó.

–¡Por Salazar, sí habla!– Blaise alzó las manos al cielo en un gesto exagerado. Theo negó suavemente ante el gesto.

–¿Así que? ¿Vas a invitarla al baile?

–¿Y por qué carajos querría invitarla a nada?– Draco entrecerró los ojos.

–Porque eso haces cuando te gusta una chica, Draquito– añadió Zabbini en tono condescendiente.

El mencionado estaba a punto de perder la poca paciencia que tenía cuando alguien sentándose en el reposabrazos lo distrajo, el perfume caro de Pansy Parkinson hizo innecesaria más identificación.

–Oh ¿a nuestro Draquito le gusta una chica? ¿Quién? ¿De qué familia?– inquirió dejando a un lado la actitud de cabeza hueca que solía dedicar al resto del estudiantado.

–Silver– indicó Theodore.

La chica arrugó la nariz.

–¿La que andaba con Potter y Granger?

–Sí, Pans, la misma que es campeona del Torneo y que hace unos días derrotó a un dragón usando solo su varita– añadió Nott rodando los ojos, Pansy lo imitó en respuesta.

–Ni siquiera sabemos cómo fue que entró al Torneo, Nott, sólo es una tramposa más por lo que sabemos– devolvió la chica.

–Vamos Pans, ¿no creerás todos esos chismes de Corazón de Bruja verdad?– la mirada pícara en el rostro de Zabbini le provocó un mal presentimiento a Theo.

–¿En los que dicen que Krum parecía muy protector con ella en el Torneo? Pues sí que él golpeó a uno de su escuela por ella, pero de dulce e inocente la pelirroja no tiene nada, te lo aseguro. Esa fue la mayor mentira que salió en el artículo– comenzó a decir la chica– además ¿No saben por qué fue todo el problema? Al parecer uno de los de Moonacre, el mejor amigo de su hermano dicen, entró en una pelea con un chico de Durmstrang, ella se los encontró saliendo del castigo con Snape e intervino para detenerlos, fue ahí que recibió el golpe. Pero eso no es lo mejor, después de todo el asunto salió del castillo con Krum, en plena noche, solos los dos– una cosa acerca de Pansy Parkinson que Zabbini sabía muy bien, le encantaba cotillear y solía exagerar– porque ella le dijo al chico al que había "defendido" que se fuera antes "vaya preocupación" más bien no quiso dejar ir la oportunidad de estar a solas con Krum.

Black's RoseWhere stories live. Discover now