Cap 11.

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En cuanto la agarro de la muñeca, la hizo girar mientras ella seguía hablando. Pero la callo al estampar sus labios con los suyos, sintiendo como su corazón lastima más rápido que nunca.

La tomo de la cintura acercándola a su cuerpo, su mano aún seguía sosteniendo su muñeca inmóvil. Y sus ojos se habían cerrado automáticamente al sentir sus labios.

Aquellos labios que tanto había deseado besar, desde la primera vez que la había visto. Aún así cuando eran niños en ese entonces.

La besaba con si estuviera apurado, o el tiempo lo estuviera corriendo. Apretaba su cintura contra su cuerpo, haciendo que su pecho estuviera pegado al suyo.

Graycee lo único que había hecho fue quedarse completamente al estar tan shockeada, no se esperaba para nada aquella reacción. Pero al cerrar sus ojos sus labios por sí solos empezaron a corresponderle. Tomándola desprevenida.

Sus manos fueron hacia su pecho, cerrándose en puñados de su tela, estaba empezando a contagiarle su excitación. Sobretodo cuando sin darse cuenta, Fred la había empujado contra la pared, presionándola cada vez más contra el muro y su cuerpo.

Comenzaban a sentir la falta de aire en sus pulmones, pero aún así Fred se negaba a dejar de sentir sus labios. Por esa razón fue Graycee quien terminó aquel apasionado beso.

Separándose con su respiración agitada, soltando un suave gemido al dejar de sentirlo. Sus labios latían ante lo fuerte que la había besado, provocando que se pusieran más rojos de lo normal.

Fred apoyó su frente en la de ella, respirando agitadamente. Haciendo que su respiración golpee en sus labios al seguir estando cerca.

En cambio Graycee, lo miraba sintiéndose confundida. Y sin saber muy bien que hacer, por donde comenzar a preguntar, o siquiera hablar.

El calor intenso se sentía en la habitación, y también donde había rastros de la tensión sexual entre ellos.

Intentaba regular su respiración, pensando en que jamás la habían besado de aquella manera. Haciéndola sentir tan deseada por alguien, sabía que era deseada y querida por muchas personas. Pero jamás pensó que una de ellas fuera su mejor amigo.

Lo miraba viendo sus mejillas sonrojadas, su cabello despeinado, y sus ojos quienes seguían cerrados. Pero antes de poder mirarlo más, Fred volvió a acercar sus labios volviendo a unirlos con los de ella.

Besándola esta vez más calmadamente, como si estuviera dándose su tiempo de disfrutar de ellos. Pasando su lengua por su labio inferior lentamente, para adentrar la luego en su boca.

Provocando que Graycee se entremeciera, y que un gemido saliera de su boca. Siento ahogado por los labios del Gryffindor.

Comenzó nuevamente a apretar su cintura contra su cuerpo. Pero esta vez, una de sus manos bajo un poco hasta posarla sobre una de las mejillas de su trasero. Haciéndola gemir más fuerte, al sentir con aquel tirón como su pelvis aún cubierta por sus ropas, tocaba su ereccion dura.

Graycee comenzaba a sentirse más que excitada. Sintiendo como sus pezones comenzaban a endurecerse al empezar a ser tocada de aquella manera.

Sus manos fueron hacia los cabellos del pelirrojo, tirando de ellos levemente haciendo que él gruñera en sus labios. Para después alzarla por los muslos, haciendo que un pequeño jadeo escapara de su boca ante el inesperado movimiento.

Camino con ella alzada sin dejar de besarla en ningún momento, no quería dejar de sentirla. Se sentó en su cama poniéndola en su regazo, empezando a bajar sus besos a su cuello expuesto.

No me voy a enamorarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora