₂₂.

1K 156 29
                                    

Dentro de sí, Craig deseaba más que nada ver al Sr. Tweak. Si fuera por él se acercaría por su propia cuenta para poder calmar aquella ansiedad que sentía dentro de sí.

Más Hellen se le adelantó como si leyera su mente. Recomendando que era mejor dejarlo descansar, ya que los efectos de la maldición era que su cuerpo presentaría de manera gradual cansancio y estaría habitualmente agotado.

—Así que no has hablado mucho con él últimamente... Será más complicado que antes. —hizo una breve pausa. —Tweek siempre ha tenido problemas con su transformación. Cuando vuelve a la normalidad suele olvidar la mayoría de las cosas.

El azabache le observó algo aliviado.

Al menos así estaba más tranquilo sabiendo que no lo trataba de ese modo a propósito.

—...Suele ser muy brusco a veces ya que al intentar recordar sufre de muchos dolores de cabeza.

Se detuvieron mirando la puerta. Craig empezaba a considerar si preguntarle sobre lo que ocurrió con los niños de ropajes oscuros. De alguna manera Tweek era capaz de ser consciente de su amistad con él ya que lo protegió estando en ese estado.

Hellen lo tocó suavemente por el hombro haciendo que reaccionara.

—No te asustes, no te hará daño. —abrió los ojos de la impresión.

—Si él hubiera deseado hacerme algo antes ya hubiera ocurrido.

Fue capaz de escuchar algunos quejidos a través de la puerta.

Apenas se percató de que se quedó solo. Los nervios se apoderaron de su ser y tragó algo de saliva con dificultad.

—P-puedo hacerlo. —se motivó aproximando su mano hacía la perilla sintiendo algo muy similar cuando llegó al club de jardinería.

Cuando la puerta rechino al ser semiabierta pensó que Tweek aparecería, más fue su sorpresa al ver toda la habitación desordenada sin algún indicio de él.

Había una gran cantidad de legos en el suelo, ropa en cada rincón y algunos pósters.

Si se proponía en analizar un momento, no encontraba algo diferente de una habitación común.

Ya dando algunos pasos adentro buscó al blondo dando con que estaba sentado en un escritorio dándole la espalda. Su cuerpo daba algunos espasmos mientras que quejidos y murmuros se escuchaban de manera prolongada.

No escuchó la puerta cerrarse, tampoco los pasos a su posición.

Craig tendió poco a poco una de sus manos para tocarlo.

Cuando estaba a punto de hacerlo casi se resbalo por uno de los legos.

El sonido que provocó sus zapatos fue más que evidente.

Poco a poco el cuerpo de Tweek se giraba a su posición. Cuando sus ojos verdes lograron atraparlo este empezó a temblar soltando con brusquedad la taza que tenía entre sus manos.

—¡¿Q-qué haces tú aquí?! —se levantó estrepitosamente.

El de chullo no reacciono si no segundos después.

—Ho-hola, tu madre me encontró y...

—¡¿Mi-mi madre?! ¡Craig, debes irte de aquí!

—¿...Qué? ¿Por qué dices eso?

—Ugh... —empezó a jugar con sus dedos para seguido rascarse los brazos donde tenía unas curitas de colores. —A... A ella no le gustan las visitas. —dijo inseguro.

—Pero me trajo aquí para verte.

Un silencio inundó la habitación. Tweek se notaba más que incómodo evitando mirarle.

—¿Recuerdas... El último día que nos vimos? —Craig preguntó.

—Uhm... ¿El último día? —lo miró. — ¿Te refieres a cuando te lleve al jardín y luego te empuje para huir como un idiota? —buscó algo en su escritorio tomando un termo de color verde. Al hacer esto parecía estar más calmado.

—Bueno... Sí. —no era exactamente a lo que se refería. Quería saber si recordaba aunque sea un poco cuando se transformó la primera vez estando el presente. Además de cómo le salvo la vida la última vez.

—No sé porque estás aquí. Eres muy raro. Puede que salgas lastimado si te juntas mucho conmigo. —sus palabras eran ciertas, pero de alguna manera aun así quería estar cerca de él.

Lo observó durante un momento.

—Ya sé que no eres humano. —Tweek parpadeo sin poder creerlo. Empezó a sudar.

—¿Q-qué...? ¿Qué es lo que estás diciendo?

—Tú mamá también lo es, ahora tu padre está herido por mi culpa. Tendrías que odiarme por eso. No me importa si eres un humano o demonio... No hay diferencia para mí. Sin importar nuestro origen todos cometemos errores y nos movemos para nuestro propio beneficio. Has hecho cosas buenas que muchas personas no son capaces de hacer.

Tweek negó varias veces con la cabeza.

—¡Idiota! ¡No hables como si lo supieras todo! ¡Estuve a punto de hacerte daño y eres tan ingenuo que no te das cuenta!

—¿De... De qué hablas? —Tweek balbuceó, hasta que finalmente explotó.

—¡Ese día en el club pensé que podría probarme a mí mismo si era capaz! ¡No soy más que un inútil! —jaló su cabello.

Mordió su labio inferior apretando los puños sudando frío.

—Pe-pero... No lo hiciste... ¡Me salvaste! ¡Hubiera estado muerto si no fuera por ti!

Los ojos de Tweek se llenaron de lágrimas. Se sentó en el suelo abrazando sus piernas.

—No lo entiendes. Es mejor si estuviera muerto, soy algo que no pertenece a ningún lugar...

—Tweek... —Craig se agachó intentando acercarse.

—¡Aléjate de mí! ¡Te haré daño, maldición! ¡¡Vete!!

Craig se congeló en su lugar. Nunca pensó en escucharlo gritar de esa manera. Estaba tapándose los oídos mientras cerraba los ojos.

—¡Tweek, Craig! —Hellen entró en la habitación. Se acercó rápidamente a su hijo para buscar calmarlo.

Los ojos de ella le observaron con algo de preocupación buscando alguna explicación.

Salió del cuarto con un nudo en la garganta.


𝟢𝟥/𝟣𝟢/𝟤𝟣: Capítulo editado.

𝐒𝐞𝐧̃𝐚𝐬 ¦ CreekWhere stories live. Discover now