₂₄.

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Sabía que iba a despertar pronto. Después de todo la culpa lo carcomía por dentro lentamente, como si se tratará de un parásito que devora con lentitud cada parte de su ser.

Despertó horas después, sintiendo como Wendyl mantenía un semi abrazo contra su cuerpo. Le observó durante un momento.

Sus mejillas estaban algo rojas y a pesar de que su rostro estaba sin alguna expresión podía diferenciar con facilidad lo cansado que se encontraba.

Se movió con lentitud para levantarse. Cuando estuvo de pie terminó de arroparle con cuidado.

Caminó hacia la ventana, la luna iluminaba con su brillante luz cada rincón de la habitación a través de las cortinas.

Tenía que decirles, tenía que hablar de lo que le ha estado pasando. Ya no podía lidiar con todo este peso él solo aunque es lo que más deseaba.

Clyde pronto volvería de South Park por estar cuidando a su padre.

—Dios, no he mentido pero si he estado ocultando la verdad. —susurró sosteniendo su rosario entre sus dedos. —Deseo más que nada ir al cielo y mantener la fe en las personas. —se arrodilló entrelazando sus propias manos. —¿Tengo que actuar bajo mi propios principios? ¿Esto es una prueba que me haces? ¿Qué hacer cuando siento que me abandonas...?

Observó la luna, como si esperara que esta le respondiera.

Ahora tenía que proteger a Tweek, cuando sentía que no podía protegerse asimismo.

Ahora tenía que proteger a Tweek, cuando sentía que no podía protegerse asimismo

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Craig se fue por su lado cuando terminó la misa del domingo. Tenía que ordenar sus ideas para hablarle sobre todo lo que le ha ocurrido a sus amigos, sin saber por dónde comenzar.

Era mejor prepararse con anticipación, así que no salió de su dormitorio en la mayoría del día.

Ordenó la mayoría de sus pertenencias, leyó algunos libros que tenía pendiente.

Su mente no podía más pensando en el momento en el cual le confesaría a Clyde y Wendy que estaba protegiendo a un demonio y que no solo eso, si no que la madre de este le dio la tarea de resguardarlo.

Suspiró pasando la mano entre su rostro.

De repente, mientras movía sus pies a cierto compás comenzando a sentirse algo soñoliento tocaron la puerta.

Su cuerpo se mantuvo quieto, intentando asimilar si aquello de verdad lo había escuchado o era simplemente su mente jugándole una broma.

Sus dudas se disiparon cuando volvieron a tocar.

El azabache se levantó más que extrañado. Observó la puerta de la habitación con un extraño sentimiento. Al dar un par de pasos se detuvo adelante de esta, podría haber preguntado quien era pero no lo hizo.

Cuando la puerta fue abierta se encontraba a la persona que menos esperaba.

—Hola. —Tweek le saludó de manera neutral. Craig pudo jurar que se le acelero el corazón como nunca antes. El blondo tenía una mochila en la espalda con un par de libros contra su pecho.

𝐒𝐞𝐧̃𝐚𝐬 Š CreekOpowieści tętniące ÅŒyciem. Odkryj je teraz