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Luego de que Harry le contara todo lo que habían hablado en la cena, Phoebe había bajado a la mañana a desayunar. Como habían dicho la noche anterior, Alastor, Remus y Nymphadora fueron a buscar a Draco a la mansión Malfoy.

Phoebe estaba con Harry y Sirius en una habitación donde había un gran tapiz de un árbol familia.

La noble y ancestral casa de los Black
«Toujours pur»

—¡Tú no sales aquí! —exclamó Harry tras recorrer con la mirada la parte inferiordel árbol.

—Antes estaba —comentó Sirius señalando un pequeño y redondo agujero con los bordes chamuscados, que parecía una quemadura de cigarrillo—. Mi dulce y anciana madre me borró cuando me escapé de casa. A Kreacher le encanta relatar esa historia entre dientes.

—¿Te escapaste de casa?

—Cuando tenía dieciséis años —afirmó Sirius—. Estaba harto.

—¿Adónde fuiste? —preguntó Harry mirándolo fijamente.

—A casa de tu padre —contestó Sirius—. Tus abuelos se portaron muy bien conmigo; me adoptaron, por así decirlo. Sí, me instalé en casa de tu padre y pasé allí las vacaciones escolares, y cuando cumplí diecisiete años me fui a vivir solo. Mi tío Alphard me había dejado una cantidad considerable de oro; a él también deben de haberlo borrado del árbol por eso. En fin, después empecé a vivir solo. Pero siempre fui bien recibido en casa de los Potter, y solía ir allí a comer los domingos.

—Pero ¿por qué…?

—¿Por qué me marché? —Sirius compuso una amarga sonrisa y se pasó los dedos por el largo y despeinado cabello—. Porque los odiaba a todos: a mis padres, con su manía de la sangre limpia, convencidos de que ser un Black te convertía prácticamente en un miembro de la realeza… El idiota de mi hermano, que fue lo bastante estúpido para creérselo durante un tiempo… Ése es él.

Sirius puso un dedo en la parte inferior del árbol y señaló el nombre «Regulus Black».

—Es más joven que yo —explicó Sirius—, y mucho mejor, como me recordaban mis padres cada dos por tres.

—Regulus no está quemado —dijo Harry.

—No. El muy imbécil… casi se une a los mortífagos.

—¡No lo dirás en serio!

—¡Vaya, Harry! ¿No has visto ya suficiente de esta casa para entender a qué clase de magos pertenecía mi familia? —dijo Sirius con fastidio.

—Sus padres…, sus padres ¿también eran mortífagos?

—No, no, pero creían que Voldemort tenía razón; estaban a favor de la purificación de la raza mágica, querían deshacerse de los hijos de los muggles y que mandaran los sangre limpia. Y no eran los únicos; mucha gente, antes de que Voldemort se mostrara tal cual era en realidad, creía que él tenía razón... Aunque, cuando vieron lo que estaba dispuesto a hacer para conseguir el poder, les entró miedo y se echaron atrás. Pero supongo que, al principio, mis padres creyeron que Regulus era un verdadero héroe cuando se le unió. Me sorprende que mi madre no lo borrara del tapiz cuando se fue de los mortífagos luego de un ataque.

—¿Lo atacó un auror? —preguntó Harry, titubeante.

—No, qué va —contestó Sirius—. Lo atacó Voldemort. O mejor dicho, alguien que obedecía sus órdenes; dudo que Regulus llegara a ser lo bastante importante para que Voldemort quisiera matarlo en persona. Por lo que él recordaba luego del ataque, al cabo de un tiempo de haberse unido a Voldemort le entró pánico al ver lo que le pedían que hiciera e intentó volverse atrás. Pero a Voldemort no le entregas tu dimisión así como así. Es toda una vida de servicio o la muerte. Entonces Regulus fue atacado, pero Kreacher lo salvó y lo llevó a San Mungo. Estuvo en coma casi un año, y cuando despertó me mandó a llamar.

Sixteen [Regulus Black]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora