CAPÍTULO XX

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Aceleré el paso para llegar a mis aposentos lo más rápido posible y cuando entré, cerré la puerta con fuerza.

Comencé a dar vueltas una y otra vez por toda la habitación. Pasando por cada rincón.
Un vampiro me había besado.
Un maldito vampiro me había besado,
y lo peor, yo le había correspondido.

Y me sentía tan mal por sentirme tan bien... Por querer más, por necesitar y por desear más.

Si mis padres me estuvieran viendo  sentirían más que decepción.
Y lo peor es que cada vez que cierro los ojos le veo a él, besándome, acariciándome...
Y no quiero dejar de verlo.

Pero él murmuró un lo siento...
Quizás solo era una apuesta que perdió con sus hermanos y ahora se arrepiente.

O quizás solo está jugando conmigo.
Al fin y al cabo, tiene fama de mujeriego.
Y es que eso, aunque no quiera admitirlo,  me hace sentir jodidamente mal.




*****

Pasaron dos días en los que no había visto ni hablado con el príncipe.
Él ya no iba a almorzar al comedor, y sus hermanos me miraban como si supiesen la razón de ello y sintieran pena por mí.

Antes de acabar mi servicio de tarde, Mace se acercó a mí con tristeza, pero no faltó esa sonrisa suya que transmite tranquilidad y paz. Y la verdad, no sabía el por qué de este nuevo comportamiento.

– Oye Kath... ¿Qué tal estás?

– Bien... ¿Y tú?

– Bien, bien... ¿Seguro que estás bien?

– ¿Por qué no iba a estarlo?

– Bueno... Eh...
Resulta que hace unos días, Erik que pasaba por ahí, escuchó una conversación animada que tuviste con una de tus compañeras. Creo recordar que su nombre era Lisa, y quería decirte que si quieres que hable con ella...

– No te preocupes. Sé defenderme sola.– Sonreí levemente para tranquilizarla.
– Oye... ¿Qué le pasa al príncipe Hudson?

– ¿Qué?

– Es que, como no ha venido al comedor...

– Ah... No te preocupes, solo está ocupado, ser el líder del ejército es un trabajo duro...

– ¿Y por qué no se ocupa otro de eso? Quiero decir... Siendo un príncipe podría hacer lo que quisiera.

– No es tan fácil como eso. Cada uno de los príncipes desempeña una función, excepto Ariel, que aún es demasiado pequeño. Por ejemplo, Eliel lleva las cuentas del castillo... Khalid se ocupa de dirigir el servicio y a todos los empleados... Erik es el representante en las reuniones...

– Ah...– Respondí simple. Siempre pensé que la familia real no hacía nada más que provocar a los enemigos y ganar guerras.

– Bueno, cambiando de tema.
Hoy tenemos una reunión con los classis superioris en el poblado.

– Iug.

– Ya... El caso es que ya que vamos a ir, voy a pasar por casa para coger todo lo que se ha quedado allí.
¿Quieres que te traiga algo?

– ¿No resultará raro que te vean los humanos?

– No, ellos ya saben que ahora soy parte de la familia real. Al parecer a una de las criadas cuya identidad aún desconocemos, le pareció buena idea contarle todo sobre mí a una amiga cuando fué a comprar al poblado.

– Bueno... Creo que no necesito nada de allí.

– ¿Seguro?

– No teníamos nada Mace. Como no traigas uno de nuestro viejos vestidos...

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