2 - La chica regresó

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La confianza de los inocentes es la herramienta más útil del mentiroso. ~Stephen King.
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Draco ha crecido rodeado de magia, aprendiendo un sin fin de hechizos, conociendo la existencia de muchas criaturas, ha visto fantasmas, periódicos que se mueven y cuadros que hablan, a pesar de eso, son tantas las cosas en la que no cree, la supersticiones mágicas y que un mago sea capaz de predecir el futuro hacen parte. Pero hay algo que puede decir con certeza, aun si no cree en ello, Harry Potter tiene una maldición de mala suerte, y es justo ese el primer pensamiento que llega a su mente cuando descubre el origen de los gritos.

Asombro e incredulidad.

Una posibilidad que no se consideró, un detalle pasado por alto, un montón de magos que olvidaron las reglas y una chica con miedo a la muerte.

El fantasma de Lavender Brown se desliza con suma lentitud por la mesa de Slytherin, justo al lado de Pansy, quien se ha llevado un susto de muerte al verla tan cerca. Las gotas perladas que brotan de sus ojos y los gritos helados que salen de ella, recuerdan a Myrtle la llorona.

Todas las miradas están fijas en la chica, unas con horror y otras con sorpresa. Para llevar años conviviendo con fantasma, gran parte de los presentes están tan asustados que dan la impresión de ser la primera vez que observan a uno. Draco no entiende porque los gritos aumentan, ni muchos menos que los hace retroceder.

Draco la mira con detenimiento, su cabello grisáceo está desordenado, sobre el uniforme de Gryfindor sin colores se observan las manchas plateadas de la sangre, tiene cortadas regulares por todo su cuerpo, el rubio no reconoce la maldición oscura utilizada. Aunque la chica avanza hasta estar casi a su lado, Draco desvía sus ojos a Potter, cuya expresión es indescifrable.

El director parece salir de la sorpresa y utiliza un sonorus para pedir calma, el deje de emoción en su voz causa horror en Draco, observa con cautela los efectos que produce la aparición de la chica en Dumbledore, las comisuras de sus labios se curvan en una sonrisa y sus ojos brillan de forma entusiasta. El mago está a solo palabras del fantasma de descubrir quién tuvo la osadía de asesinar en su colegio, de saber quién es el infiltrado de su mayor enemigo y a solos momentos de recuperar su poder.

—Señorita Brown —Dumbledore habla con un tono de voz suave, a la chica le puede resultar tranquilizador o tal vez amenazador, ya que al final deja de llorar.

Lavender mira a su alrededor como si no tuviese idea de donde está y quizás sea así. El comedor regresó al silencio, sin duda alguna es preferible el ruido.

— ¿Puede decirnos donde estaba? ¿Cómo falleció?

La chica ignora las nada sutiles preguntas del director y flota hasta la mesa de Gryfindor, quedando justo al frente del trío dorado, pero sus ojos solo enfocan a Ron Weasley, una nueva serie de lágrimas inician. Draco solo puede pensar que está a sólo centímetros de su asesino y que la farsa de Potter está por terminar, por alguna razón que no comprende Draco no quiere que eso ocurra.

— Ro-Ro —Weasley ha perdido todo el color de su cuerpo, solo el rojo encendido en su cabello demuestra que es el-. Lo siento tanto, no pude.

—Lavender... ¿Que dices? —Pregunta el chico temblando ligeramente.

—Lo perdí de vista, no sabía en que parte del castillo me encontraba, me dio tanto miedo, traté de regresar y luego solo sentía dolor y mucha, mucha sangre Ro-Ro.

—Nada es tu culpa. —Había algo raro en la forma en que le hablaba, pero Draco no identifica que era.

—No lo es, ES SU CULPA —Grito la última parte y volteo señalando a Dumbledore.

La Oscuridad del León Où les histoires vivent. Découvrez maintenant