Desencuentro

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Tuvo que poner su atormentado estado mental a un lado para adentrarse en el bosque. Quizás Sirius aún no se había marchado y si no lo había echo ella sabía dónde la estaría esperando.

El cuervo se posó en el salón de la Casa de los Gritos, la lúgubre estructura la recibió tan tenebrosa como siempre mientras recuperaba su forma humana. Sirius estaba allí, sentado en los restos de un destartalado sofá.

–Sirius Black– saludó.

–Rose.

El frío exterior se colaba por las rendijas de paredes, puertas y ventanas, pero Rose estaba segura que la baja temperatura en aquella habitación poco se debía al clima.

–¿Sucedió algo? ¿O sólo viniste a ponerte en peligro por diversión?

–¿Qué sucedió?– la pregunta era carente de tono, no había reclamo, nada por parte del Black.

–Moody sospecha que lo estoy vigilando, así que me está vigilando, oh sorpresa. Hace unos minutos me estaba siguiendo cuando cierto perro negro apareció y tuve que improvisar– relató molesta.

–Y Malfoy estaba convenientemente por allí.

–Pues resulta que sí– lo retó.

–¿Hace cuánto que Moody sospecha de tí?

–Unas semanas, desde poco después del baile de Navidad. Cuando me colé a su despacho.

–¿Cuando te colaste en su despacho?

Rose suspiró, sin molestarse en intentar tomar asiento comenzó a relatarle al trigueño lo sucedido desde el Baile, las partes referentes a meterse en el despacho, a la vigilancia constante e incluso a su "asociación" con el pocionista.

–Si tienes razón esto es mucho más peligroso de lo que habíamos pensado, tienen que retirarse del Torneo los dos.

–No, claro que no, no tengo pruebas de nada, hasta el momento no son más que conjeturas, Sirius.

–¡Maldita sea, Rose!–en un segundo él se incorporó y estaba frente a ella, mucho más enojado de lo que lo había visto alguna vez, lejos de amedrentarse este cambio la hizo redoblar su confianza–¿Por qué no puedes entender...?

–¿Entender qué Sirius? Eres tú el que no entiende qué soy capaz de hacer, que quien necesita protección aquí es tu ahijado, no yo y que mientras esté en el Torneo y todos los ojos estén puestos sobre él será más difícil que intenten algo. Dime en el nombre de Morgana ¿qué tengo que entender?

Lo siguiente que supo fue que las manos del hombre acunaban su rostro y los ojos plateados se clavaban en los suyos, diciendo mucho más de lo que le permitían las palabras.

–¡Que no puedo perderte! Por Merlín, Rose– el contacto entre sus miradas se perdió cuando él la envolvió en un abrazo.

Había tal desesperación en aquellas palabras que la joven no pudo evitar un temblor. No había segundas intenciones en ese abrazo, sólo una sincera preocupación y un profundo cariño.

–Sirius, soy más una Silver de lo que jamás fui una Potter. No siento ninguna obligación hacia los padres que me abandonaron porque temían mis poderes, sólo hacia Harry siento responsabilidad porque Merlín sabe que él corrió con peor suerte.

Él la separó un poco para poder mirarla a los ojos y comprobar que no había una pizca de mentira en sus palabras.

–No tienes absolutamente ninguna obligación hacia mí, ni tienes que sentirte responsable de mi persona por ser amigo de mis padres porque yo no los considero como tales. Cuida de tu ahijado, Sirius Black y descuida que yo también cuidaré de él– aseguró la chica en un tono que no daba lugar a dudas.

Rose se separó de su contacto y se dispuso a marcharse, Sirius quedó allí de pie, sin atinar a más que verla envolverse en su manto de sombras y desaparecer.

...

