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—¿Qué sucedió? —la voy de Wendy se escuchó apenas. Cómo si le costará pronunciar las palabras.

El azabache se mantuvo estático, observando dicho rosario sin articular alguna palabra. Tenía miedo de tocarlo si quiera. Tal vez se partiría en mil pedazos.

Sentía que por intentar arreglarlo conseguiría todo el efecto opuesto.

Sin embargo, Wendy parecía razonar con más rapidez. Se movió en un segundo por la habitación en busca de algo que Craig era ajeno. Sus ojos la siguieron, notando como su cabello de mecía en un suave compás cuando cambiaba de dirección.

—¿Qué es lo que buscas? —se limitó a preguntar con cierta neutralidad.

Parecía estar despreocupado, después de todo aún recordaba lo que había sucedido hace ya algunos días.

—Algo para quitarte eso. —el cuerpo de Craig se tensó.

—No tienes por qué hacerlo...

—¡Claro que sí! No sé qué habrá ocurrido, pero no es normal que ese rosario este con esa apariencia. Yo... No quiero juzgar a Clyde, no quiero pensar que él tuvo que ver en esto. —tocó sus bolsillos de la chaqueta. Sacó un pañuelo de un tono crema. Lo observó entre sus manos. —Esto fue un regalo de mi madre antes de irme de South Park. Ella me dijo que me protegería.

Se acercó de nuevo a él. Antes se detuvo en el estante dónde se ubicaban los libros. 

Cubrió sus manos con dicha tela.

Se detuvo por un momento. Miró a Craig para sostener el collar con cuidado.

En el momento que iba a levantarlo, este se rompió y cayó al suelo.

Ambos se alejaron por inercia cómo si este fuese a explotar enfrente de sus narices. Se miraron para mantener distancia y observar lo que había ocurrido.

—...Cra-craig, sea lo que sea quien tocó esto... No debió haber sido humano. —tragó en seco y vio a Wendy con un nudo en la garganta.

Sentía que cada vez más se impulsaba a hablar de lo que le había ocurrido desde que se estableció en la Iglesia.

Tenía mucho miedo, no quería que le hicieran daño. A ella y a nadie cercano a él.

—Por favor. Dime que sucede.

Evitó mirarle, su vista se clavó sobre el suelo como si este le diera la respuesta a todas sus inquietudes. La insistencia de su amiga a su vez le hacía sentir algo aliviado.

Su familia no se molestaba si quiera en preguntar más de una vez lo que pensaba o si quiera lo que pasaba por su cabeza. Aquello le parecía algo frío. Aun así, eso era lo que se había convertido.

Después de todo, te vuelves aquello que te rodea. Más, tenía mucha necesidad de cambiar.

Sus manos temblaban.

—No-no sé qué hacer, ni las razones por las cuales todo esto me está pasando. Solo quiero encontrar las respuestas de algo que ni siquiera conozco. Pero tampoco quiero que por mi egoísmo las personas que quiero sufran. Entonces... ¿Qué hago? ¿Debería continuar con mi vida como si nada estuviera ocurriendo? No puedo conciliar en el sueño por las noches pensando que tal vez no sea capaz de despertar.

Miró a Wendy, notando como sus ojos estaban al borde del llanto. Mordió su labio. 

Craig sintió temor de que quizás lo hizo con demasiada fuerza.

—Lo siento, por favor perdóname.

—¿De-de qué estás hablando? —por acto reflejo se alejó. Wendy mordió su labio inferior. 

—Yo... Estoy segura de que me odiaras, no, seguro ni siquiera me considerarás tu amiga otra vez. —mantuvo su mirada cabizbaja. —Mereces la verdad, y yo te la puedo ofrecer. Jamás te mentiría, lo sabes. Soy una hipócrita por pedirte respuesta cuando ni siquiera sabes sobre mí.

Señaló el rosario.

—Aquello lo hizo un demonio de nivel bajo. Son capaces de maldecir objetos al momento de tocarlos o si quiera rozarlos con su cuerpo. Al pasar el tiempo estos quedan inservibles si ninguna persona los vuelve a tocar, si hubiera ocurrido... Posiblemente hubieras caído bajo una maldición sin éxito a que pudiera ser capaz de salvarte. Pero, como lo sostuve con un objeto de los ángeles esto no sucedió.

—¿A-acaso tú...? —ella sonrió.

—Tampoco lo sabía, si no hace poco. Después de los sucesos de que me persiguieran fue que investigue y también me di cuenta de varias cosas. —agarró el pañuelo. —Craig, desde que entraste al club tienes un olor particular. No puedo definirlo porque soy nueva en esto pero... ¿Qué tal si aquella es la razón por la cual te están buscando?

—No... No lo sé.

—Es solo una teoría, después de todo igual estamos tratando con demonios de nivel inferior. Pero está claro que tienen una preferencia hacía ti.

Craig se sentó, tomando su cabeza entre sus manos.

—¿Qué hay de Clyde? ¿Él está bien?

—No te preocupes, en su momento podrás hablar personalmente con él.

Se mantuvieron en silencio, hasta que Wendy observó a través del ventanal.

—Por favor, mantente alerta. Está conversación es confidencial. Solo espero que Clyde vuelva pronto.

—¿Aún sigue en South Park?

—Así es.

Ambos salieron del club, cerrando con llave.

—Estaré investigando sobre lo que le sucedió al rosario. Si sucede algo te lo diré.

—Wendy, hay algo que te quiero decir. —la miró mientras continuaban con su recorrido. —¿Es posible que un humano sobreviva a la maldición?


𝟢𝟥/𝟣𝟢/𝟤𝟣: Capítulo editado.

𝐒𝐞𝐧̃𝐚𝐬 ¦ CreekWhere stories live. Discover now