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Maratón de tres capítulos (3/3)


Quería averiguar por su propia cuenta el estado del Sr. Tweak. No podía esperar una respuesta por parte de su amiga debido a que ella no poseía conocimientos por el momento sobre los ataques y sus consecuencias de los demonios.

Cosa que entendía, Wendy apenas se enteró que era un ángel.

Al menos en cierta parte se sentía aliviado. Tenía a otra persona que estaba pasando por una situación similar a la él exceptuando que todavía no le contó la historia para evitar involucrar a Tweek lo más que podía. Aprovecharía el momento para averiguar por su cuenta.

Además los padres del rubio amante de los libros estaban también en el paquete. Pero era algo que tanto como Wendy y Clyde eran ajenos.

—¡Achú! —estornudó para taparse más el rostro con su chullo. El agua lo mojó por completo a pesar de que evitó lo más posible estar bajo techo.

Le faltaba muy poco para llegar. El frío le provocaba escalofríos, la buena parte de todo era que no se encontraba nadie debido a que ya era tarde y la lluvia parecía no ser del agrado de la mayoría de las personas.

Cuando llegó a la entrada de la escuela se quería golpear en la frente al darse cuenta que la puerta estaría posiblemente cerrada. Caminó buscando otra alternativa para llegar a la parte trasera. Empezó a recordar el recorrido que tuvo con Hellen.

En efecto estaba el callejón que salió anteriormente, algo irreconocible debido a la fuerte lluvia que le hacía algo borroso la visión. Se guío por la pared hasta girar en la esquina donde se encontró a la pareja Tweak la primera vez.

Siguió un poco más con una pizca de esperanza cuando algo jaló de su brazo.

Apenas pudo reaccionar, ni siquiera la voz salió de su garganta. Quería pedir ayuda y pensar en un plan para escapar pero su mente estaba completamente en blanco.

Lentamente observó a quien le atrapó con las manos en la masa. Podía imaginar un sin fin de posibilidades, una más aterradora que la anterior.

—¿Qué haces aquí? —no se esperó para nada volver a escuchar esa voz.

Aquellos ojos verdes brillaban a pesar de la oscuridad de la noche. 

Su cabello estaba mojado y estaba llevando un traje oscuro.

Esa vestimenta... La recordaba. La vio el primer día que se quedó en la Iglesia.

Hellen mantuvo su mirada sobre él, alejando el bastón que uso para sostenerle el brazo.

Craig colocó su mano sobre su pecho.

—Se-señorita Tweak... —su voz expresó alivio. Su corazón parecía calmarse tras encontrarse con una de las personas que tanto estaba buscando.

—Nuevamente te adentras en un lugar muy peligroso, parece una ironía que ocurra en el mismo lugar. —Craig tragó saliva. —Discúlpame.—el gesto de confusión del menor hizo que Hellen sonriera. Más parecía ser algo forzado. —Debes tener muchas preguntas. Por ahora será mejor irnos de aquí.

El oji azul la siguió sin siquiera dudarlo, no tardaron en encontrarse con aquel arbusto.

Cuando la mano pálida de la castaña tocó la vegetación por inercia cerró los ojos. Como la primera vez el olor de las flores lo inundó, siento arropado por aquella sensación. Al abrir los ojos todo volvía a aparecer al frente de sus ojos.

Se aproximaron para entrar, Craig buscaba la presencia de alguno de los integrantes de la familia pero sin éxito. Se sentía todo tan solo y abandonado.

𝐒𝐞𝐧̃𝐚𝐬 ¦ CreekWhere stories live. Discover now