No me voy a enamorar

Cap 22

Se encontraban sentadas en la mesa frente a un gran ventanal. Comiendo una pizza de pepperoni que Fanny había pedido por teléfono. Porque si hay algo que ella no haría, sería cocinar. No era su actividad favorita que digamos...

Luna se encontraba frente a ellas, mientras llevaba otro bocado de pizza a su boca. Al final si se había levantado para cenar, su hambre era más fuerte que su cansancio.

–Y dime Luna, ¿Desde cuando son amigas con Graycita?–Pregunto la mayor llevando la copa con bebida en ella a sus labios.

La rubia terminó de tragar la comida, quien pasó de su garganta a su estómago. Para luego responder.

–La verdad es que recién este año nos hicimos grandes amigas.–Explicó y una pequeña sonrisa se asomó en su rostro.–Hablamos por primera vez cuando le pedí a Graycee, ayuda para decorar el Gran Salón. Ya que se acercaba en baile de Halloween.

La mujer al escucharla le regalo una sonrisa. Podía notar desde lejos lo buena persona que era aquella chica. Y se alegraba que Graycee tuviera amigas.

La castaña volvió a dejar su copa en la mesa, mientras tragaba el líquido en su boca. Para luego unirse a la conversación.

–Luna es mi mejor amiga, nos llevamos realmente bien. Y eso que nos conocemos hace solo un año, además de que ella va a Ravenclaw y yo bueno... Ya sabes.–Habló y luego volvió a morder de su pizza no tan caliente.

–Me lo imaginaba.–Dijo Fanny con sinceridad.–Luna es realmente una chica inteligente, puedes darte cuenta sin necesidad de conocerla. Así que no me sorprende que esté en Ravenclaw.

La nombrada en la conversación sonrió tímida bajando su mirada, mientras sentía sus mejillas ruborizarse levemente.

No estaba acostumbrada a recibir cumplidos, y le gustaba que vinieran de personas que ella valoraba y quería en su vida.

Sin dudas no se arrepentía de haber venido con Graycee, para pasar navidad juntas. Y como esperaba Fanny le había caído realmente bien.

–Y-yo... iré a dormir. Ahora si, que ya comí. Estoy más tranquila.–Fanny y Graycee rieron ante el comentario de Luna.–Lavare los platos.

La rubia extendió sus brazos para tomar los cubiertos, y demás objetos. Pero Fanny y Graycee se lo impidieron.

–¡Oh, claro que no!–Hablo la mayor alejando los platos sucios.–Ya luego lo haré yo, Querida. Ve a descansar tranquila.

–Es verdad, Luna. Nosotras nos ocupamos luego, no te preocupes.–Añadió la dueña de la casa con una sonrisa amable.

Luna les sonrió a ambas, y luego se levantó de la mesa. Para dirigirse a su cuerpo, con sus pies quienes comenzaban a sentirse pesados al caminar.

–Que tengan buenas noches.–Hablo algo fuerte al estar un poco lejos de ellas.

–¡Buenas Noches, Luna!–Saludo Fanny amable.

Graycee le sonrió a su amiga en señal de despedida, y ella le devolvió la sonrisa antes de cerrar la puerta de su cuarto.

Ambas se quedaron en silencio aún sentadas, Fanny bebía lo último que quedaba en su copa. Y Graycee solo abrazaba sus piernas, manteniéndolas contra su pecho. Una vez que las había subido a la silla en la que estaba sentada.

La verdad era es que ella también estaba cansada. Pero sin duda había sido un día bastante bonito, dentro de todo.

–¿Es en serio que lavarás los platos?–Pregunto Graycee hacia su abuela en tono burlón.