Capítulo 24: La declaración

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Acepté ver al padre de mi ex novio vampiro, y lo irónico de todo, era que él era un cura. Era un sacerdote y él no me juzgaría por mis errores; aunque estaba jugando con fuego, porque el Padre Jack no solo era un sacerdote, era el padre de Rick. Touché, era perder o ganar ante todo lo que estaba pasando, pero de verdad necesitaba hablar con alguien neutral.

>>> Quizás un buen sermón me ayude <<<, pensé

El Padre Shepard parecía entender cómo me encontraba, así que aceptó verme el viernes; una hora antes de la misa de las seis de la tarde, de ese día. No puse objeciones, (no quería ponerme a pelear con él) aunque no quería que nadie me viera ahí, especialmente, mi papá. Al final fue así. La vieja a la iglesia era dentro del pueblo, en sí. Pero al final le pedí a Joel que me hiciera el favor, de llevar allá. Yo tenía licencia para conducir, y había conducido anteriormente, pero era obvio que mi padre y mi familia, me tenían muy mimada y muy pocas veces lo había hecho. Antes habían conducido pero habían sido en el Lexus de Rick, un par de veces y unas cuantas en la Jeep Cherokee; solo me limitaba al necesario. Joel no tuvo objeciones en llevarme hasta allá y solo me dijo "Claro, reina"

***

Miré el cielo, mientras íbamos a la iglesia. Según el reporte del clima, habría algo de nubosidad en el cielo pero luego estaría despejado. Sentía que iba a tener un colapsó y ni siquiera habíamos llegado. Empecé a mover las piernas y las manos me sudaban. Murmuré una maldición y suspiré, tocando un mechón de mi algo corto cabello; me lo había dejado suelto y solo tenía una cinta para el cabello color morado. Mi cabello todavía estaba algo corto en las puntas, así que estaba bien. Respiré y miré a Joel. Era extraño que Joel estuviera silencioso, siempre estaba cantando o buscando hacer conversación, todos tenían cosas en la cabeza, y él no era la excepción. A pesar del tráfico y la gente, me fijé, de nuevo en Joel y era obvio, que estaba pensando, pero también había algo más; tenía una mirada pensativa pero triste. ¿Acaso le pasaba algo malo? ¿Se había metido en un problema? Pensé otras ideas más sobre eso, dure unos minutos más pero al final no me aguante. Aclaré la garganta, dije su nombre y le pregunté, qué le pasaba.

Joel me echó una pequeña mirada, y me dijo con un suspiró:

—No es nada, Liz. No es nada...

Hice una mueca y fruncí el ceño, extrañada. A Joel le pasaba algo, y a pesar de su corta respuesta, incentivo más curiosidad. No me gustaba ver a mi familia sufrir.

— ¿Joel?—murmuré— Cualquier cosa que te esté pasando...—suspiré. — Puedes contar conmigo, lo sabes, ¿verdad?

De reojo él me miró, y respiró continuo como si nada. Al final, me rendí. Miré mis uñas; estaban recortadas y bien pintadas, gracias a Lacey.

—Es sobre una chica, Lizzie—murmuró Joel, de repente.

Lo observé curiosa

— ¿En serio? — pregunté

—Sí—contestó y apretó el volante. Frenó en el semáforo rojo y me miró. Hizo una mueca. —Pero es complicado para los dos—comentó

— ¿Y sobre qué? —pregunté.

—Mmm, me gusta y tiene muchas cosas que las demás no tienen—me explicó, con una ligera sonrisa. — Antes era algo informal, casi ocasional e intento que sea algo más serio, pero ella tiene miedo —comentó

Fruncí el ceño

— ¿A qué?

Joel iba a responderme, cuando escuchamos una molesta bocina detrás de nosotros. Joel estaba saliendo con alguien, me llamó la atención. La vida amorosa de los chicos, era algo ajeno en ciertas cosas, claro, estaba algunos con las suyas propias. Estaba tan perdida en mis pensamientos, que no sentí cuando Joel se detuvo. Dijo mi nombre y me sacudió. Gemí y lo miré, Joel me señaló para afuera, y finalmente, habíamos llegado a nuestro destino; la iglesia de White Rose.

Renacimiento © ✓Where stories live. Discover now