La Oscuridad del León

25 - Sangre en el suelo

Ya sabe cómo es esto de la vida, lo único que sabemos con certeza es que moriremos. ~Dolores Redondo.
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No reconoce la mansión, igual avanza con seguridad, unos pocos mortifagos la miran extrañados, ella sigue siendo la esposa de Lucius, así que le dan el respeto que se merece, terminan por bajar la mirada y dejarla pasar.

Pide saber dónde se encuentra Bellatrix, es urgente que hable con su hermana o al menos esas son sus palabras, un mortifago la guía entonces hasta las mazmorras de la mansión.

— ¿Qué haces aquí? —le pregunto Bella. Aun no llegaba a las mazmorras, la encontró justo afuera.

—Quería saber si necesitabas ayuda. —Bella la miro dudando, su movimiento fue cerrar las puertas que daban acceso. Narcisa mantuvo su semblante en blanco, que no se notará la molestia.

—No deberías estar en este lugar Cissy, al señor oscuro no le agradara enterarse.

—Él salió con Lucius, no veo el problema —fue toda la respuesta que obtuvo Bellatrix—, odio estar fuera de los planes hermana.

—Si me escucharas ese no fuese un problema, tienes que tomar la marca Tenebrosa.

—Lo haré Bella, al regreso del señor oscuro, por cierto, ¿Sabes a dónde han ido?

—Si, pero no puedo decirlo.

— ¿Regulus?

—Nuestro querido primo es fuerte, la sangre Black que corre por sus venas es muy poderosa. No he obtenido buenos resultados —resoplo fastidiada, sus acostumbradas torturas no le funcionaban y odiaba que eso pasara.

— ¿Podría verlo? —inmediatamente Bella miró a Narcisa recelosa, una duda de cuáles eran las intenciones de su hermana.

—No creo que sea buena idea Cissy.

— ¿Desconfías de mí?

— ¿Deberías tener razones para hacerlo?

—Por supuesto que no Bella.

— ¿Qué quieres Cissy?

—Siempre tan directa.

Narcisa se movió entonces, mientras avanzaba hacia su hermana fue sacando de forma sutil su varita Mágica, un movimiento que no pasó desapercibido por Bellatrix, que copio la acción y apuntó con su varita a Narcisa antes que tuviera ocasión de reaccionar.

—Bella, permitirme hablar con Regulus.

—Es mejor que regreses a la mansión Malfoy, no me des razones para lastimarte.

— ¿Lo harías? —Narcisa en realidad no esperaba una respuesta, ya la conocía con certeza. A ella le importaba su lealtad al señor oscuro.

—Si me obligas. —Bella se aproximó a Narcisa, la punta de su varita en la nariz de su hermana. Su mirada en parte molesta, pero al mismo tiempo curiosa por saber los planes escondidos.

Desde niña le inculcaron como ser la mejor esposa, delicada y perfecta. La guerra la obligó a aprender defensa, ser una excelente duelista estaba en su sangre, sin miedo alguno de enfrentar a Bellatrix.

—Es una pena —Narcisa dio unos pasos atrás, su varita apuntando de frente. Bellatrix le sonrió maniática adoptando posición de combate.

— ¿En serio Cissy? —todas las palabras de Narcisa fueron hechizos bien dirigidos.

El espacio era pequeño lo que no dejaba espacio de escapé. Las hermanas daban un duelo digno de espectáculo. Narcisa lanzaba maldiciones violentas con energía, mientras que Bella solo se defendía riendo.