Black's Rose

Carrera de escobas

El impacto de la maldición sobre su guarda la lanzó varios metros hacia atrás, su espalda y nuca recibieron el fuerte golpe contra un árbol, el pitido en sus oídos cubría las palabras de su atacante y su visión estaba borrosa, un sabor metálico invadía su boca, intentó levantarse del suelo sólo para que otro hechizo la golpeara, en un segundo estaba atada a un árbol, completamente inmóvil, las ataduras y el dolor le hacían difícil respirar. Intentó enfocar su vista, pero no había luna esa noche, un destello rojo se dirigía hacia ella.

Rose despertó de golpe, quedó sentada en la cama en el momento en que sus pertenencias caían al suelo, miró alrededor, aquella era su habitación reconoció las paredes de madera clara a través de las cortinas descorridas, las luces comenzaban a descender de su refugio en el techo mostrándole el desastre, sus pergaminos, sus libros, su ropa, sus pociones, absolutamente todo estaba en el suelo junto a los almohadones de su cama. De no ser porque el mobiliario formaba parte del árbol hubiese sufrido la misma suerte que el resto. Se llevó una mano a la sien que punzaba dolorosamente, llevaba tiempo sin perder el control durante un sueño, ahora su boca se sentía pastosa y su estómago revuelto, si aquel sueño era un mal augurio esperaba que no fuera respecto a ese día.

…

Harry esperaba encontrar a Rose en la entrada al Árbol de Plata, en su lugar estaba Karina con una deslumbrante sonrisa y balanceándose impaciente entre las puntas y talones de sus pies, saludó a los tres Griffindors y los guió directo al interior. Atravesaron varios corredores mientras Hermione bombardeaba a la rubia con preguntas acerca de la magia que rodeaba al árbol, las luces flotantes y los muebles hechos por el propio árbol.

–¿Van a hacer otra de esas infernales carreras?– Chandra Silver se apareció ante Karina vistiendo esta vez un sari verde, la adolescente se detuvo como golpeada por un rayo, claramente nerviosa– Profesora Silver, es cuestión de tradición ¿sabe?

–¿Tradición? Tradición que al menos diez terminen en la enfermería– protestó con las manos en jarras– ¡Y por supuesto que Silver les ha dado permiso! ¡Dos semanas! Me voy dos semanas a Moonacre y… Oh, Harry, bienvenido cariño– se acercó al chico colocándole las manos sobre los hombros– no me digas– suspiró resignada al notar que el chico traía la Saeta de Fuego en una mano– ¿has venido a participar?

–Pues, eso supongo, Rose nos invitó pero no dio muchos detalles– contestó el trigueño con una sonrisa de disculpa.

Chandra pareció reparar entonces en los otros dos Griffindors.

–Tu debes ser, Hermione Granger, Vinish me ha escrito sobre ti, dice que eres una bruja brillante– declaró la mujer con una sonrisa cariñosa– Bienvenida.

–Oh, eh, Vinish exagera– aseguró la castaña.

–No lo hace– declaró convencido Harry.

–Y tú debes ser Ron Weasley, bienvenido ¿también participarás?

–Eh, yo, no, no sé…– el pelirrojo estaba nervioso y su rostro parecía la continuación de su cabello.

–Sólo tengan cuidado por favor, no hay muchos de nuestros estudiantes aquí así que espero que no hagan algo muy grande, ah, no puedo estar tranquila sabiendo que Silver fue quien los supervisó.

–Profesora Chandra– intervino Karina– Hermione me estaba haciendo preguntas en cuanto al Árbol de Plata, pero no supe responder algunas, quizás usted podría.

Los ojos de la mayor se iluminaron ante esa revelación, enseguida tomó las manos de Hermione entre las suyas.

–Por supuesto que responderé las preguntas que tengas, en la medida que me sea posible, este hechizo en realidad pertenece a la familia de mi esposo, su secreto fue otorgado a uno de sus antepasados por una hermosa dríade que… Karina– el tono animado de la mujer cambió a uno de advertencia– no creas que no noté lo que acabas de hacer, vayan, vayan, ya los veré en la enfermería, mientras charlaré con Hermione ¿qué te parece, Hermione?– retomó el usual aire dulce– Ellos aún tardarán en comenzar y puedo llevarte a su “pista de carreras”.