Capítulo 37: Luchar y sobrevivir

281 88 14
                                    

¡Les recomiendo escuchar la canción antes de leer el capítulo! 

Me hice la desmayada, y sí, era estúpida idea en estos momentos pero bueno, era la única forma de poder salir de ahí. Y esperaba que mi secuestrador se lo creyera. Además, todo mi cuerpo dolía por sus golpes hasta podía saborear la sangre en mi boca. Escuché a Bertram gruñir mientras daba algunos pasos cerca de mí, y luego me giraba de lado en el suelo. Tuve el impulso de abrir los ojos, pero no debía hacerlo; era un riesgo, así que me contuve. Me preocupaba no saber qué estaría pensando, aunque sospechaba. Además, de lo que había experimentado en las últimas horas, ya nada me sorprendía nada de él.

Lo escuché maldecir, en inglés y otra vez, su celular sonó. Contestó, solo para hablar un poco más en francés y colgó de nuevo. Y por lo que entendí, tal vez solo tal vez, tendría una posibilidad. "No he terminado, dame más tiempo. No, voy a terminar con ella. ¡Mierda! Nunca pensé que fuera tan molesta. Sí, lo sé. Me estoy encargando de todo. La voy a sacar de aquí. ¿Qué? ¡No! Lo haré afuera. Sé hacerlo, Lottie. De acuerdo." Sentí un escalofrío con sus palabras. Maldije y tuve una sensación helada cuando dejó de hablar. Bertram se movió hacia mí, escuchando los pasos que daba y se detuvo. Y entonces, sentí su dedo recorrer la base de mi cuello hasta parar en mi oreja. Acarició mi mejilla con sus dedos y lo escuché reírse.

—Me hubiera divertido tanto contigo, Lizzie, pero estoy cumpliendo órdenes, ma chère. Divertido aunque tengo algo más que hacer...—me susurró y soltó una risita

>>> ¿Algo más? ¿Ahora qué carajo iba a hacer? <<<, pensé aterrada.

De nuevo oí a Bertram moverse en la casa. Hubo un momento de silencio, pero regresó de nuevo, él siseó y de repente, olí un hedor fuerte hasta logré identificar, era combustible diesel; era gasolina. Me horroricé. ¿Acaso planeaba quemarme dentro de la casa? Pero luego me tomó un momento darme cuenta. A pesar de haber limpiado todo, él no quería dejar rastros, tenía que asegurarse que la evidencia de las bolsas, el cuerpo de ese hombre y todo lo demás se borrara. Escuché cómo se movía de modo normal por la casa por el olor a la gasolina y el sonido que hacía mientras él, echaba el líquido por el sitio. El olor era intenso y se me había pegado a la nariz. Bertram siseo pero lo escuché moverme hacia mí y en un solo movimiento, pude sentir como me levantaba del suelo. Hice un gran esfuerzo para simular seguir inconsciente, mientras sentía sus manos tomarme y acomodarme en su espalda; logré entreabrir los ojos y miré que estaba saliendo de la casa por la cocina de afuera. El día se había vuelto noche. Escuché sus pasos sobre la tierra, avanzó un poco y luego empezó a correr. Podía sentir la suave brisa sobre mí, y me di cuenta de que se estaba moviendo para no ser vistos por nadie. El viaje sobre su espalda me pareció una eternidad, hasta que se detuvo.

Bertram gruñó. Pude oler la humedad mezclado con hojas, y sentí de nuevo el viento. ¡Oh, no! ¿Ya habíamos llegado al lugar dónde me mataría? Sentí como se movía y escuché el sonido de unas llaves, y entonces recordé. Me había extrañado no ver la Toyota Hilux y ahora comprendía la razón; era su modo de escape. Oí una puerta abrirse, pero me mantuve desmayada cuando sentí cómo suavemente me ponía dentro de la camioneta. Algunos mechones de mi cabello estaban sueltos y caían sobre mi rostro, así que me cubría el rostro. Por suerte. Poco a poco, abrí los ojos y observé que estaba en el asiento trasero. Respiré y observé gracias al parabrisas, que estaba oscuro. Tuve algo de fuerza para poder levantarme un poco, me senté y miré a mí alrededor. Pero no pude verlo, me giré y lo busqué. ¿Dónde estaba? Bertram no estaba por ningún lado, aunque sabía dónde había ido. Había regresado a la casa para quemarla. Miré a mí alrededor y reconocí el camino, era uno viejo lejos de la carretera principal; estaba en medio de la nada.

Renacimiento © ✓Where stories live. Discover now