Cap 30

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Asustada se bajo instantáneamente de arriba de aquel muchacho. Quien gimió de dolor al ya no tener su peso en su erección.

–¡Joder! ¡Joder!–Maldecía ella en susurros parándose de la cama.

Cedric sin embargo seguía en aquel acolchado, pero esta vez apoyado más erguido en sus manos. Mirando a Graycee caminar desesperada por todo su cuarto, como si estuviera buscando algo.

–¡Merlin!–Siguio maldiciendo hasta que encontró su bata que tanto buscaba. Empezando a ponérsela rápidamente.–¡Ya voy abuela! ¡Dame un segundo!–Grito mientras seguía poniéndose con torpeza aquella prenda.

Miro rápidamente hacia el cintó del mismo tono que su bata, empezando a atarlo con fuerza al rededor de su cintura. Y en cuanto lo hizo miro hacia el chico quien empezaba a controlar su respiración.

Pero seguía con su cabello revuelto, su pantalón a medio prender, sus mejillas rojas y sin camisa en su cama.

–¡Cedric, mierda! ¡Escóndete!–Susurro en tono de regaño y algo enfadada.

El chico pronto se levantó en cuanto Graycee tomó sus manos en las suyas tirándolo de ellas. Haciendo que una sonrisa divertida apareciera en su rostro ante la situación en la que estaban.

Lo llevo corriendo hasta su armario, abriendo ambas puertas en donde allí se encontraba la mayoría de su ropa. Volvió a tomar sus manos al darse la vuelta, incitándolo a que entrara. Pudiendo a Merlin en su mente que su altura le permitiera entrar en aquel mueble.

Y en cuanto en chico se acomodo, encorvando un poco su espalda para poder entrar. Graycee suspiro aliviada.

–¡Graycee!–Llamo nuevamente la voz femenina a través de la puerta.

La nombrada se encontraba empujando su ropa al lado contrario al chico que estaba metido allí, intentando que él cupiera mejor dentro.

–No vayas a moverte...–Aviso, y luego cerró ambas puertas. Dejando de ver la sonrisa juguetona de aquel chico.

En cuanto comprobó que las puertas no se abrían cuando sus manos las soltaron, corrió en dirección a la puerta. Mientras sus manos torpes intentaban acomodar sus cabellos desastrosos.

Nerviosa tomó el picaporte jalando de este, encontrándose a su abuela en una posición que hizo tenerle miedo. El mismo miedo que sentía cuando era niña y Fanny la encontraba haciendo alguna travesura.

La mujer estaba de brazos cruzados sobre su pecho, uno de sus pies subía y bajaba con impaciencia golpeando el suelo. Y una de sus cejas se encorvó hacia arriba al ver el rostro de su nieta.

–¡Abuela! ¿Sucede algo?–Preguntó intentando sonar natural.

–¿Que estabas haciendo, Graycita?–Preguntó en aquella misma posición, usando un tono bastante interrogativo.

Graycee trago con fuerza, sintiéndose completamente nerviosa. Notando que al tragar, su garganta y labios estaban secos.

–Estaba por irme a dormir.–Contestó rápidamente seguido de ella.–¿No es lo que te dije cuando me despedí de ti?–Le recordó segura.

Fanny al escucharla sonrió, al parecer le divertía aquella situación. Algo que Graycee no estaba entendiendo el porqué de aquello.

–Si, es cierto eso.–Afirmó la mujer asintiendo con su cabeza.–Pero dudo mucho que estes por dormir justo ahora...

Fanny al terminar de decir aquello entró en el cuarto, haciendo que su nieta se quedara perpleja y sin saber muy bien que hacer. O que responder siquiera.

No me voy a enamorarWhere stories live. Discover now