𝟑𝟑.

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El gesto afligido de Craig podía reflejar lo que sentía. Quería que Kenny supiera lo que estaba pasando con tan solo verlo.

El ángel colocó una expresión de seriedad. Tanto así que le causó escalofríos.

—Quédate quieto. —acercó una mano hacia él. —No te preocupes, no te haré daño.

Por un breve instante lo tocó en la frente. Lo extraño era que no sintió nada diferente.

Observó su cuerpo buscando algo fuera de lo común.

—¿Tanto desconfías? —la risa de Kenny le hizo verle. —Solamente vi lo que sucedió hace poco en tu memoria. —señaló su cabeza. —Supuse que las cosas se podrían complicadas pero no tan pronto.

Empezó a buscar algo en su habitación. Craig entró para cerrar la puerta tras de sí.

—¿Entonces...? ¿Qué podemos hacer?

—Bueno, la primera parte es avisarle a Butters para que ponga al tanto a los demás. Lo segundo es que te mantengas conmigo pero me preocupa un poco tu hermana. ¿Realmente piensas que lo mejor es que se quede aquí?

Craig se quedó estático ante sus palabras.

No, era muy peligroso.

Tweek había dicho que podía borrarle la memoria pero aquello le causaba mucho temor.

—Sé que me entiendes. Yo también quiero proteger a alguien importante para mí. Si tienes la oportunidad de que se vaya deberías considerarlo ahora.

El sudor de sus manos empezaba a incomodarle.

Kenny sonrió y se acercó a la ventana.

Desplegó sus alas.

—Será mejor irnos. La situación no es normal como para quedarnos aquí.

—Pe-pero... ¿No podrían vernos?

—Van a suceder cosas mucho más desagradables que ver. —le ofreció su mano.

Al ver que de a poco dejaban de estar en el suelo se asustó un poco por la altura.

Brevemente llegaron cerca de la biblioteca. Todo estaba tenebrosamente silencioso.

Cerca vieron a unas figuras acercarse.

—¡Tweek, parece que eres toda una celebridad!

El mencionado volteo a verlo con un gesto de confusión.

—Butters ya nos dijo sobre la situación. ¿Qué paso? —Wendy se acercó dejando a Tricia con Clyde.

La mirada de Kenny sobre el azabache le hizo entender que debía hablar con Tweek a solas.

Se alejaron un poco del resto.

En el momento que Tweek se encontraba al frente de él e iba a hablarle Craig se le adelantó y le abrazó.

Fue tan repentino que el blondo no supo cómo reaccionar al principio.

Craig se alejó tan rápido que no le dio tiempo de devolverle el abrazo.

—¡Lo-lo siento! —dijo avergonzado. 

Tweek se molestó un poco. Quería expresarle también el afecto que sentía por él.

—¿Qué sucedió? —preguntó intentando cambiar el tema.

El azabache tardó en responderle. Se le notaba inquieto.

—Da-damien te... Te está buscando.

El rubio reaccionó en un gesto de sorpresa para luego pasar una de sus manos por su cara.

𝐒𝐞𝐧̃𝐚𝐬 ¦ CreekWhere stories live. Discover now