CAPÍTULO XCVI

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Antes de comenzar, quería agradecer a todas esas personas que se han tomado la molestia de enviarme mensajes, tanto por privado como en el buzón. Creo que necesitaba un respiro de Wattpad, y ahora que me lo he tomado, me siento mejor y espero poder volver a subir capítulos con el mismo ritmo de antes. ❤️

Pequeña aclaración: Cronológicamente, apenas ha transcurrido una semana desde la pelea de Hudson y Katherine.

Dalton:

Salí de las cocinas con una tranquilidad que me sorprendió incluso a mí mismo: con la mirada baja, los ojos cristalizados, y el labio inferior temblando. Cerré la puerta lentamente, notando como un par de lágrimas empezaban a descender por mis mejillas, y entonces sí, me alejé de aquel lugar con la mayor rapidez que mis piernas fueron capaces de otorgarme. Esta forma tan enérgica de caminar fue desmoronándose a medida que las voces de los centenares de nobles invitados se iban disipando por la distancia. Empecé a sentir que me estaba quedando sin fuerzas, así que subí los pocos escalones que me faltaban de forma lenta y desganada. Estos, aunque es cierto que únicamente entre la planta principal y el siguiente piso, estaban repletos de parejas besándose; de vampiros que devoraban con pasión los labios de sus respectivos o respectivas acompañantes. Al principio no supe diferenciar la sensación que ver aquello me provocaba. ¿Tristeza? ¿celos? ¿envidia? Puede que una especie de añoranza. 

¿Quién diría que iba a extrañar algo que nunca quise tener? 

Quién diría que iba a extrañar la atención y el cariño de una mujer que no fuera Katherine Ford...

Estuve tanto tiempo enamorado de Katherine..., sin poder plantearme, siquiera, la idea de declararme, que para cuando creí haber reunido las agallas suficientes; para cuando logré asumir el inminente rechazo de mi familia, ella ya se había ido. Se la habían llevado. Todo rastro de la chica de la que llevaba años enamorado, se había desvanecido. Y lo peor de todo, es que a nadie parecía importarle ni lo más mínimo.

Por eso me costó tanto aceptar que ella y yo no estábamos destinados a estar juntos. Porque a pesar de haberme dado cuenta desde el principio, no estaba dispuesto a dejar ir a la mujer con la que estuve toda mi infancia soñando. No quería ni pensar en el hecho de que existía otro hombre al que ella amaba tanto como yo la amaba a ella. 

Hasta que un día, no hace mucho, me permití a mí mismo hacerme la siguiente pregunta:

¿Ella me escogería a mí, si llegado el momento tuviera que elegir entre él o yo?

La respuesta llegó casi de inmediato:

Pues claro que no.

Fue entonces cuando me permití ver más allá de Katherine y pasar página. No fue fácil hacerme a la idea de que estaba empezando a tener sentimientos románticos por una vampiresa, pues a pesar de mi buena posición social y económica en el poblado, siempre le tuve un gran desprecio a su especie. Ya de niño no soportaba ver las injusticias con las que debía lidiar la chica que me gustaba, y ese sentimiento se duplicó cuando arrestaron a Katherine y nos hicieron creer a todos que la habían encerrado, juzgado y ejecutado.

Duele, porque ahora que al fin me veo capaz de dejar todo eso atrás y darme una oportunidad con Khalid, temo que ella haya decidido dejar de esperarme.

Tras llegar al séptimo piso, me dejé caer sobre una de las paredes de un pasillo cualquiera, y me permití liberar el llanto que había estado reprimiendo desde hacía ya varios minutos. Me refugié entre mis propios brazos y seguí sollozando cual niño pequeño. Ni siquiera me planteé el ir a mis aposentos; sabía que todo el mundo estaría demasiado ocupado disfrutando de la fiesta, como para reparar en el ruido que yo pudiese estar haciendo. Traté de calmarme con una nana que mi madre me cantaba todas las noches antes de ir a la cama, pero aquello solo me sirvió para revivir malos recuerdos.

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