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Maratón de tres capítulos (2/3)


La noche cayó con rapidez en la Iglesia. El silencio y el frío eran presentes en la acogida habitación donde el azabache pasaba las páginas tras intentar adivinar lo que intentaba relatar lo que contenían. Se detuvo un momento con cierto desánimo.

Dejó su peso recostado contra la litera. Arropándose mientras la luz de la vela parecía ser cada vez más pequeña.

La luz se había ido hace unos minutos, cosa que le recordaba el incidente donde cayó desmayado y no volvió a ver a Tweek dispuesto de estar con él. Además de la última vez que lo vio en su verdadera forma cuando le salvó la vida.

Inconscientemente se tocó el pecho con la yema de sus dedos pensando que su rosario aún se mantenía en su cuello. Wendy le dijo que este se rompió antes de fuera capaz de hacerle daño. Absorbió el ataque de aquel demonio y lo repelió.

Tragó saliva. No sabía si su atacante quedó vivo. ¿Ellos podían morir por su propio ataque? 

¿No eran inmortales?

El sonido de la lluvia le hizo voltear hacia la ventana donde las gotas sonaban contra el vidrio. Comenzaba una tormenta muy fuerte. El olor a petricor inundó sus fosas nasales por un momento antes de cerrar la ventana.

Su mirada recorrió el cuarto sintiendo un vacío al no encontrarse con la presencia de su amigo Clyde recibiéndolo con una sonrisa o algún comentario divertido como solo él podía decir. Lo extrañaba. Aunque al principio le costó aceptarlo.

Sabía que tener cariño hacia él solo lograría que si le pasara algo iba a afectarlo más de lo que pensaba. Era el precio de las relaciones, por esa razón nunca quiso apegarse.

Para Craig era una pérdida de tiempo. Le bastaba y sobraba con su familia, apenas soportaba a su hermana menor.

Con ese pensamiento en mente, tomó su celular del chaleco que siempre llevaba. Reviso los mensajes dándose cuenta de algo que paso por alto.

Todos los mensajes en su mayoría venían de parte de Laura o Thomas, pero casi ninguno era de Tricia desde hace algunos días. Era algo extraño, ella era quien más le dejaba mensajes.

Quién diría que personalidad tan indiferente no implicaba que era la más expresiva.

Se sentó en la cama tras escribir un mensaje de texto para ella. Dejó el teléfono en el colchón para seguido recostarse.

Las palabras de Wendy daban vueltas en su cabeza. Ahora que su rosario no funcionaba tenían que encontrar otro o estaría muy vulnerable ante los peligros que se encontraban allá afuera. Su mano se levantó para moverse el cabello de la frente más rozó con un libro que inmediatamente hizo que se incorporara.

Era un libro sobre lenguaje de señas. Había estado aprendiendo desde que supo que Tweek podía entenderlo. Así podrían comunicarse.

Suspiró pensando en lo estúpida que era esa idea.

Ojalá pudiera olvidarse del mundo exterior y simplemente ponerse una caja en la cabeza para ignorarlos a todos.

—¿Qué debería hacer ahora? —preguntó en voz alta como si alguien fuera a contestarle. Lo que más le preocupaba era aquella marca de quemadura que vio en la mano del Sr. Tweak. No la había visto antes. Tenía una gran sospecha de que aquello fue producto de la maldición que quedó en el rosario en el momento que fue a tocarlo.

Abruptamente se levantó con una gran angustia y frustración. No había visto a los padres del rubio desde que Tweek empezó a evitarle. No sabía llegar a donde era su hogar, se encontraba oculto entre aquella vegetación.

No podía quedarse quieto. Tenía que hacer algo y no podía esperar.

Ya vestido con lo más abrigado que tenía en su armario, buscó papel y lápiz para dejar una nota debido a que el teléfono de Wendy se dañó.

Pidió perdón por la estupidez que iba a cometer. Pero si esperaba más sentía que iba a volverse loco.

La oscuridad en el pasillo era digna de película de terror

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La oscuridad en el pasillo era digna de película de terror. No sé escuchaba ningún sonido además de sus pasos. Con su celular podía tener un poco de iluminación para ayudarse y no terminar chocando contra algo. Eso arruinaría por completo su plan.

Apenas colocó un pie en las escaleras está rechino haciendo un gran eco. Mordió sus labios rezando para que nadie lo hubiera escuchado. Al menos la lluvia escondía un poco el sonido sus pasos. 

Pero no podía evitar sentirse tan nervioso como si algo fuera a caerle en la cara en cualquier momento.

—¿Qué haces? —sintió su corazón casi salir de su pecho al escuchar una voz aguda cerca de su posición. Giró sobre sus talones para encontrarse con un chico rubio con una cicatriz en uno de sus ojos color azul.

Vestía un conjunto de pijama celeste con pollitos como decoración. Su cabello estaba despeinado como si se tratara de un pequeño nido de pájaros. Fue inevitable buscar similitud con su amigo.

—Yo... —ahora sí que estaba en problemas. No podía disimular el hecho de que iba a salir afuera sin permiso de nadie. 

La mirada del blondo lo ponía muy incómodo, parecía estudiarlo como si fuese un modelo en clase de arte. Buscando observar hasta el detalle más mínimo.

Tras unos eternos segundos sin decir alguna palabra el más bajo volvió a hablar.

—Mi nombre es Butters, te he visto en el salón de clases pero nunca hemos hablado. Siempre me siento atrás. —dijo de manera calmada, Craig entonces divagó en su memoria y recordó haberlo visto un par de veces entrar al aula o hasta en ocasiones en la cafetería. Su expresión pareció delatarlo ya que el rubio sonrió.

—Es cierto. Lo siento, no me acordaba.

—No tienes que disculparte. Además, no es momento para hablar de eso ahora. —miró a sus espaldas y buscó acercarse para hablar en un tono más bajo. —No puedes salir sin protección.

Parpadeó, dándose cuenta a que se refería. 

Butters levantó un poco el cuello de su camisa para sacar un rosario de un tono dorado que podía jurar que brillaba.

—Puedes usarlo. —lo colocó en su cuello. Craig lo miró sin entender las intenciones de aquel niño. —Tranquilo, no le diré a nadie. Ten cuidado.

Se mantuvo de pie, dejando de ver la figura de Butters que se perdía en la oscuridad. Fue tan extraño que no supo reaccionar ante aquel suceso.


𝟢𝟥/𝟣𝟢/𝟤𝟣: Capítulo editado.

𝐒𝐞𝐧̃𝐚𝐬 ¦ CreekWhere stories live. Discover now