Cap 16

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Una vez más la Gryffindor se encontraba en el patio, sentada en el césped verde, con su "amigo" Cedric Diggory.

Quien estaba con ella para ayudarla con una nueva tarea de pociones. Cedric comenzaba a amar e ilusionarse cada vez que Graycee salía de clases de pociones, esperanzado de que le hayan dado ejercicios para hacer. Porque eso significaría que estaría con ella "para ayudarla".

Adoraba estar con ella, así sea para estudiar, para solo estar juntos, para hablar, para besarse. He incluso estar con la chica en silencio, aunque él empezaba a no callarse nunca cuando estaba con Graycee Rosier.

Se ilusionaba y emocionaba, haciendo que aquello lo hiciera hablar hasta por los codos. Cedric Diggory nunca se podría quedar sin tema de conversación, algo que a la Gryffindor le daba ternura. Y debía admitir que le gustaba mucho escucharlo.

–¿Está bien así?–Pregunto ella dejando de escribir en su cuaderno, para tenderselo al chico.

Cedric dejó de ver hacia un punto no muy exacto de aquel patio. Se obligaba no mirar mucho a Graycee, sobretodo para que ella no lo notara. Pero le era muy difícil no hacerlo.

Tomó su cuaderno, haciendo que sus dedos se rozasen levemente. Provocando que en el rostro de ella apareciera una pequeña sonrisa, que intentó ocultar bajando su mirada.

Pero para su mala suerte el Hufflepuff, había notado aquello. Haciéndolo también sonreír sin mostrar sus dientes, mientras miraba la hoja con los ejercicios realizados.

Los miro y examino, no sorprendido a que estuvieran bien hechos. Graycee era una chica con una capacidad rápida a la hora de aprender, era realmente inteligente cuando se lo proponía.

–Hagamos una cosa...–Hablo Cedric atrayendo los ojos de ella, que se posaron en los suyos.–Si haces más de cuatro ejercicios bien, de los cinco que tienes, me deberás un beso.

Graycee sonrió soltando una risita al hacerlo. Le gustaba que Cedric con el paso del tiempo y el estar juntos, su timidez cada vez iba bajando más y más. Pero siempre quedaba un poco de ella, porque era algo que iba con su personalidad.

–Está bien.–Respondió competitiva de repente. Haciéndolo reír.

Cedric comenzó a contar los ejercicios bien hechos, sabiendo que había ganado aquel beso. Porque antes de proponérselo, había contado cuántos había bien hechos.

La Gryffindor lo miraba con una sonrisa en su rostro, nunca había deseado hacer tantos ejercicios bien como ahora.

Solo unos segundos después el chico hablo, bajando la hoja de su mirada. Mientras sonreía de lado.

–¿Y bien?–Pregunto ella curiosa viéndolo.

Cedric posó sus ojos en los suyos aún sonriendo, delatando su clara respuesta. Ya que sus ojos se veían ilusionados y con deseo.

–Creo que alguien... me debe un beso.–Hablo haciéndose el misterioso.

Graycee soltó una risita al escucharlo, su corazón empezaba a latir rápidamente. Y la emoción de probarlo una vez más, cada vez era más pasado los segundos.

–No me gusta tener pendientes con nadie, así que... tendré que hacer el sacrificio.–Hablo la castaña, haciendo que Cedric riera.

El chico ya impaciente como si un niño estuviera esperando por su helado, se acercó más a ella. Pero sin besarla, haciendo que sus rostros quedaran más cerca, quería que la castaña lo besara.

No me voy a enamorarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora