Cap 32

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Por fin habían llegado finalmente al gran castillo, quien al entrar al Gran Comedor estaba repleto de luces flotantes.

Algo que sorprendió y halagaron los alumnos de primer año, pero sin embargo los demás habían perdido ya la emoción de aquella magia.

–Espero este año hacer más amigos.–Dijo Luna mientras admiraba el cielo mágico estrellado nocturno. Quien estaba sobre sus cabezas.

Graycee le sonrió al escucharla, sabía que lo que más quería Luna era hacer nuevos amigos. Era algo que ella en verdad anhelaba. Y algo que la castaña no entendía, era él porque sé que las personas la juzgaban sin siquiera conocerla.

Sin duda para Graycee Rosier, Luna era la persona más dulce y buena del mundo.

–Estoy segura de que eso sucederá este año, Lu.–Contestó dándole ánimos.–Y sino sucede... siempre me tendrás a mi.

Luna le sonrió al oír aquello último, y luego ambas tomaron sus manos, entrelazándolas. Y siguieron caminando por aquel largo pasillo, observando a muchos de los Alumnos ya sentados en las mesas, y hablando entre sí.

Ambas se despidieron al llegar a destino, en donde Luna tendría que ir hacia la derecha, y Graycee a la izquierda. Para sentarse en sus respectivas casas.

Soltaron sus manos con unas sonrisas en sus rostros, diciendo que se verían luego. Y después, cada una camino hacia sus respectivos lugares.

Sus ojos al instante empezaron a buscar aquellas cabelleras pelirrojas, quienes obviamente resaltaban. Y ahora no era solo por el color de sus cabellos, sino también por la diferencia de altura a comparado de los demás.

Graycee no podía creer que los gemelos siguieran creciendo, maldijo en su mente sabiendo perfectamente que más tarde se meterían con su altura "baja".

Al llegar hasta ellos, ambos sonrieron y dejaron un lugar entremedio. A lo que la castaña les devolvió la sonrisa y se sentó cómodamente entre sus gemelos favoritos.

–No nos contaste cómo la has pasado en año nuevo, Gray.–Habló primero George mirándola, y elevando un poco su voz por el bullicio que emitían los estudiantes a su al rededor.

–¡Pues la pase realmente bien! Estuve con personas que quería, la comida fue realmente rica, y el brindis también fue bonito.–Resumió con una pequeña sonrisa al terminar.

George asintió con su cabeza haciéndole saber que la estaba escuchando, mientras su boca masticaba un pedazo de pan que había robado del centro de la mesa.

–¿Le mostraste a Diggory tu collar?–Habló Fred, quien sonrió al ver que su mejor amiga lo seguía llevando en su cuello.

Graycee rodó sus ojos al escuchar aquello, pero no pudo no evitar que una pequeña risita escapara de sus labios.

–No me lo he quitado desde que me lo diste.–Empezó a hablar con su voz femenina.–Y Cedric es bastante distraído, así que dudo que lo haya visto.–Explicó sincera.

–Si me lo cruzo le dire que lo vea.–Dijo el pelirrojo.

Graycee negó con su cabeza divertida, mientras veía sonreír al pelirrojo que estaba a su lado. En verdad no dejaba pasar oportunidad para competir con su novio, o hacerlo poner celoso.

Pero fue entonces cuando ambos dejaron de hablar, incluido con todos los demás estudiantes de Hogwarts. Ya que el profesor Dumbledore había mandado a callarlos, para poder empezar a hablar y dar la bienvenida.

La cena no empezó mucho después, luego que a cada estudiante de primer año se les asignara su casa apoyando el sombrero en sus cabezas.

El bullicio comenzó nuevamente cuando Dumbledore anunció que podían empezar a cenar. Y los gemelos no perdieron el tiempo en casi devorar todo lo que había en la mesa, Graycee rio ante eso. Al parecer no solo era Ron el que amaba la comida.

No me voy a enamorarWhere stories live. Discover now