Cap 01.

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Graycee Rosier, era una chica la cual no tenía ni una amiga, sus únicos amigos eran varones. No se sentía comprendida por las estudiantes mujeres, sino todo lo contrario. La mayoría de ellas la criticaban, por el simple hecho de que vivía su vida sexual con chicos diferentes cada día.

Había perdido su virginidad a los trece años, con un adolescente dos años más grande que ella. En aquel tiempo era su novio, quien estaba desesperado por follarasela. Dado como resultado su temprana edad del comienzo de su vida sexual.

Graycee toda su vida supo lo atractiva que era, constantemente se lo decían. Y la mayoría de su familia por parte de las mujeres, como también hombres. Eran personas increíblemente bellas.

Más allá de todo, Graycee era tan solo increíblemente hermosa por su aspecto físico. Su piel era blanca, pero en cuanto llegaba el verano ella pasaba horas en el sol, en busca de su bronceado perfecto. Su cabello era largo casi que llegaba a su cintura, castaño claro, y con pequeñas ondulaciones quienes parecían resortes, al final en las puntas.

Sus pechos eran grandes, de hecho bastantes grandes a comparación de su pequeña espalda, y el resto de su cuerpo. Siempre sacaba realmente provecho de ellos, usando tanto vestidos, como camisetas escotadas que hacían resaltar aún más su busto. Su cintura era marcada, sus nalgas duras y firmes, con junto a su abdomen plano levemente marcado. Se esforzaba realmente en sus rutinas deportivas mañaneras, incluso cuando llovía, o hacia un calor de no soportar, ella iba a entrenar.

Las chicas envidiosas decían que ella estaba operada, de pies a cabeza. Y sobretodo la parte de sus pechos. O incluso también, decían y rumoreaban que su belleza era porque seguramente era una chica "Veela". Aquellas mujeres que podían tener a cualquier hombre a sus pies, con tan solo una simple mirada. O un guiño de ojo.

Pero la realidad era es que Graycee, solo era una chica más, común o normal. Y su belleza era cada vez más, a medida que iba creciendo.

Caminaba en este instante, por los pasillos de Hogwarts. Sus calzado caro, negro, con un leve tacón se hacía sonar cada vez que pisaba el suelo con ellos. Llevaba puesto el uniforme, en representación de su casa asignada "Gryffindor". Pero eso sí, sus detalles siempre estaban expuestos, representándola.

Como por ejemplo los tres primeros botones de su camisa simple blanca, iban desprendidos. Su pollera un poco más corta debido a la altura en la que la ponía, sobre su cintura. Haciendo lucir más sus piernas, y haciéndola ver más alta. Como si fuera una modelo.

Su cabello bien peinado, y que caía por su espalda, balanceándose cada vez que sus caderas se movían, con sus pasos firmes y seguros.

Fue entonces, cuando su atención fue cautivada, por un grupo de chicos, quienes se encontraban en una de las paredes altas y viejas, de aquel castillo.

Cuchicheaban entre ellos, entre susurros, sonrisas y miradas cómplices que delataban que hablaban de ella. Ya que les era imposible no verla.

Sonrió para sí misma placenteramente, y siguió caminando, como si no se hubiese percatado de aquellos adolescentes hormonales.

Apretó con sus brazos, los libros que llevaba contra sus pechos. Haciendo que se vieran más grandes, y apretados contra su camisa.

–Joder... me la parará  aquí mismo...–Susurro uno de ellos, de manera no tan baja. Haciendo que el resto de su grupo estallara en risas, dejando de ver por primera vez a la chica.

Continuó sin detenerse, dejando atrás a aquel grupo quienes pertenecían a Revenclaw por sus uniformes. Escuchando los silbidos, y chiflidos detrás suyo. Quienes aumentaban aún más su ego.

No me voy a enamorarWhere stories live. Discover now