CAPÍTULO LVI

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– ¿Seguro que no quieres tomar un descanso?– me preguntó Lisa con gesto preocupado.

– Ya te he dicho que estoy bien. No me duele nada–. Insistí.

– ¿Acabas de vomitar sangre, y lo único que me dices es: "estoy bien"?

– Sí, porque no me pasa nada.

– Que no hayas hecho ninguna broma respecto a lo que acaba de pasar, me indica que sí te pasa algo.

– ¿Y qué querías que dijese?

– No sé, me esperaba algo como: "Acabo de expulsar el periodo por la boca".

– ¿Pero por quién me tomas? No soy tan estúpida. Si hubiese vomitado el periodo, habría escupido coágulos.

– Agh cállate. Que asco.

– ¿Tú no tienes coágulos?

– Sí, pero ahora gracias a tí me estoy imaginando cosas realmente asquerosas en los que ellos se ven involucrados. Y yo no quiero meter a Barny en esto.

– ¿Quién es Barny?– Pregunté con confusión.

– Mi primer coágulo. Cuando lo vi pensé que era un trozo de órgano que se me había podrido y me desmayé.

– Ay pobre, ¿cuántos años tenías? ¿Doce, trece?– Me miró con una mueca enfadada y se aclaró la garganta.

– Casi dieciocho–. Murmuró entre dientes.

Me mordí el labio inferior con fuerza para evitar reírme en su cara. Como era de esperar, no funcionó, y Lisa me escaneó de arriba a abajo con una ceja alzada y la cara contraída en un gesto de molestia que no le duró mucho.

Bueno...–me limpié las lágrimas que se me habían saltado–. Sigamos leyendo.

Licántropos: Fueron la segunda creación de la diosa Luna, siendo superados  únicamente por los demonios y los seres celestiales. Esto les convierte en unos de los sobrenaturales más antiguos del planeta Tierra.

(El orden de la creación de los hijos de la noche es el siguiente: Demonios, licántropos, vampiros, brujas, hadas y finalmente, duendes).

Características: Pueden modificar su cuerpo y aumentar su fuerza y velocidad, transformándose en feroces bestias capaces de desgarrar, mutilar, desmembrar y desangrar a cualquier persona o cosa que se interponga en su camino. Son inmortales y, del mismo que los vampiros, no envejecen.
También son "bendecidos" con una pareja de vida. Característica común en todos los hijos de la Diosa Luna, a excepción de los demonios, quienes no pueden amar.

Debilidades: Algo que también tienen en común con los demonios de sangre, es que son alérgicos a dos materiales. A la plata y al acónito, también apodado, Matalobos.

Curiosidades: A lo largo de los siglos, se ha extendido el rumor de que los licántropos solo son capaces de convertirse en luna llena y que no pueden controlar sus instintos. Esto es completamente incorrecto, pues aunque es cierto que su primera transformación es más caótica y se lleva a cabo en luna llena, pueden adquirir su forma terrorífica cuando lo deseen.

Transformación: La licantropía es una condición genética hereditaria, por lo tanto, no hay manera de que ningún humano se transforme en uno de su clase.

Brujas: Para ser sincero, no dispongo de demasiada información acerca de esta especie. Pues, al contrario que los lobos y vampiros, las brujas son sujetos tímidos, que prefieren pasar desapercibidos.

Características:
También conocidas como hechiceras, las brujas son "las hijas" de la Diosa Luna que más se asemejan a los humanos, en lo que a apariencia y fuerza física se refiere. Son seres extremadamente poderosos, capaces de conjurar, maldecir y usar la magia que los dioses nos proporcionan a su antojo.

Debilidades:
Su única debilidad conocida, es que comparten una cualidad que nos caracteriza tanto a los humanos, como a los rebellium: No tienen regeneración acelerada.

Transformación:
Es imposible convertirse en brujo. Pertenecen al grupo de especies cuyos dones se transmiten únicamente por nacimiento.

Cuando llegué al final de la página, terminando así de leer el primer capítulo, Lisa y yo concluimos que aunque no era demasiada información y se notaba de lejos que el autor no era un escritor experto, (haciendo que a veces se nos complicara entender la información), estos datos nos servirían en el futuro, si es que alguna vez me topo nuevamente con uno de esos bichos peludos que tienen una espeluznante sed de sangre y peculiar obsesión por decapitar animalitos que no tienen la culpa de nada.


Capítulo II: Los cazadores de monstruos.

(El origen)

¿Qué son los rebellium?
Hace algo más de veinte años yo también me hice la misma pregunta. Me he pasado la vida buscando información sobre mi propia especie; sobre mí mismo. Todo con el fin de entender que papel tenemos los cazadores en el tablero de juego.

Para entenderlo bien, debemos retroceder aproximadamente doscientos años, y analizar cuidadosamente el suceso que marcó a la humanidad para el resto de los tiempos. Como lo más probable es que ya conozcas la mayor parte de la historia, no voy a explayarme demasiado.

Aquel fatídico día, los líderes de los clanes vampíricos más poderosos del planeta decidieron tomar el control y revelar su existencia. Se hicieron con el poder absoluto y doblegaron a todos los humanos y les obligaron a seguir sus estándares y reglas.

O bueno, al menos lo intentaron.

Aunque la mayoría decidió aceptar el destino que los chupasangres habían impuesto, siete valientes jóvenes, de este mismo poblado, se negaron a renunciar a su libertad y sus derechos y a obedecer el mandato de aquellos seres tan repugnantes.

El 31 de diciembre de ese mismo año, los siete jóvenes salieron a las calles con escopeta en mano, e iniciaron un tiroteo en la plaza en la que se estaba celebrando la primera subasta.

Los vampiros de nuestro condado invitaron a la nobleza de multitud de reinos y condados extranjeros a una especial ceremonia. Pretendían vender cada mes a cien mujeres de entre dieciocho y veinticinco años, con el fin de conseguir dinero que ellos mismos se quedarían, para superar económicamente a los reinos vecinos.

¡Cualquiera que pudiera permitírselo podría comprar a una mujer! ¡Y tratarla como si fuese un juguete de usar y tirar!

Ese día los siete jóvenes murieron, pero se llevaron consigo la vida de veintinueve vampiros que pretendían esclavizar a las mujeres del poblado.

Rumores de lo que había sucedido se extendieron como la pólvora, llegando casi a cada rincón del planeta.
Tras los acontecimientos, los vampiros decidieron que solo la realeza y la nobleza de nuestro reino podrían llevarse a un grupo de mujeres cada año. Pero solo a una chica por cada casa y sin tener permitido acabar con sus vidas.

Las siguientes semanas parecieron transcurrir con normalidad, hasta que los siete jóvenes fueron avistados en el poblado nuevamente, a pesar de haber sido "justamente asesinados".

La naturaleza les había recompensado por su sacrificio y les convirtió en algo que pudiera hacer frente a los seres de la noche. Volvieron a la vida siendo más fuertes, rápidos y poderosos.

Ellos fueron los primeros rebellium, los primeros cazadores de monstruos.

Así es como, básicamente, nació nuestra raza. Todo gracias a un grupo de cuatro hombres y tres mujeres, que arriesgaron sus vidas, para salvar a cien chicas inocentes.

Gracias a mi tatarabuelo, Adam Stone, a Ángel Carrie, a Agnes Sallow , a Frederick Barbrow, a Garret Pembertom , a Daphne Graham y a Amelie Ford.

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