Rose pasó los días siguientes limitando sus poderes al mínimo, concentrándose en  completar la composición de runas de su círculo mágico y ayudar a Harry con el acertijo (el chico estaba haciendo el tonto en su opinión). En ese momento por ejemplo estaba sentado a la mesa Griffindor con Ron y Hermione. Karina estaba allí también pero unos asientos más allá riendo con Fred y George. Rose se sentó junto a Hermione y saludó al trío con poco entusiasmo.

–La ciencia muggle es fascinante– comentó ganándose la atención tanto de la castaña como de su gemelo, más por el tono monocorde y aburrido que contrastaba con sus palabras que por la afirmación en sí– ¿Sabes que la velocidad de transmisión del sonido varía de acuerdo al medio? Particularmente encuentro los sonidos que se escuchan bajo el agua muy relajantes ¿No les parece?

Dicho esto usó su varita para realizar el usual hechizo sobre su copa de jugo de calabaza, tomó un pastelito de moras y se lo llevó a la boca, en ese momento sintió que alguien la observaba, alzó la vista y se encontró con los conocidos ojos grises de cierto Slytherin que la veían helados, ella le sostuvo la mirada igualando su desafío y mordió el dulce con deliberada lentitud provocando un cambio en la expresión del rubio que no pasó desapercibido y la hizo sonreír con suficiencia. Él pareció enojarse pero uno de sus compañeros de Casa le habló y él volteó, ahora enojado por lo que le había dicho el chico moreno que sonreía divertido, un tal Blaise Zabbini si recordaba bien.

–Buen día hermanita– Vinish acababa de llegar y le dió un beso en la frente a modo de saludo antes de sentarse a su lado y saludar al resto de los presentes.

–Buen día– respondió sonriendo.

–¡Alabado Merlín, sonríe!– exclamó Lorien ocupando el lugar junto a Vinish.

–Eres un exagerado– respondió rodando los ojos.

...

–No habías encontrado la respuesta al acertijo ¿cierto?– el tono reprobatorio de Hermione hizo al Elegido dar un paso atrás, nervioso.

–Verás, Mione, estaba cerca de... Espera ¿Cómo lo supiste?

La pequeña reyerta tenía lugar entrada la noche en la sala común de Griffindor, sólo quedaban despiertos ellos dos, sentados en un sofá con la castaña observándolo enojada y con los brazos cruzados sobre el pecho. Al escuchar la pregunta rodó los ojos exasperada.

–Rose, ella te dió la pista para resolverlo, la velocidad de propagación del sonido varía de acuerdo al medio ¿Sonidos bajo del agua? ¿Recuerdas que Rose y Víctor fueron vistos nadando juntos en el Lago y unos Slytherin regaron el rumor? Cuando abres el huevo normalmente sólo se escucha ese ruido infernal ¿Y si lo abres debajo del agua? Es decir a Rose sólo le faltó tirarte de cabeza al Lago Negro con el huevo, Harry.

El chico sabía que su amiga tenía razón, él mismo pensaba hacer la prueba pero sabía que en ese momento cualquier frase era peligrosa y podría aumentar el enfado de su ya enojada amiga. Hermione tenía razón en estar así, ella estaba preocupada por él, estaba siendo la increíble amiga que siempre era y él estaba rehuyendo de la situación como si eso fuese a hacer desaparecer el bendito Torneo y todos sus problemas.
Con esta idea en mente tomó la mano de su amiga y le sonrió con cariño, haciendo que la chica descruzara los brazos.

–Lo siento, Mione, debí haberte dicho al respecto. Todo este asunto del Torneo, Skeeter, los Mortífagos, creo que no quería admitir que...

–Está bien, Harry– lo tranquilizó con un suave suspiro– sólo prométeme que en cuanto obtengas la pista para la segunda prueba me dirás al respecto y hazlo pronto, ya nos queda menos de un mes para el veinticuatro.

Otro capítulo terminado. ¿Qué les pareció? Espero que lo hayan disfrutado. Comentarios, sugerencias, críticas, todos serán bien recibidos 😊. Muchas gracias por leer.

Black's RoseWhere stories live. Discover now