₁₃.

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Les invito a leer un one shot que escribí aparte de esta historia uvu.


Craig siguió a la joven pareja con el corazón palpitar con gran rapidez.

Podía sentir como sus labios temblaban inevitablemente a pesar de lo mucho que se esfuerce en mantener la calma. 

Decir que tenía miedo estaba de más. Se encontraba completamente aterrado. 

En cualquier momento parecía que ni siquiera iba a volver a salir la voz de su garganta. Su cuerpo le alertaba de la posible decisión errónea y que corriera lo más lejos posible. 

Más su consciencia señalaba que tenía que continuar, razonando que ya había llegado a su cometido y debía terminarlo.

Trató de tragar saliva a pesar de que su garganta estaba completamente seca. 

Observaba con detenimiento y algo de recelo las espaldas de los adultos al frente de él. Poco a poco la luz del Sol se ocultaba dando la bienvenida a la Luna.

Aquello le causaba inquietud en el estómago. Como si estuviera adentrándose cada vez más en un mundo desconocido que no debía conocer. 

La mirada del Sr. Tweak conectó con la suya regalándole una sonrisa amable.

De alguna manera está le reconforto, podía percibir que no era un gesto falso ni carente de sentimiento. 

Al contrario de Helen cuando está se acercaba emitía un aura sumamente pesada e intimidante.

No sabía cómo podían ser tan contrastantes. Le causaba mucha curiosidad, pensaba que por conocer el secreto de su hijo iba a ser mucho más amigable. 

Normalmente las mujeres eran más sobre protectoras y los padres más neutrales pero demostrando lo necesario cuando la situación lo requiere. 

En un parpadeo el olor de las plantas junto a las flores familiares captó sus sentidos volviendo a la realidad. Ahora estaba a un paso de lo que parecía ser un gran muro de naturaleza mixta, las enredaderas sobresalían y parecían saludarle al estar a tan solo un dedo de distancia.

Diversas hermosas flores se veían entre los tonos verdosos siendo una espléndida combinación.

Miró como sus dos acompañantes se colocaban a su lado intercambiando una mirada cómplice. Ante la insistencia de los ojos castaños la mujer dejó escapar un suspiro como si este le estuviera dando un mensaje. 

Hellen se inclinó para estar a la altura de Craig tendiendo su mano.

—Necesitamos que cierres los ojos. —pidió con una actitud neutra pero su voz parecía no traer algún tipo de malicia. Un escalofrío recorrió todo su cuerpo recordando por un momento cuando Tweek solicitó lo mismo. 

Observó con detenimiento la palma blanquecina mientras su mano se levantó a punto de sujetarla. En el momento que cerró los ojos con fuerza sintió como su mano se encontraba fría.

Viajó a través del roce de las plantas sobre su cuerpo mientras lo demás desaparecía. 

Era un déjà vu, lo mismo sucedió en el club. 

Parecía que su alma salió a buscar algo en otro lugar. Las sensaciones no parecían ser reales. Era como uno de esos tantos sueños que olvidaba apenas despertar. Su consciencia parecía reconocerlo y que lo que estaba pasando no era nuevo. 

Por mucho que trataba de rememorarlo no podía. Era como si algo se bloqueara en lo más profundo de su ser. 

Más él quería insistir. Quería abrir esa puerta por más que la perilla no girara. 

Después de todo ya logró caminar tanto que llegó a un sitio que casi nadie conocía, que los demás evitaban por ser diferente. Por ser distinto al resto simplemente no buscaban entenderlo, lo criticaban y sacaban de lo considerado normal.

No quería ser así, por mucho que las personas hablaran no quería escucharlo.

Quería conocerlo por su cuenta, saber qué era lo que cubría ese manto tan denso. Los seres vivos no hacen nada sin justificación, tienen sus razones en su interior. 

Nadie es feliz por simplemente querer serlo, nadie llora por forzarse a hacerlo; las personas no hacen nada sin tener un propósito.

¿Cuál es la razón...? ¿Los humanos han asesinado a demonios y estos buscan regresar el dolor que sintieron?

Le causaba mucha impotencia. 

Recordaba las veces que Clyde despertaba en la mañana con los ojos rojos. Siempre sollozaba haciéndole despertar mediante la noche y subía hasta su cama para abrazarlo mientras sentía como su cuerpo se estremecía por la tristeza. 

Podía sentirla como si la estuviera viviendo en carne y hueso causándole unas inmensas ganas de llorar. El mundo arrebata como entrega, no hay ningún verdadero culpable. No, sentía que no era su culpa por mucho que él le insistía.

Si no me hubiera alejado de su lado tal vez seguiría viva. —esa frase se repetía en su mente como un casete. No era verdad, él solo era un niño y seguía siéndolo. La curiosidad y la ingenuidad en el punto más puro de la vida. Buscando conocer y explorar el extenso mundo hasta que esto se va apagando como una pequeña vela cuando creces. Entonces todo se vuelve monótono y vacío.

Dios ya lo sabía, tarde o temprano la madre de Clyde ya no iba a estar al lado de él.

Fuera como fuera, tuvo que suceder. Siendo peor o mejor. Estando al lado de ella siendo testigo como su corazón dejaba de latir o como simplemente desaparecía entre sus manos en un instante.

Tal vez Dios no quería que sufriera. Que sucediera así tal vez fue lo más adecuado.

Las lágrimas se acumularon en sus ojos estando calientes sin poder evitar que saliera un pequeño sollozo.

El ser humano arrebata vidas sin piedad, no solo por ser otro ser nos da el derecho de tener doble moral y señalarlos como si fuera diferente. —las palabras de Craig llegaron a su amigo. —Somos tan egoístas que si hubiera sido un ladrón o alguien con malas intenciones no hubiera sido un escándalo como lo fue. Por uno de ellos que cometa el mal no tenemos el derecho de pensar que el resto es igual.

Tweek es diferente, no le hizo daño. 

Ni siquiera pensó en hacerlo por un momento. 

Sus ojos a pesar de ser rojizos e impotentes no emitían ningún tipo de protervia. Estaba tan asustado como él lo estaba. Su cuerpo temblaba, buscando esconderse en un rincón y lo entendía por qué quería hacer lo mismo. 

Lo desconocido era aterrador, extraño y temible. Ambos eran distintos y no conocían nada del otro como las dos caras de la moneda. 

A pesar de eso quería acercarse a donde no emitía la luz ignorando las voces insistentes que lo querían arrastrar de vuelta.

Un pequeño apretón en su mano le hizo abrir los ojos, estaban pesados y cansados como si no hubiera logrado conciliar el sueño por una larga noche. 

Los verdes de la joven le miraban sorprendidos mientras el cielo se oscurecía por completo a sus espaldas. Podía ver un brillo en ellos, algo que estaba ahí pero no había notado. Era el mismo que veía en los ojos de su hijo.


𝟢𝟥/𝟣𝟢/𝟤𝟣:  Capítulo editado.

𝐒𝐞𝐧̃𝐚𝐬 ¦ CreekWhere stories live. Discover now