22

6.3K 561 217
                                    

—Eso es bueno, ¿cierto? —inquirió Phoebe, confundida.

Harry se miró a su alrededor, notando que sus padres estaban allí. En  ocasión, hubiera estado tan feliz que probablemente no hubiera podido ni hablar, pero luego de lo que vivió en su tiempo se sentía demasiado incómodo.

Draco notó aquello y se colocó más cerca de él para tomar su mano.

—No es exactamente bueno, Phoebe —murmuró Harry. Suspiró al ver la mirada de confusión de su hermana—. No es real. Nada lo es.

—¿Nuestros padres están vivos? —preguntó la mayor. Él asintió—. Es todo lo que me importa.

—Voldemort está vivo, Phoe.

—¿Y? Lo estaba cuando me fui.

—Murieron personas que no debían.

Phoebe se encogió de hombros. Su familia entera se había sacrificado e incluso su hermanito arriesgaba su cuello todo el tiempo para salvar el mundo mágico de Voldemort, estaba cansada de que sea siempre su familia la que sufría. Antes de Voldemort, habían existido otros magos tenebrosos y habían sido derrotados por otras personas, incluyendo a Dumbledore, que era famoso por haber derrotado a Grindelwald.

Alguien más podría encargarse de derrotar a Voldemort sin necesidad de que un menor de edad arriesgue su vida.

—El mundo mágico es un lugar oscuro, triste. Hogwarts es prácticamente una prisión. ¡Los mortífagos tomaron el control! Torturan a los alumnos.

—Pues que dejen de ir.

—Dumbledore está muerto.

—Y eso es una gran pérdida para ti, ¿cierto? —soltó de manera mordaz.

—Tú no existes, Phoebe. Sea lo que sea que hayas hecho, te costó tu existencia.

—Tal vez eso signifique que fue mi existencia la que los condenó.

Harry la miró frunciendo el ceño, señal de que se estaba enojando. Negó con la cabeza y se alejó unos pasos, siendo seguido por Draco. El rubio tomó su mano para intentar calmarlo, pero Harry se deshizo del agarre.

—Harry, cálmate —pidió el chico.

—No, Draco. Pasamos meses planeando este viaje para limpiar el desastre que ella hizo —espetó y la miró a los ojos—. No es justo que te comportes como una perra sin sentimentos.

—¡Cuida cómo le hablas a tu hermana! —soltó Lily, señalando al chico con su dedo índice.

Harry bufó y se alejó. Su madre falsa no era en lo absoluto como aquella chica que estaba enfrente de él, mirándolo con una mirada iracunda. Por supuesto, odiaba que utilizara palabrotas, pero estaba más preocupada en mantener a la familia a salvo que en criarlo.

Phoebe se levantó de la camilla usando a Remus como soporte y miró a su hermano con una mirada tan fría como el hielo. Draco suspiró, conociendo aquella expresión. Harry podría ser su hermano, pero después de todo lo que habían vivido en casa de los Dursley, Phoebe se cerraba ante el mínimo ataque y enseguida se preparaba para defenderse. Era como un mecanismo de defensa, como las serpientes se enroscan y luego atacan cuando invaden su nido. La pelirroja era igual, analizaba a su atacante para conocer sus puntos débiles y le daba donde más le dolía.

Y sabía muy bien qué era lo que más le dolía a su hermano.

—¿Una perra sin sentimientos? —repitió su hermana—. ¿Eso soy para ti?

—Te estoy diciendo que hay gente muerta y tú...

—La gente muere todos los días, hermanito —interrumpió en tono aburrido—. Yo estoy cansada de que siempre sea la gente que quiero. Y si realmente crees que soy una perra sin sentimientos, déjame que te refresque la memoria.

Sixteen [Regulus Black]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora