—¿Está seguro de que debería seguir manejando Sr. Tweak? —dijo Clyde casi sin poder respirar porque Cartman lo tenía aplastado contra la ventana.
—No se preocupen. Puedo aguantar hasta que lleguemos a South Park.
Craig observaba el paisaje por la ventana.
—¿Ya le avisaron a sus familiares que vamos en camino? Sería una pena que vinieran a buscarlos mientras nosotros nos dirigimos hacia su hogar. —los miró por el retrovisor.
Todos confirmaron excepto Craig. Su teléfono lo perdió en algún momento y ni quiera pensar cuando fue que sucedió.
—Puedes usar el mío. —comentó Tweek.
—¿Tienes celular? —preguntó incrédulo.
—Claro, solo que nunca vi necesario usarlo. Prácticamente no salía de la Iglesia.
El azabache agradeció mientras le mandaba un mensaje lo más rápido que podía a su madre.
Después de eso se perdió en sus pensamientos observando como el frío de la madrugada poco a poco se hacía más presente.
Cuando lograron llegar a South Park los padres de Craig los recibieron. Laura abrazó a su hijo con sumo alivio.
Los demás se presentaron y Tomas tomó de la mano del Sr. Tweak en modo de agradecimiento.
Transcurrieron los días en un abrir y cerrar de ojos. Clyde se mudó cerca de la casa de Tweek para poder verse más a menudo. El padre del castaño se encontraba mucho mejor de salud.
Wendy fue adoptada por el Sr. Donovan ya que no tenía un lugar a donde ir.
Kenny y Butters los visitaban siempre que podían. Les dijeron que tenían un hogar seguro en la misma zona que Token.
Tricia estaba bien. Craig no notó en algún momento fuera de la común debido a sus memorias borradas.
Tweek poco tiempo después le devolvió un libro que el amante de los cuyos le prestó tiempo atrás. También aprendió a tejer para hacerle un chullo nuevo.
Aquello lo hizo tan feliz que no fue capaz de dejar de usarlo hasta cuando tenía la mayoría de edad. Entonces este por el tiempo estaba tan desgastado que no tuvo opción que dejarlo.
Logró estudiar junto con Tweek en la misma universidad y graduarse con honores.
En ningún momento se separaron.
En la madrugada que el blondo adoraba observar el amanecer, utilizaba sus alas para subir al techo con Craig.
Hablaban y compartían sus relatos. Aunque Tweek le ganaba porque tenía mucho más que contar.
Fue entonces que el tiempo continuó. No se detuvo.
La puerta de una tienda de floristería fue abierta.
Los ojos verdes se volvieron más pequeños al sonreír.
Hola, cariño.
Saludó en lenguaje de señas el más alto.
Llegas justo a tiempo. Fue su respuesta.
Ambos se tomaron de la mano y caminaron hacia adentro del local donde estaban todos sus amigos reunidos preparando la comida.
Todos eran ya adultos pero permanecían aquellas facciones que los caracterizaban.
Hasta Pete se encontraba.
—Celebremos, por el aniversario de los tórtolos. —dijo Clyde muy feliz levantando una copa.
Al chocar todos sus vasos Tweek se avergonzó por el comentario.
Craig solo sonrió tomando su mano con más firmeza.
Se observaron en silencio. Sin prestarle atención a lo que ocurría a su alrededor.
Sabían que se tenían el uno para el otro. Con eso era suficiente.
𝟢𝟥/𝟣𝟢/𝟤𝟣: Capítulo editado.
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Gracias por acompañarme hasta el final. Al principio de esta historia no tenía muchas expectativas del apoyo que podía lograr tener.
Lo superó enormemente la cantidad de comentarios y votos, sé que hay libros que superan con creces este. Que personas se fijaran habiendo tantos es todo un honor.
Desde que escribí el capítulo anterior sentía que una parte de mí se había ido. Estaba liberada pero a la vez triste.
Me hubiera gustado haber mejorado algunas cosas pero creo que al menos con el final que tenía en mi cabeza desde que comencé es suficiente.
Como dije antes, tendrá cómic en un futuro y espero poder cambiar esos detalles que quede insatisfecha.
Estoy muy agradecida por inspirarme a continuar cuando sentía que no podía hacerlo. Cuídense mucho. Los adoro ♡
